La inmigración masiva y sin control que está recibiendo la República Dominicana trae dentro de la gran gama de elementos importados, un sincretismo religioso y cultural que va en ascenso. Como ejemplos, podemos mencionar el Vudú, el Gagá, la santería, el creole, y mas reciente, pero en aumento, la práctica del islamismo.
El vudú, es una manifestación religiosa que desde el siglo XIX y gran parte del XX fue perseguida y rechazada por la élite haitiana, que siempre quiso desconocer la importancia de esta en la conformación de la identidad nacional. Incluso la Iglesia Católica siempre ha enfrentado al vudú por su relación con el satanismo y su influencia maligna en el Desarrollo Nacional. Dentro de Haití los católicos rechazan las prácticas del vudú, sus creencias en las iniciaciones secretas, sus convicciones adivinatorias mediante sacrificios, embrujamientos, muertos que regresan a castigar, suertes echadas, y alienación de sus discípulos etc.
El Gagá es otra manifestación folklórica que en nuestro país se daba originalmente en los bateyes cañeros. Es de origen haitiano y donde más se practica es donde mayor presencia de haitianos existe. Su nombre originario, y como se conoce en Haití es ra-rá, de donde vienen con él los misterios de los ancestros y dioses antiguos representados en los colores de su vestuario, en el que cada color es un dios distinto; los pitos despiertan la energía, el fuete limpia el aura, y la escoba purga el camino de cosas impuras.
Las ceremonias del gagá comienzan el primer sábado de Cuaresma, iniciando los rituales y bailes el Jueves Santo porque los espíritus malos aprovechando que Dios está muerto salen en los días de semana santa. Sin embargo, hay otro tipo de Gagá que se encuentra en Elías Piña, que es más teatral y hace representaciones de muerte y violaciones
La Santería no es una religión en sus inicios, sino que es un conglomerado de religiones de los Yorubas de Nigeria, que cree en un dios al que llaman Olorun, el que interactúa con el mundo a través de los orishas, que son emisarios, y que gobiernan cada una de las fuerzas de la naturaleza. Desde hace mucho tiempo en Occidente se ha ocultado la santería dándole un aspecto de catolicismo, representando a los orishas con santos católicos. Incluye sacrificios animales, sesiones adivinatorias dentro de los rituales paganos; y trances por posesión de espíritus malignos. Inclusive han buscado un punto de coincidencia con la Iglesia Católica en las fechas de sus fiestas dedicadas a los distintos orishas con las de los santos de aquella.
Por otra parte y bajo connotaciones más internacionales y de mayor reconocimiento histórico como religión, ha llegado a la isla, el islamismo, es una ideología que conmina a la aceptación plena del hombre a la sagrada ley del Islam, palabra que significa “paz, pureza, aceptación y compromiso”. Quien acepta las creencias islámicas o sea, que cree, se convierte en musulmán. En Haití ha crecido sustancialmente la comunidad musulmana, lo que obedece en su mayor parte al regreso de muchos expatriados de los Estados Unidos, que habían adoptado esta fe en su estadía en prisiones del país del norte, antes de su deportación. De ahí que muchos de los musulmanes haitianos pertenezcan a la Nación del Islam, que es una organización radicada en los Estados Unidos en la que la predicación principal es sobre la autodeterminación.
Ya para el año de 2009, , según Pew Research Center en su reporte The Future of the Global Muslim Population (El Futuro de la Población Musulmana Global), se estableció la cifra de unos 2000 devotos musulmanes y con el paso del tiempo, se asegura que la cifra iba en aumento de manera vertiginosa. Para el 2012 existían ya en Haití unas cinco mezquitas, un legislador musulmán y un programa diario de televisión que predicaba el islamismo. El islamismo rechaza totalmente la influencia externa y es de manera radical, antagonista a los no musulmanes.
En la República Dominicana según el mismo estudio del Pew del 2010, habían entonces unos 2000 musulmanes, entre haitianos, libaneses, jordanos, sirios, palestinos, iraquíes, pakistaníes y dominicanos.
El creole haitiano, era el dialecto hablado por la mayoría de los haitianos hasta que pasara a ser idioma oficial conjuntamente con el francés. Se trata del idioma Criollo. Pero creole es toda lengua producto de la fusión de dos culturas. Según explica Ana Laura R. en el Blog de traducción Trusted Translations, “las lenguas creole nacen cuando los padres provenientes de una cultura les hablan a sus hijos en su segunda lengua, pero que a su vez, esta segunda lengua se convierte en la primera lengua de sus niños, porque es la lengua que alberga el nuevo contexto cultural”. El término llega del francés “créole” y comparte con todos los creole la misma raíz del verbo “criar” por lo que hablábamos de la crianza de los hijos y el idioma paterno.
Recientemente, como si fuera parte de un plan de fusión, han aparecido en la República Dominicana, voces que propugnan porque se establezca en la curricula educacional, la enseñanza del creole haitiano aludiendo a supuestas razones económicas y estratégicas, lo que de plano rechaza quien escribe, como lo ha hecho la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) porque en nada aportaría al sistema educativo ni al perfil profesional del dominicano.
En nuestro país se practica la libertad de cultos consagrada en nuestra constitución, y abogamos por el respeto a la diversidad, pero no deja de llamarnos la atención la entronización de estos elementos en nuestra cultura.