La adaptabilidad de la agricultura es una premisa básica para tener éxito, competir y aprovechar las coyunturas del mercado. En la década de los 70, cuando muchas materias primas tenían precios muy bajos, los Estados Unidos decidieron poner en descanso millones de hectáreas de tierra que eran sembradas de granos básicos (maíz, cebada, trigo, etc.). Eso mantuvo cierto equilibrio en los precios aunque hubo grandes subsidios.  Hoy muchas de esas tierras están de nuevo en plena producción.

Nosotros por el contrario, destruimos la industria azucarera por la ineficiencia estatal y una privatización dolorosa, fraudulenta y extremadamente estúpida. Hoy producimos la mitad del azúcar de hace 15 años, desaprovechando los buenos precios del mercado internacional. De café, producíamos cerca de 20,000 T.M. hace el mismo tiempo y hoy no llegamos a 3,000 T.M. anualmente. El cacao, con unos precios exorbitantes desde hace muchos años, ha crecido apenas un 15% en dos décadas cuando pudimos haber triplicado la producción generando muchos más divisas que la Falconbridge y Barrick Gold juntas.

Los bajos precios, altos subsidios y poca rentabilidad, que por años afectaron a esos productos, pueden explicar ese descuido y esa falta de visión de dejar de lado las exportaciones tradicionales. Era una época donde todavía China era gobernada por Mao y la pobreza afectaba al 97% de su población. Con la India pasaba lo mismo pero era gobernada por sectas que se mataban entre sí.

Pero ahora esos dos países han incorporado al mercado alrededor de 600 millones de habitantes que consumen como los de cualquier país desarrollado aunque no derrochan el dinero. Si a eso le sumamos el crecimiento natural de la población, donde un 40% es clase media y media baja, que gasta y consume, hablamos de 350 millones de nuevos consumidores en los últimos 20 años.

Pero muchos países del Asia y el mismo caso de Brasil, también han reducido la pobreza sustancialmente en la ultima década, donde según algunas estimaciones, hay 140 millones más de consumidores que compran y gasta muchos más dinero que antes.

Todo eso representa casi mil millones de personas que demandan cada vez más bienes por habitante y la tendencia es que siga subiendo en las próximas décadas.  

Eso ha disparado los precios de todas las materias primas y no la especulación, de la que tanto disparate se habla. Ha convertido el azúcar en un producto rentable, el cacao en un bien altamente demandado y con altísima rentabilidad y el café por igual. Hablamos de especulación cuando el maíz y el trigo suben de precio encareciendo el pan, el pollo, las carnes o los dulces. Pero no decimos nada, más bien nos enorgullecemos, cuando el cacao se dispara sobre los US$3,000 la tonelada, que es una barbaridad.  

Pero ese es el mercado porque los chinos e hindúes también comen chocolate. Igual, endulzan sus postres y lo acompañan con un buen café. 

Nuestro mensaje es que hay que volver al pasado. Vender, alquilar, concesionar, o hacer lo que sea con las tierras cañeras para duplicar o triplicar la producción de azúcar. Hay que especializar un fondo con recursos públicos (Fondo de Garantía) para apalancar préstamos de la banca privada para la rehabilitación y expansión del café y el cacao en pequeñas y medianas propiedades.

El consumo seguirá aumentando porque China y la India seguirán creciendo y la población también. Eso implica que los precios podrían bajar algo en el futuro pero jamás volverán a ser los de hace 15 o 20 años atrás porque la tendencia es a seguir subiendo.

Esto no significa que abandonemos los frutales, el banano o los invernaderos, que le han dado cierta vida al campo dominicano aumentando las exportaciones. Pero nada de eso alcanzará jamás la cantidad de dinero que representa la expansión de la producción y exportación de café, cacao y azúcar.  Aun con el derrumbe de las exportaciones de estos 3 renglones, todavía hoy representan divisas que alcanzan los US$400 millones anualmente, 20% de todas las exportaciones del país, sin incluir zona franca. En 5 años podemos triplicar esa cifra.

¿Hay posibilidad de lograr esa hazaña? Tenemos las tierras necesarias, la mano de obra disponible, el conocimiento de esos cultivos por más de un siglo (know how) y capacidad de ser altamente competitivos en todos ellos. Pero lamentablemente tenemos un gobierno que eso le importa un carajo ya que re direccionar sus inversiones le impediría robar como lo hacen ahora, con sus obras monumentales en el gran Santo Domingo y el despilfarro en gastos personales y clientelismo.      

Para salvarse, este país necesita urgentemente un cambio de dirección política, porque mientras el PLD siga gobernando nada bueno nos espera en el futuro.