Los partidos y los candidatos, hacen muchos compromisos de campaña para lograr sumar voluntades y ganar las elecciones, no siendo éstas las mejores ni las propuestas elaboradas sobre la base de programas de gobierno. Hoy lo que priman son los intereses particulares de personas o grupúsculos sin conceptos.  Nadie expone nada por los sueños de un mundo mejor, como lo hacíamos de jóvenes exponiendo la vida, cuando formamos los círculos de estudio por los años 70.

Ahora bien, si el Presidente Danilo Medina quiere hacer un mejor gobierno los próximos 4 años, debe exigir planes de trabajo cónsonos con el proyecto de nación que plantea, tanto a los funcionarios peledeistas como a los aliados que enganchara al gobierno. Las alianzas no se hicieron para entregar botines de guerra y dejar a manos sueltas a los socios. Esta es una empresa que debe administrarse con transparencia,plantación, ejecución y control.

Pues como decía más arriba, son muchos los compromisos, las alianzas etc, sin embargo el problema no es cumplir con ellos, es que los favorecidos con posiciones gubernamentales, no pueden dejarse con las manos sueltas.  Y así como el presidente está en el deber de supervisar sus funcionarios para que cumplan con su responsabilidad, la sociedad debe buscar los mecanismos para presionar a la buena gobernanza ante la falta de una oposición comprometida y consciente de su papel.

Nunca en este país, alguien ha rechazado una posición por falta de conocimiento, y es penoso que se repita colocar políticos sin preparación en posiciones importantes aunque también soy de opinión de que eso no limita a un buen líder, a un buen SER HUMANO a hacer las cosas correctas bien hechas. Por lo menos tener la voluntad y formar equipos de trabajo para ayudarse, porque hoy en día, aprendemos de sus beneficios, contrario al estilo de muchos de concentrarlo todo y cuando pretenden hacer actos reñidos con las buenas normas.

Pablo Milanes canta una canción que dice: La vida no vale nada/ si no es para perecer /porque otros puedan tener/ lo que uno disfruta y ama/ La vida no vale nada /si yo me quedo sentado/ después que he visto y soñado /que en todas partes me llaman.  Y yo me pregunto, ¿para qué sirve la vida, si no somos capaces de merecer el aprecio de la gente que hemos de servir en la vida política, la ciencia que nos da las mejores oportunidades de hacer las grandes cosas por nuestros ciudadanos?

La vida no vale nada, si al final, no podemos mostrarle a nuestros ciudadanos los éxitos de nuestros planes, los logros de nuestras dependencias, el aprecio de nuestros empleados, hasta los más humildes, y de toda persona que necesitó y recibió los servicios públicos para los cuales nos debemos. Ahora bien, no basta solo con la buena voluntad, necesitamos más control y supervisión, porque son muchas las necesidades, y poco los recursos,  proveniente de los impuestos de todos.