Un respetado amigo no se explica como puedo traicionar nuestros principios y votar por Hillary; en su opinión nuestra única salida es  votar por el  díscolo multi-millonario. Mi respeto hacia el me obliga a perfilar un esbozo de  respuesta.

Compañero Lasallista de patios escolares, haces hincapié en un presupuesto fuera de control.  Muy de acuerdo.  ese debería darle dolor de cabeza a todos los dirigentes políticos que han incurrido en megadéficits, arrancando con la Administración de Reagan  (los déficits previos, excluyendo periodos de guerra, fueron marginales).   Y tienes toda la razón, esa debe ser una gran prioridad de nuestros aparatos políticos a todos los niveles, públicos y privados, federal o local.  Mas revisando números, aun en una época donde nadie cree en nada cuestionando  lo que se sabe por emociones y no lógica,   ciertamente  los programas de Hillary causarán aumentos en los déficit, pero los programas de  Trump, causaran déficit peores, en particular porque Trump promete  hacer  enormes recortes a los impuestos pagados por sus correligionarios multi-millonarios y dejar al resto con el con-con.

No he  tirado la toalla  en ese frente.  Sin embargo, no comparto tu sentido de urgencia.  Plantear la reducción del deficit como objetivo máximo,  llevaría a  pararlo todo, no invertir en infraestructura, cortar el Pentágono, despedir la mitad de  la fuerza laboral en el gobierno o empleada con los contratistas, y arrebatarle a los viejos una gran porción de su seguro médico.  Los banqueros del mundo tienen  tiempo para arreglar la carga; el mercado  de todas  las porquerías glotonamente consumidas es protegido aun por nuestros mas amargos adversarios.  Ahora bien, hay que hacerle frente a estos deficits con una mezcla de recortes  en el gasto, demora en el aumento de  los gastos sociales fijos,  y aumentos en los impuestos  (nuestro Pentágono, por ejemplo,  según datos de sus inspectores y la GAO, desperdician recursos bellacamente, las estafas de Medicare y Obamacare son increíbles  y uno solo le debe poner impuestos a quienes pueden pagarlos).  Pero, en estos momentos, poco se puede hacer via este aberrante proceso electoral.

Mas allá de este pantanal fiscal,  encuentro  otras características que busco, y aún otras  a  evitar.  Conozco a Hillary, y  su compromiso moral de luchar por la niñez y la educación no es ficticio, desde joven defiende a capa y espada los derechos de la mujer, no es racista y no odia a los Latinos, y me consta firmemente su fe en la educación y su principio de salud para todos–y sobre todo se, con certeza firme, santa no es.  Ahora bien, el prisma de nuestras propias experiencias y deseos forman nuestras preferencias–el pensar detrás del pensamiento. 

Se deseas eliminar al máximo posible toda injerencia del estado en  la empresa privada.   Créeme, yo eliminaría la burocracia, cuna de corrupción,  de raíz  Fui por muchos años un tecnócrata  rodeado de burócratas y mucho me ataban las manos. Mas he visto esa empresa privada sin controles, y no puedo, en conciencia, ser tan optimista como la mayoría de los conservadores americanos.  ¿Por que?  Por saber lo que pasa en la industria alimenticia cuando quitas controles de calidad, en los productos manufacturados cuando las fabricas no tienen que responder por sus productos, o las farmacias pueden envenenar a medio mundo sin tener que hacerle frente al daño causado.  No lo he leído, lo he presenciado. 

He rehusado volar en aviones o usar elevadores porque no tenían sus certificados al día.  He visto, con ojos que se comerán los gusanos, ríos en llamas (bueno, no tanto, solamente con gases a punto de combustión; me sacaron tallado de allá  y después vi el video de las llamaradas).  Y veo como están, día a día, pavimentando los Everglades.  El sur de la Florida debe  prepararse para invertir en grande  en enormes proyectos de desalinización  porque la pavimentación habrá destruido sus fuentes de agua potable.  Ironía, el sector privado descontrolado hoy hará inevitable el control público del agua mañana.

O sea, tenemos demasiado poder de destrucción para sencillamente seguir una filosofía de coma yo caliente, muérase la gente y a Dios que reparta suerte.  Y siento, con suma tristeza, como nuestros odios étnicos, raciales y religiosos aumentan y nuestros deseos de aislamiento, incluyendo el comercio internacional que tanto ha beneficiado a nuestros millonarios y consumidores, o ciego control de inmigrantes como nosotros, cada vez gana mas adeptos.  Hillary no ha predicado odio, ni ha propuesto nuestro aislamiento y si ha sido dura con Putin y las fuerzas controlando el Medio Oriente. Los terroristas musulmanes la detestan–es mujer con poder!  Por Dios, asesores cercanos a Trump le dicen públicamente a los Saudis que recorten  el abastecimiento de su petróleo para cobrarle mas al pueblo americano.

El  sector privado no debe tener el poder de destruir lo que quiera, cuando quiera y como quiera.  ¿Por que?  Porque todos tenemos un compromiso con nuestra comunidad, con aquello llamado nuestra sociedad. Mas allá de ella, no hay ningún bote salvavidas.   Quizás  en la Florida muchos (?) prefieran ver el sur de la península hundirse en el mar que aumentarle diez centavos al galón de gasolina.  Ese egoísmo nos destruirá.

O sea, con Hobbes, yo no creo, como muchos otros,  en la bondad intrínseca del hombre ni de sus empresas–políticas o privadas.   Cuando sienten  el peligro de sufrir consecuencias por sus actos, las conductas mejoran y la sociedad avanza.  Opino Hillary y su equipo aportará un balance mas sano a nuestro país,  mientras tu preferido no lo hará.

Pero todo lo anterior esta basado en mis vivencias,  sea en Centro América, el Caribe, India o Africa–o, el peor/mejor  de todos, Washington.  Distintas vivencias, en mundo controlado por emociones, no hechos, distintos puntos de vista.

Respeto los tuyos,  aunque tema no habrá reciprocidad.