“…De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron…”
Mt. 25:40
“…Una casa es una máquina para vivir…La casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad…”
Le Corbusier
Cuando nos enteramos de que el proyecto de La Nueva Barquita era una realidad, cuando nos enteramos de que el proyecto de la Ciudad Juan Bosch, tenía o tiene buenas perspectivas, no podemos evitar sentirnos bien. En un escenario en el que lo mal hecho es nuestro pan de cada día, el hecho de que este tipo de proyectos se lleven a cabo, con cierto nivel de decencia, dignifica a sus promotores.
República Dominicana es un país en desarrollo, a efectos prácticos podría decirse que es un país en construcción. Muchos de nuestros pasos como nación en vías de crecimiento, evidentemente, se han dado ya en muchos de los países desarrollados.
Al volver a los maestros encontramos ejemplos valiosos en muchos sentidos (sociales, históricos, dentro de su contexto tecnológico), y que se mantienen como referentes casi obligados para los que venimos a la saga. En esta ocasión volvemos tras los pasos de Jean Prouvé y su proyecto de casas en serie, industrializables, pre-sostenibles en algunos aspectos (término nuestro utilizado para referirnos a un proyecto que enfila hacia la sostenibilidad), y que fueron las casas conocidas como “Maison des Jours Meilleurs”.
Alguna vez ya hemos tocado el tema de “La Casa de los Días Mejores”, dentro de algún tema más amplio como la obra de Prouvé o las casas industrializadas. Este modelo, de unos 57 m2, era una respuesta a una situación de emergencia en el ámbito de la vivienda social francesa, en un momento dramático para las personas sin techo del París de mediados de los 50. (Ver: http://www.20minutos.es/noticia/1480463/0/reconstruyen/casa-anticrisis-prouve/rechazada-francia/).
La casa, asentada en una base de hormigón, con un bloque central de acero prefabricado, contaba con cerramientos en panel sándwich de madera tratada y amoldada con procesos y/o sistemas térmicos y cubierta de una aleación de aluminio. En ese bloque central de acero se disponían, tanto el baño como la cocina modulares. El bloque cumplía doble función: de servicio directo al usuario y como soporte de parte de la estructura metálica (viga de central) de la vivienda. Muchos escritores citan al maestro Le Corbusier cuando elogió este proyecto desarrollado por Prouvé como: “…la casa más hermosa y brillante que se haya construido nunca; el lugar perfecto para vivir…”
Coste optimo + Velocidad optima = Solución óptima
Volviendo al Patio, todos los días, los administradores de la cosa pública tienen la oportunidad de hacerlo bien. Y en estas últimas semanas de desalojos, se nos ocurre proponer soluciones, quizás intermedias, para situaciones de largo recorrido. El Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), en el municipio de Constanza, debe ser preservado y las familias (o corporaciones, agricultores o trabajadores) de la zona deben ser protegidos de alguna manera. No sabemos si corresponde una reubicación promovida o coordinada, de alguna manera, por la administración pública, pero si fuera el caso, y no planteamos que lo sea, la construcción industrializada puede representar una solución óptima.
Saliéndonos del tema socio-político que este caso supone y volviendo al tema de la arquitectura industrializada como solución, sabemos que esta última no tiene toda la buena prensa que se merece. ¿A quién le interesaría vivir en una casa “desmontable” o tipo furgón?… dirían algunos. No le quitamos razón a los que pudieran plantear este cuestionamiento, sobre todo en un país con cultura de huracanes; pero la verdad es mucho más amplia que esa pregunta inicial y la optimización de costes y los relativamente breves plazos de entrega de una construcción industrializada bien planteada, son, absolutamente, grandes aliados de los principios de confort y sostenibilidad que deben estar presentes en la buena arquitectura…Continuamos la próxima semana.