En la década del 80 (del siglo pasado), un Secretario de Obras Públicas, "vehicularista" por antonomasia, ideó un plan que eliminó 33 rotondas ubicadas en intersecciones de la capital dominicana. Eran un estorbo. Pero ahora resulta que las rotondas vuelven. Hay un retorno al pasado que se manifiesta y justifica en el fracaso de lo actual. Parece que es en todo… Jim Brainard, el Alcalde de Carmel, una localidad californiana, ha tomado la iniciativa en Estados Unidos y ha desmantelado los primeros 78 sistemas de semáforos (esperando desmantelar otros 42) para sustituirlos por rotondas. Alega estética y seguridad urbana, educación vial y ahorro de combustible. "Los autos ahorran porque ya no están parados delante del semáforo y porque ya no tienen que arrancar desde cero, algo que consume mucho combustible. Ahorramos así miles de litros por rotonda al año", asegura este alcalde republicano, a lo que hay que agregar que también ahorran energía pública al no tener que alimentar semáforos, aunque sea poco el consumo.
"¿Qué prefieres ver cuando miras a la calle desde la ventana del salón?, ¿un semáforo parpadeando toda la noche o una bonita rotonda con una fuente y flores?"
Así se expresa el cinco veces reelecto Alcalde de Carmel (que hasta donde se sepa no se han inventado un parque "temático" de bichos verdes en plástico). Cita además un estudio del Instituto de Aseguradoras para Carreteras Seguras que indica que el cambio de un semáforo por una glorieta supone -de media- un descenso del 40% en los accidentes de todo tipo y una caída del 90% en los que causan víctimas mortales. Brainard estudió en Inglaterra y las influencias están presentes. Por toda California ya hay más de 200 y transito fluye organizado, poniendo a prueba la educación vial de quienes conducen (aquí sería un reto). Para aplicar correctivos de ese género tendríamos que cambiar mentalidades obtusas, retrogradas, brutales y medievalistas, para sustituirlas por señalética adecuada y mucha paciencia, decencia y control personal urbano.
Un periodista parcialmente opuesto dice lo siguiente (y reflexiónese sobre lo que supondría implementarlas aquí):
Dan Neil, especializado en el mundo del motor de The Wall Street Journal, da la bienvenida a las glorietas, pero piensa que hay algo muy profundo en la psique del estadounidense que le lleva a oponerse a ellas. "Esta es una cultura basada en la libertad y el individualismo, donde es difícil que se dé la cooperación espontánea y la reglamentación encuentra mucha resistencia". Imagínense en RD… Pero lo cierto es que buscando soluciones al tránsito, al transporte y al tráfico vehicular, hay que mirar de vez en cuando hacia el pasado reciente o al muy distante.
Sean o no acordes con la idiosincrasia estadounidense (y mucho menos con la dominicana), según un destacado profesor de ingeniería civil de la Universidad del Estado de Kansas, Gene Russell, es solo cuestión de tiempo que las glorietas conquisten las calles de todos los estados del país.
Estos esquemas ilustran la peligrosidad en ambas alternativas, las de rotondas y las intersecciones angulares de calles o avenidas.
Conducidos adecuadamente, los vehículos solo tienen 4 puntos álgidos en una rotonda, mientras que en una intersección plana, hay 25, incluido el centro.
Ilustración de lugar con rotonda. Una similar, pero cuadrada, sobre fondo amarillo, es universalmente aceptada como de aproximación a una rotonda…