Arquitectura y Energía

Compartimos con nuestros apreciados lectores los siguientes titulares de la prensa española, del día 14 de diciembre 2019, y sus respectivos enlaces para que cada quien se sirva:

“El bloqueo de las negociaciones amenaza la Cumbre del Clima”

()

“¡Es inaceptable”, claman las oenegés contra la propuesta chilena de acuerdo en la COP25”

()

“Crisis Climática. Reproches a Chile por cómo está conduciendo la negociación de la cumbre del clima”

(

https://www.elmundo.es/ciencia-y

salud/ciencia/2019/12/14/5df4eb88fc6c83c86c8b4683.html)

…Y de los tres enlaces compartidos, queremos tomar el primer párrafo de lo publicado en el periódico El Mundo, por significar para nosotros más que un simple hecho logístico, una señal:

“Mientras los trabajadores comienzan a desmontar los pabellones de Ifema, los negociadores siguen intentando acordar un texto que permita no cerrar en balde la COP25”

Ya no es que llegan tarde a los acuerdos y que el “alquiler” de los grandes pabellones de Ifema (Institución Ferial de Madrid, que es el recinto ferial por excelencia de la península ibérica, por estar situado en la capital de España), no se termine en tiempo y forma; no, esa tardanza no es la importante, como sabrá perfectamente el lector. A lo que llegamos tarde es a la cita con el otro cambio, es decir, el cambio de forma de actuar que revierta el cambio climático; o que por lo menos lo ralentice.

Solamente, y hasta donde sabemos a la fecha de hoy, existen varios planetas en el imaginario de Isaac Asimov (autor recurrente del autor de estas líneas); planetas que previamente colonizados por la raza humana, han permitdo la vida de los originarios de La Tierra.

Solo en la mente de este visionario (1920-1992), escritor, científico y divulgador, una especie de Julio Verne del siglo XX, existió un Imperio Galáctico, y una Psicohistoria que predijo el futuro de ese imperio, su destrucción y su potencial salvación.

Lo cierto es que nosotros vivimos en la realidad de hoy, una muy diferente a la de la Serie de la Fundación de Asimov (Ver: ).

Nosotros tenemos este planeta y no más (aunque no sabemos que nos oculta la NASA); no tenemos muchas más opciones de salvar el único hogar conocido por la raza de los

Adanes y las Evas, y de los demás seres vivos que nos acompañan.

La intensidad del discurso de Greta Thunberg, su tono de voz y su rictus, no resultan agradables, irritan y molestan aun cuando su mensaje es mucho más que sensato; pero son sus palabras, irreverentes ante los que deciden las cosas, las que representan el necesario estado de alarma en que deberíamos situarnos.

No hay otros mundos a los que emigrar fuera de los libros antes citados; tenemos esta casa y no más…Ya le gustaría al autor de estas líneas conocer Helicón, el planeta del Prof. Hari Seldon…pero no existe; tampoco existe Trantor; no tenemos a Dors Venabili para que nos proteja. Solo tenemos nuestro planeta La Tierra, y las acciones que como habitantes de ella podamos hacer para protegerla.

¿Vivimos la fantasía o pasamos a la acción?…No hay planeta B.