Las estrategias de roles burocráticos en la estructura de gobierno y mando en Santo Domingo se entendió en el momento de las grandes divisiones y conflictos entre funcionarios intervinientes en las empresas políticas y económicas, asignadas a personas con estatutos creados desde España por cierta realeza cercana a La Corona. Pero el funcionario era un personaje con derecho adquirido por funciones asignadas. Los ejemplos en el caso o los casos estimados en la Colonia de Santo Domingo, eran ejemplares y dignos de ser estudiados para entender la mentalidad cultural hispánica.
La colonización y la descolonización, en este sentido, ha sabido jugar un papel innegable en el proceso de ajuste y desajuste sociocultural insular, de suerte que la investigación oficial y oficiosa a través de tratados, acuerdos, intercambios, mezclas biomiméticas, cuerpos legales e interjurisdiccionales han llevado a cabo también cierto contraorden antihegemónico, acogido al relato de la historia política y sus desgarradores efectos.
En tal sentido Vuecencia, título adjudicado a esta crónica por su autor Federico Jóvine Bermúdez quiere ser relato, memoria, fuerza perentoria, novela caballeresca, caballerismo narrativo, teatro anatómico y fisiológico al óleo barroco, traducido en un marco de imágenes de mundo proclive a visualizar las fuerzas en conflicto que conviven en la isla de Santo Domingo donde principalmente convivían blancos españoles, criollos, blancos de la tierra, esclavos negros y todo un conjunto de tipos y actores sujetos al “control” español prevalido de cláusulas jurídicas establecidas y conocidas para gobernar, perseguir, esclavizar, encarcelar, movilizar o desmovilizar a grupos y sujetos señalados como subversivos, indeseables y contrarios a España, al Rey a su Corona y a Dios.
Las contradicciones en tal sentido, afloran al momento de asumir la lectura de Vuecencia de Federico Jóvine Bermúdez, quien armado de figuras, nombres, sujetos afirmados como nombres de poder y progenie en la ínsula desafortunada de Santo Domingo, escoge los detalles conformados por sus determinaciones históricas y sociales para construir la imagen de una explotación social y espiritual propicia para hacer real y presente el desorden, la pérdida de todo valor ético y humanitario extenuado por el concepto obstruido de autoridad y de política de la interpretación en el trazado colonial de Santo Domingo.
¿De dónde se desprende dicho trabajo? El narrador de Vuecencia enuncia:
“A pesar de casi haber desaparecido las actividades económicas que les permitían a los colonos además de ganarse el sustento alcanzar las posibilidades de soñar, los habitantes de la isla vivían temerosos de volver a ser desplazados de sus querencias por el aplastante poder representado por la Metrópolis, ominosa posibilidad que les hiciera dejar de lado los intentos por incrementar su dedicación a las actividades que les hubieran permitido la creación de ambientes propicios para el desarrollo de la Colonia de Santo Domingo en la cual sus habitantes pudieron observar cómo se generaban en la parte de la isla bajo la influencia de los derelictos franceses y valones unas pequeñas factorías que comenzaban a desarrollarse gracias al trabajo de los antiguos esclavos que estaban siendo cazados en el abandonado septentrión, actividades que no habían de ser reproducidas en la parte española de la isla porque el intencional abandono realizado por España pasó a constituirse en la causa que originó la total desaparición de nuestros mercados en la península, al haberle arrancado a aquellos colonos además de la voluntad para crear, la capacidad para crecer, dejándolos sumidos en una laxa expectativa que finalmente hubo de forzarlos a intentar asumir la autarquía como forma de sobrevivir”. (Vuecencia, Op. cit. pp. 50-51, Cap.5)