Este año 2016, que de acuerdo al calendario cristiano se inició el pasado viernes 1 de enero, no sólo será de grandes transformaciones para la República Dominicana (RD), donde habrá elecciones y un amplio sumario de actividades internacionales, entre ellas asumir la presidencia Pro Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo será también para China, que es la primera economía del planeta en Producto Interno Bruto (PIB), medido a Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) y es una pieza clave del ajedrez geopolítico mundial.
En el calendario chino este será el año del Mono rojo de fuego que comienza el 8 de febrero, el 1 de octubre, se conmemorará el año 67 de la proclamación de la República Popular China (RPCh), por Mao Tse-tung, la Primera Revolución, y en diciembre, los 38 años de la proclamación de la apertura y transformación, por parte de Deng Xiaoping, o sea, la Segunda Revolución.
El actual presidente de China, Xi Jinping, en su mensaje de año nuevo 2016, trazó grandes pautas para este año que comienza dejando claro que él encarna la Tercera Revolución, que tendrá en 2016 un año determinante y decisivo.
A continuación, comparto lo a mi juicio fue lo más importante del discurso del presidente Xi, a lo que debemos prestarle atención, no sólo los chinos, sino todos los ciudadanos del mundo, incluyendo los dominicanos:
El mensaje para su pueblo en 2016. “Será el año de comienzo de la etapa decisiva de nuestro país para construir globalmente una sociedad modestamente acomodada, para lograrlo se precisa el trabajo conjunto de los 1300 millones de habitantes. Hemos tocado el clarín de ganar la guerra decisiva del alivio a la pobreza. Todo el Partido Comunista y todo el país debemos obrar al unísono para completar este eslabón faltante, y garantizar que toda la población carenciada se libre de la pobreza como se ha programado”. Está claro, que el mayor interés de Xi Jinping, es que China siga siendo el país que más personas arrebata de las garras de la pobreza en el mundo.
El mensaje a todos los ciudadanos del mundo. “Tenemos sólo un planeta, que es el hogar común de los pueblos de diversos países del mundo. En este año, líderes de nuestro país han tomado parte en no pocas conferencias internacionales, y han librado no pocas actividades diplomáticas, hemos promovido el avance sustancial para la construcción de la Franja y la Ruta, hemos participado de la agenda de desarrollo sostenible de la ONU 2030, el enfrentamiento contra el cambio climático, entre otros asuntos internacionales. El mundo es tan inmenso y existen tantos problemas, que la comunidad internacional espera oír la voz de China y ver el proyecto de China. Ante las personas sumergidas en penalidades y fuego de guerra, debemos tener nuestra piedad y simpatía, pero aún más las responsabilidades y las acciones. China abrirá para siempre sus brazos hacia el mundo y haremos todo lo posible para brindar nuestras manos de ayuda a las personas en aprietos, para que sea cada vez mayor nuestro círculo de amigos. Espero con sinceridad que la comunidad internacional haga esfuerzos mancomunados, con más calma y colaboración, y convierta las confrontaciones en colaboraciones, y la hostilidad en amistad, para construir en conjunto una comunidad común para el destino humano, que sea compartida por los pueblos de los diversos países del mundo”.
Más claro aún es el mensaje al mundo. China ha decidido jugar un papel más protagónico, porque ha entendido que un gran poder genera gran responsabilidad y está dispuesto a asumirla. La esperanza del planeta está en que en este mundo multipolar que se inaugura, cada cual aporte su cuota para la paz, armonía, tolerancia y se unan para hacerles la guerra a los verdaderos enemigos, que son el hambre, la pobreza, la desigualdad, el terrorismo, la intolerancia, abuso de poder. China, a partir de este 2016, ha dado un paso al frente. Adelante.