El elemento fundamental de unas elecciones es el listado de votantes. Esta es la razón por la que para la organización de las primarias simultáneas es recomendable la utilización del padrón nacional.

Sin embargo, los redactores de la Ley 33-18 de Partidos Políticos, Agrupaciones y Movimientos Políticos no tomaron en cuenta este criterio elemental del derecho electoral y pusieron en manos de los partidos la decisión sobre la modalidad, método y tipo de registro de electores o padrón para la selección de candidatos y candidatas a cargo de elección popular.

A causa de esta desacertada disposición tanto el Partido de la Liberación Dominicana como el Partido Revolucionario Dominicano decidieron utilizar la modalidad de primarias abiertas para escoger sus candidatos, mientras que el Partido Revolucionario Moderno prefirió las cerradas.

Esto no sería ningún problema si no fuera porque las primarias, ya sean abiertas o cerradas, deben ser organizadas por la Junta Central Electoral y celebrarse de manera simultánea.

Sin lugar a dudas, para organizar las primarias, el órgano electoral tendrá que poner a prueba su creatividad. Solo de esa manera la JCE podrá organizar exitosamente las primarias abiertas y cerradas que se celebrarán el día 6 de octubre del 2019.

La celebración de las primarias el mismo día, con padrones distintos y en los mismos recintos, podría afectar el secreto del voto y también permitir a los partidos que se inclinaron por las primarias abiertas, tener acceso a los padrones de los que prefirieron las primarias cerradas, los cuales tendrán que depositar sus padrones en la Junta Central Electoral.

En ese sentido, mientras que el PLD utilizará un padrón de más de siete millones de electores, el PRM utilizará uno que estará limitado a la cantidad de ciudadanos que se inscriban antes del vencimiento del plazo de ley.

Para preservar mínimamente el secreto del voto todas las papeletas o votos deberán ser depositados en las mismas urnas.

Tal y como sostiene la Enciclopedia Electoral ACE: “El voto secreto es un elemento esencial de la integridad porque brinda a los votantes la independencia de elegir según su voluntad”.

Si el voto no fuera secreto muchos electores lo cambiarían a causa de la intimidación y la coacción a la que podrían ser sometidos. De igual manera, la compra de votos sería totalmente efectiva, ya que el vendedor le podría mostrar su voto al comprador.

El secretismo del voto juega un papel preponderante para la libertad del sufragio, razón por la cual está consagrado en el artículo 208 de la Constitución de la República, la cual, además, establece categóricamente que nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, a revelar su voto.

Es muy probable que la integridad de las primarias del 6 de octubre del 2019 sea cuestionada por medio de acusaciones de compra de votos principalmente a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana.

Las primarias serán el primer reto que enfrentará la Junta Central Electoral de caras a las elecciones del 2020. El control efectivo de los recintos electorales y de los recursos públicos será determinante para el éxito de las mismas.