A casi veintiún (21) años del inicio de la Capitalización del Sector Eléctrico, la distribución-comercialización, caracterizada por una pésima e ineficiente gestión, donde predomina el exceso de empleomanía y gastos corrientes de las distribuidoras, continúa siendo el talón de Aquiles y el dolor de cabeza del sector eléctrico y las finanzas públicas. Entre el 2012 y el 2020, las distribuidoras han incrementado su nomina de empleados, en mas de tres mil (3,000).

El Cuadro 1, presenta un resumen de estadísticas para el periodo 2014-2019, extraídas del Informe Dominicana En Cifras 2019, publicado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el Informe de desempeño del Sector Eléctrico Diciembre del 2019 y los Informes de Gestión Comercial, 2015 a 2019, ambos publicados por la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).

 

De las aproximadamente 3.2 millones de viviendas que existen en el País en el 2019, de acuerdo con las estimaciones realizadas a partir del Informe de la ONE, el 27%, equivalente a unas 682,331 viviendas, consumen electricidad y su consumo no es medido por carecer de contadores o medidores. De acuerdo con informaciones extraoficiales asociadas a las instituciones gubernamentales del sector eléctrico, se estima que alrededor de un (1) millón de usuarios, consumen electricidad y su consumo no es medido, por carecer de contadores.

Resulta insólito, increíble, inaceptable, imperdonable, injustificable, indefendible, que en pleno siglo 21, año 2020, a veintiún (21) años del inicio de la Capitalización del Sector Eléctrico, exista esa gran cantidad de hogares que consuman electricidad y su consumo no sea medido, por carecer de contadores. Esto confirma, la incapacidad, ineficiencia y pésima gestión de las distribuidoras, las cuales son muy eficientes y diligentes, para estafar a los clientes, sobrefacturando su consumo de electricidad durante la cuarentena.

Edesur, siendo una empresa deficitaria, con elevadas deudas, virtualmente y técnicamente quebrada, al igual que las demás distribuidoras, la cual fue, la distribuidora de peor desempeño y gestión en el 2019, según el Informe de Desempeño del Sector Eléctrico publicado por la CDEEE, si es eficiente y diligente,  para convocar una licitación, declarada de urgencia, con el propósito único de comprar, cincuenta y siete (57) millones de pesos en mascarillas, licitación que tuvo que ser cancelada, luego de varias denuncias y cuestionamientos públicos que se produjeron. 

Los clientes residenciales, cuyo consumo de electricidad fue facturado por las distribuidoras en el 2019, representaron el 91.18% (2,304,389), del total de clientes cuyo consumo fue facturado por las distribuidoras.

El 74.62% de los clientes residenciales y comerciales (BTS1 y BTS2), cuyo consumo de electricidad fue facturado por las distribuidoras en el 2019, equivalentes a 1,885,831de clientes, tuvieron un consumo mensual total menor a 200 kilovatios hora, mientras que solo el 2.66%, de los clientes residenciales y comerciales, cuyo consumo fue facturado por las distribuidoras, equivalentes a unos 67,192 hogares, tuvieron un consumo mensual de electricidad mayor a los 700 kilovatios hora.

Llama poderosamente la atención, que alrededor del 75% de los clientes residenciales y comerciales, alrededor de un millón novecientos mil (1,900,000) clientes, cuyo consumo es facturado por las distribuidoras, tengan un consumo mensual tan bajo, menos de 200 kilovatios hora al mes, sobre todo tomando en cuenta, la cantidad de electrodomésticos, que según la ONE, posee las viviendas en la Republica Dominicana.

Según el estimado para el 2019, en función a los datos de la ONE, el 82.7% de los hogares en la Republica Dominicana, equivalentes a unos 2,653,029, poseía una nevera, el 78.1%, equivalente a unos 2,506,030 hogares, poseía una lavadora y el 83.9%, equivalente a unos 2,693,469 hogares, poseía al menos un (1) televisor.

Con esa cantidad de electrodomésticos descritas anteriormente y que figuran en el Cuadro 1, unido a las cantidades importantes de radio o equipo de música, se hace difícil entender, como alrededor del que alrededor del 75% de los clientes residenciales y comerciales, cuyo consumo es facturado por las distribuidoras, tengan un consumo mensual tan bajo.

El gran desafío y reto, para las próximas autoridades, que dirigirán el sector eléctrico a partir del 16 de Agosto del 2020, es la reducción drástica, de las elevadas pérdidas totales (energía comprada a los generadores-energía cobrada a los clientes),  de las distribuidoras, las cuales se situaban en Febrero del 2020, en alrededor del 30% , así como la drástica reducción de la ineficiencia y pésima gestión administrativa de las distribuidoras y la CDEEE, expresada en un excesivo numero de empleados y excesivo gasto corriente. 

Para lograr reducir las altas pérdidas totales, deberá realizarse un agresivo plan de inversiones en programas efectivos de reducción de perdidas, con una inversión inicial para el 2021, de una suma entre los cuatrocientos (400) millones de dólares y los quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa. Con esta inversión masiva en reducción de perdidas, que entre otras cosas, instale contadores a todas las viviendas, comercios e industrias, que consuman electricidad, se estaría en la dirección correcta, de poder detener y controlar la hemorragia financiera que sangra a las distribuidoras y a las finanzas públicas y producir el punto de inflexión en la gestión comercial de las distribuidoras.

Las pérdidas totales en el sector eléctrico entre el 2008 y el 2019, se han venido reduciendo a razón de un punto porcentual por año. Con esa velocidad de reducción, para alcanzar una perdida total de 15%, se requeriría alrededor de quince (15) años adicionales.

Una inversión anual en el orden de los ciento cincuenta (150) millones a doscientos (200) millones de dólares, que es el rango de inversión, que supuestamente se ha realizado en los últimos ocho (8) años, para reducción de las pérdidas totales de las distribuidoras, prolongaría la agonía y sangramiento de las finanzas públicas, pues el dinero que no se invierta en reducción de perdidas, deberá ser transferido en forma de gasto o subsidio al sector eléctrico, para poder suministrar entre el 75% y el 80% de la demanda de electricidad, que es lo que se suple en la actualidad, aun en la época de cuarentena, donde las distribuidoras, no han sido capaces de abastecer el 100% de la demanda, persistiendo los tediosos y molestosos apagones que castigan a la población, con todo y la entrada en operación de las dos (2) unidades, de la Central Termoeléctrica Punta Catalina.

En los últimos ocho (8) años, el déficit anual, en flujo de caja (ingresos menos egresos) del sector eléctrico (distribuidoras mas CDEEE), supera con creces los mil (1,000) millones de dólares. Entre el 2012 y el 2019, del Gobierno central ha transferido al sector más de trece (13) mil millones de dólares, según confiesa con dolor, enojo y frustración, el propio Presidente de la Republica, en un improvisado discurso pronunciado en Diciembre del 2019, durante la inauguración del gasoducto que transportara gas natural entre la terminal localizada en Caucedo y el parque de generación térmico instalado en San Pedro de Macorís. Según las declaraciones del Presidente de la Republica, a pesar de la enorme transferencia de recursos económicos al sector eléctrico, la situación está peor que hace siete (7) años.

Para contener la hemorragia financiera del sector eléctrico, se necesita la aplicación de un torniquete y ese torniquete se lograría, con la inversión masiva en el 2021, entre los cuatrocientos (400) millones de dólares y los quinientos (500) millones de dólares, sujetos a una evaluación previa, para ser dedicados única exclusivamente en proyectos y programas de reducción de las pérdidas de las distribuidoras, medida y decisión de inversión, a ser complementada, con la reducción drástica de los gastos corrientes de las distribuidoras y de la CDEEE.