Quizás muchas y muchos recuerden “Wag the Dog”, la película de 1997 dirigida por Barry Levinson, con magistrales actuaciones de Dustin Hoffman y Robert De Niro. La cinta muestra como un gobierno puede utilizar los medios de comunicación para modificar la opinión pública manipulando las informaciones, creando situaciones ficticias, evadiendo lo sí es importante. Presenta un escenario hipotético de la realidad en cuanto hasta donde puede ser llevado el sentir de una sociedad, para que sus individuos piensen y actúen como le convenga a quienes gobiernan. Eso fue a finales del siglo pasado, hoy día es más fácil dada la velocidad con que viaja la información a través de las redes electrónicas abiertas, la rapidez en cómo llega a las manos y cerebros de cada quien, en sus dispositivos electrónicos inteligentes personales, así como la amplia disponibilidad de recursos, crea que las tendencias criticas hasta de personas con cierto nivel de educación se subordinen a sus conceptos.

La famosa frase en latín “panem et circenses” cuya traducción literal es “pan y circo”, es de la autoría del poeta Juvenal y aparece en su “Sátira X. Como se sabe el populismo es muy antiguo y las tendencias conductuales de los hombres y mujeres son, como es lógico, muy humanas y trascienden el tiempo. Lo único que anula este tipo de “narigoneo” es el nivel de conciencia de las personas, que sólo lo da la educación.

El manejo de los medios es una de las especialidades más finas, aunque bochornosas, de este gobierno. La amplísima presencia de publicidad de organismos estatales, muchos de los cuales no necesitan publicitar los servicios que ofrecen, en una cantidad enorme de programas de radio, televisión o en la red, nos dice mucho de la maquillación tendenciosa de plantear la realidad a través de a quienes se les llama popularmente “Bocinas”. Entiendo que por repetir lo que los altos funcionarios dicen o justifican.

La situación ha llegado a un punto tal que ya los periodistas y comentaristas independientes parecen ser una rara especie en el ámbito nacional. Lo que les ha sucedido a periodistas como Altagracia Salazar, Edith Febles, Ricardo Nieves, Marino Zapete, así como otros y otras son muestras que se nos estrujan en las caras a todo dominicano y dominicana.

A muchos no les “bajan líneas”, pero si no defienden lo que el oficialismo postula entonces pierden sus anuncios y con ello sus fuentes de ingresos, que en muchos casos parecen ser muy buenos y en otros los únicos. Entonces, estoy de acuerdo con lo que ya se ha reflexionado en relación a que en nuestro país no existe censura a la prensa, lo que existe es autocensura.

Este tiempo será recordado por el excelente uso que se les da a los medios en busca de lo que se necesita hacer creer, motivando situaciones llamativas (Circo) que quitan la atención a lo esencial o importante, para con ello lograr hacer lo que desean sin que los ojos del público, ocupados en el morbo o la fiesta, se interese en saber que pasa y que pase.

Los programas de Tarjeta Solidaridad, Bono Gas, Bono Luz, Comer es primero (Pan), ciertamente palean las necesidades de las personas pobres y hacen que muchas familias rebasen la extrema pobreza. Eso es importante, pues las necesidades primarias no esperan y poco puede hacer para prosperar quien no alcanza a satisfacerlas. Ha mejorado el nivel de consumo sustentado en estos subsidios, pero poco se ha hecho para crear las condiciones que provean mecanismos de generar riquezas, sostenibles en el tiempo. El modelo de las tarjetas ayuda, pero no resuelve. Crea una suerte de lo que algunos amigos y amigas han llamado “necroclientelismo” y dependencia a algo que es coyuntural, que queda muy lacerado ante los embates cíclicos de las crisis o posibles recesiones. Es por lo que ese enorme crecimiento económico acusado por nuestro país no ha sido equitativo con la reducción de la pobreza en términos reales, ni se corresponde con la cantidad de empleos que genera en cada año. Estos son indicadores de que la distribución del ingreso se mantiene concentrado, no se disemina en función de la expansión económica. 

Hemos visto antes la visita del filipino Alex Orbito, un “Cirujano Psíquico”, como le llaman algunos, o más bien curandero que extraía el mal que enfermaba sin intervención quirúrgica (aunque siempre sacaba algo como tumores o viseras de pollo donde ponía sus manos) y sin medicamentos. Esto pasó a principios de los 90s. En el 2017 T.B. Joshua, un predicador evangélico que prometía curar a los enfermos visitó el país con atenciones de un dignatario. Antes en 2014, le tocó al Nobel de Medicina 2013, Dr. James E. Rothman, a quien no se les rindió la atención que se les brindó a los otros dos. La ciencia y el populismo aparentan no ser compatibles.

Nunca he dudado que la Fe sana y salva, pero lo del pasado domingo en Puerto Plata fue vergonzoso, penoso e irresponsable. En términos particulares hasta doloroso, como ser humano, como dominicano, como puertoplateño.

“El Peregrino”, podía perfectamente completar su peregrinaje de Fe sin necesidad de que esa cantidad de personas se expusiera al contagio de un virus con dimensión de pandemia que está entre nosotros y que se pueden, Dios no lo quiera, convertir en multiplicadores, tal y como ha acontecido en otros países en cuyas autoridades no hicieron que sus nacionales asumieran el distanciamiento físico a tiempo. A quien debemos emular es a Jesucristo y nuestro Señor y Salvador nunca fue irresponsable.

El Ministerio de Salud Pública acaba de anunciar un “Cordón Epidemiológico” para Puerto Plata, pues es necesario. Ahora pagarán todos y todas las faltas de algunos y algunas.

¿Culpable el alcalde? No. Culpables todas las autoridades provinciales y de la ciudad, que permitieron que esto aconteciera. Definitivamente, alguien quiso sacar beneficio político vía el poder de la religión, pero se le revirtió por irracional. Como irracional o raro es que el candidato del oficialismo de muestras de tener más poder que el gobierno mismo, pues lo de la fumigación de las calles en la noche de ese día, le correspondía al Ministerio de Salud Pública. A nadie más. Lo mismo pasó con los aviones a China en busca de materiales sanitarios y utensilios médicos. Por lo pronto, Puerto Plata es tema de conversación y quizás de distracción en un país con una crisis sanitaria, una inminente crisis económica y unas elecciones que se deberán celebrar el 05 julio. Es decir, hay mucho que atender y ante este momento histórico, lo ideal sería propiciar un acuerdo de unidad nacional, que deje de lado lo político e induzca a la concentración de recursos para solucionar lo perentorio.

Para Puerto Plata, Dios quiera que el milagro se materialice anulando el contagio, pero ese mismo Dios es el Dios de la ciencia que ha demostrado que el mejor remedio es la prevención.