Tenemos  que comprender las vigas maestras  del edificio conceptual, que nos permite trascender hacia un  escenario  no solo mas  noble y civilizado, sino mas  expedito para poder conciliar  con un mundo  cada  día mas complejo. El entendimiento  del entramado cultural que nos envuelve como país, nos permitirá  abrazar  con nuevas  vetas, con nuevas  agudezas y  talentos, el horizonte  que  se cierne sobre el cuerpo social dominicano y  en consecuencia poder asumir  una mejor  veeduría  social, para vedar  todo  aquello que nos perjudique como sociedad.

El  tejido social dominicano  no puede  seguir construyéndose sobre la  base  de un veleidismo  cultural, que  se  expresa  en una mudable  y variable  desarmonía  que  va  desde el etnocentrismo mas acuoso, hasta el Xenocentrismo mas carrañoso y  abdicar. Esa mutabilidad  del dominicano, no  nos permite  asumir  una mas clara  consciencia social y  una mejor  autoestima  colectiva,  que nos haga mas irreverente  a todo concierto sin melodía, recreativa y llevadera para todos.

Dos conceptos nos arropan  como  Nación, que no nos  ayudan  a objetivar  los problemas que nos rodean, con lentes claros. Ellos son: El Etnocentrismo   y el Xenocentrismo.  El Etnocentrismo  “se  refiere  a la tendencia que  existe  entre los individuos  de una sociedad  a suponer que su propia cultura  es  superior a los  demás”. Cuando nos creemos  superior  a  un grupo  social determinado, a una comunidad  determinada. Cuando  nos valoramos por encima  de los  demás; creyéndonos  una categoría superior, una  casta  súper  especial; un ciudadano  de primera; no importa lo que diga  la Constitución, que en muchos  de sus  artículos, contraviene  esa  mirada  gris, sobre todo,  de un segmento  significativo  de los funcionarios públicos, con respectos  a sus Salarios y  a sus Pensiones.

Lo que  aquí  acontece  con  relación  a  los Salarios y  a las Pensiones, mas allá  que violan  las leyes 379-82, sobre el Régimen  de Jubilaciones y  Pensiones y la 87-01, del Sistema  de Seguridad Social, que tipifica  de manera  taxativa, las formas y maneras  de cómo  deben  jubilarse y pensionarse los  servidores del Estado y los privados. El caos  institucionalizado en el Estado, sobre  todo lo  relativo a los  salarios y pensiones ha ido prohijando una categoría  de funcionarios  de primera, que rompe  con el principio  de equidad y  propicia la  desigualdad, la ilegalidad, la ilegitimidad  y la vileza.

El Xenocentrismo  del dominicano, es el lado mas  mediocre  que nos  caracteriza. Significa  la perfidia mas oscura, mas inicua e insípida,  de nuestro  desarrollo social – cultural. El Xenocentrismo nos daña y lacera como sociedad, nos hiere nuestra autoestima como país. El Xenocentrismo  es la “creencia  por la cual  se considera que  todas las  creaciones, productos, ideas o modos  de  ser del propio mundo sociocultural  son inferiores o  de menor  valor o que  aquellos pertenecientes  a cualquier otra cultura. Tenemos  una profunda Xenofilia, que  es el amor y  benevolencia hacia los  extranjeros, siempre que no  sea haitianos; donde  asumimos  el Etnocentrismo.

¿Cómo  se expresa  el Xenocentrismo  en el dominicano? “Eso vino de aquel lado del río”; “Eso vino en  barco”; “Eso vino en avión”; “Eso lo hicieron ojos  azules”; “Eso lo hicieron  gente blanco”; “Eso lo hicieron con papeletas  verdes”. En los últimos  años, el Xenocentrismo  en dominicana  ha  crecido,  en detrimento  de los  sectores más lucidos y pensantes  de la sociedad. Una  parte  de la elite política, no  cree en los análisis y diagnósticos  de la realidad económica, social y política  realizados por dominicanos y dominicanas.

Así  vemos como  después  de la  sociedad  dominicana  ser  diagnosticada , estudiadas, radiografiadas; el Presidente anterior, mando  a  realizar  varios  estudios: El de Jack Attali, el  de Harvard y otros.  Para  estos  coincidir  exactamente, con lo que  veníamos  diciendo  de lo que ocurre y las tendencias  económicas y sociales  de lo que podría  venir para la gobernabilidad, si seguimos  como  caminamos.

Igualmente,  acaba  de ocurrir  con la llegada  del Fondo Monetario  Internacional. Desde  hace mucho tiempo, todos los  economistas , no importa  el lado  de su ideología, han coincidido de cómo país no podemos  seguir con un modelo  económico social, que  privilegia  las importaciones y el consumismo, en  detrimento  de las exportaciones; con una política económica basada  en déficits y endeudamientos, sin priorizar el gasto y  su  calidad; con una política social, que no  crea mas Capital  Humano y si mas profesionales  de la pobreza. Con un  desgarrador  dispendio, distorsiones, malversaciones  y corrupción, que  se observa en  cada  hoja  que miramos.

La llegada  del Fondo y lo dicho por  ese Organismo, llevo  al Secretario  General  y  Presidente   del Senado  a decir que el Presidente  Medina no  tenia que hablar nada relativo  a la economía, pues al  decir  de  este, ya el FMI había hablado, como si el pueblo dominicano había votado  en las elecciones  del  20  de  Mayo, por  esa Institución Multilateral. Luego  de ello  es que  el Ministro de Economía, quien tienes  8 años  en el puesto, es que habla  de la posible  Reforma  y  su contenido.

La arqueología   del futuro  de la sociedad dominicana, no puede seguir  con  esa mirada hacia  adelante, con los  espejuelos de la clase política dirigente, que privilegian la Xenofilia, en medio  de  una turbulencia  global  de la economía; sobre todo, porque  ninguna sociedad ha podido superarse , sino  es con el concurso y el consenso siempre  de los  actores internos, que hoy por hoy, tienen mas consciencia  de lo que hay que hacer, que esa   misma Oligarquía  política.