El proceso electoral de Estados Unidos ha sido fuera de lo común, con dos candidatos compitiendo por destacar sus elementos negativos: Lo último que escuché decir es que elegir entre uno de los dos es como “votar por el cólera o la gonorrea”. El autor de esa expresión es Julian Assange, periodista y activista de Internet australiano, conocido por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks. Una encuesta realizada por canal ABC y "The Washington Post" dice que el 57 por ciento de la población de EE.UU. no está conforme con los dos: No votarían ni por el republicano Donald Trump, o por la demócrata Hillary Clinton.
Los votantes norteamericanos y quienes conocemos y damos seguimiento al sistema político de esa gran nación deberíamos estar felices, ya que por primera vez una mujer con posibilidades reales de llegar a la casa blanca es candidata. De igual forma, es la primera vez que uno de los dos partidos tradicionales postula a alguien que no es político. Trump es empresario: Ha financiado la campaña de aspirantes demócratas y republicanos, incluyendo a Hillary, cuando competía con el actual presidente Barak Obama. Los Trump y los Clinton son –o eran– buenos amigos. Cuando el magnate se casó con su actual esposa, Melania, los esposos Clinton y su hija, Chelsea, tuvieron presentes.
Hoy Trump llama a Hillary la torcida, corrupta y cosas irrepetibles. Ella responde que él es la reencarnación del Diablo con el signo de dinero en los ojos. Él es grosero, arrogante: Hace un tiempo escribió un artículo titulado “Lo que mi ego quiere mi ego consigue. Pero carismático y maneja bien la comunicación (dice a la gente lo que quiere escuchar): No tiene término medio, la gente o lo odia a muerte o lo idolatra con delirio. Ella no tiene carisma, es una mujer de decisión (de arma a tomar), una técnica eficiente que sabe lo que hay que hacer y cuando se debe hacer.
Trump heredó de su padre un emporio económico en el área inmobiliaria, pero, con una eficiencia sin igual, lo ha convertido en un imperio económico con inversiones en distintas partes del mundo. Hillary es una inteligente política-abogada de los pies hasta la cabeza. Cuando su marido asume la gobernación de Arkansas en 1978 la prensa solía decir que en el bufete de abogados donde trabajaba tenía mejores ingresos que su conyugue.
Es una mujer de carácter rebelde, independencia, siendo su marido gobernador se negaba a asumir su apellido de casada, que es la costumbre de las mujeres norteamericanas. Sin embargo, para no perjudicar a su esposo en futuras aspiraciones políticas asumió su apellido; ya Bill se perfilaba como una de las principales figuras del partido demócrata. En uno de los escándalos sexuales, uno de los biógrafos de la familia afirma en un libro que Hillary asumía una posición de unidad familiar en público, pero que en privado le dio un pescozón al entonces presidente de la nación más poderosa del mundo.
Los méritos (virtudes) de ambos contrincantes son innumerables, sin embargo, las cosas negativas opacan todo. El republicano ataca a sectores neurálgicos: Negros, mujeres, musulmanes, inmigrantes. La demócrata lleva a cuesta apoyar la guerra de Iraq cuando era senadora en 2002; y siendo secretaria de Estado desestabilizar los pueblos de Medio Oriente, que hoy están en guerra civil. La fundación Clinton está acusada de corrupción, recibir fondos de forma ilegal en diferentes procesos.