En los Estados Unidos es sólo desde  hace 53 años, 1965, que los negros tienen pleno derecho por ley ( Voting Act Right) a elegir y ser elegidos. Las mujeres blancas lo habían conseguido 45 años antes -1920- pero 144 años después de la independencia del 4 de julio de 1776.

Visto en retrospectiva histórica sorprende  y  causa un profundo pesar ese tan largo período de inequidad electoral  racial y de género.

De ahí que el hecho de elegir al primer presidente negro en Estados Unidos el 4 de noviembre de 2008 con la contribución fundamental  de los blancos-70% de la composición racial- demostró un gran avance histórico de la democracia de la más poderosa nación del planeta.

En las elecciones presidenciales próximo pasadas de los EEUU aunque Hilary Clinton perdió,  evidenció ese avance democrático no sólo racial sino ahora de género  al ella obtener la mayor cantidad de votos populares, superando a Donald Trump por más de 2 millones.

La mujer tiene atributos más que especiales y ha demostrado desde el hogar hasta las más encumbradas funciones públicas o privadas la capacidad de dirigir en la gran mayoría de los casos con especial certeza y sentido humano. De ahí que se gana con el avance de las mujeres en los principales puestos de elección pública.

Aunque pueda parecer muy temprano, por favor, anotar el nombre de la senadora Elisabeth Warren como potencial presidenta de los Estados Unidos. La senadora Warren es considerada hoy como una de las principales líderes estadounidense, la tercera entre los demócratas después de Obama e Hilary Clinton y quien en una encuesta reciente  en proyección hacia las elecciones del 2020 supera a  Donald Trump aunque detrás de los demócratas  Bernie Sander y Joe Biden, aunque la diferencia de edades ante ellos- próximo a los 80- es uno de los factores a su favor pues tiene 69 años.

Antes de ser senadora Warren hizo una importante contribución en la búsqueda de soluciones a la Gran Recesión del 2008 creando la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, además es una connotada académica  impartiendo docencia en la Universidad de Harvard por más de 20 años.

Tiene descendencia aunque lejana  de nativos norteamericanos, otra justicia histórica; una anécdota: Warren ganó una apuesta a Trump quien lo puso en duda junto a no pocas ofensas a su persona y ofreciendo  un millón de dólares si podía probarlo. Lo probó mediante un examen de ADN, pero Trump, ahora dice que no lo dijo, pero está grabado como como acontece en esta época de las TIC.

Tomar nota, Elisabeth Warren.