Estuvo de visita José Martí en alguna ocasión en Puerto Plata, en los tres viajes que realizó  al país.

El Lic. Emilio Rodríguez Demorizi ha sostenido: “Sus tres viajes a la República, en 1892, 1893 y 1895, completaron su visión del país y el conocimiento de sus hombres. Sus escritos en loor de gentes y cosas dominicanas constituyen su recompensa por la dádiva de Máximo Gómez y por la unánime adhesión dominicana a su causa”. Martí en Santo Domingo, segunda edición. Talleres Gráficos de Manuel Pareja Montaña, Barcelona, España, 1978, pág. 23. (Fundación Rodríguez Demorizi. Vol. VII).

Existen opiniones encontradas sobre dicha interrógate. .

Algunos sostienen que Martí no visitó nunca a Puerto Plata, por no existir ningún indicio documental que avale tal aseveración. He revisado los Libros de Actas del Ayuntamiento Municipal de Puerto Plata y hasta ahora no existe nada sobre la visita de José Martí a Puerto Plata.

Es el propio José Martí en sus Obras completas, segunda edición, tomo 4. Habana, Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, 1975. (Instituto Cubano del Libro), nos dice  que no visitó a Puerto Plata.

Veamos que le dice Martí en una carta dirigida al Sr. Presidente del Club “10 de Octubre”, de Puerto Plata:

“Muy ansioso ha estado siempre el Delegado (léase José Martí)  de visitar al club”10 de Octubre”. Pero ya explicó, en compañía dirigida al club, las razones de prudencia, y que han dado ya todos los resultados apetecidos, por qué por motivos locales muy patentes y atendibles, relacionados con el país en general, no visitó el Delegado en el primer viaje, muy contra su corazón a Puerto Plata, y a los magníficos hijos, a los hijos probados que tiene ahí tiene Cuba.  El segundo viaje a Montecristi fue una simple visita de consulta al general Máximo Gómez. Y hoy cuando el honor estalla, y la obra está ya regada con sangre, ni aun con el tiempo bastante, que le está negado, pudiera la Delegación visitar el club, porque en eso, como en todo, el éxito, que puede ser muy grande , de las labores de Cuba en este país, depende de que nuestra moderación en todo lo ostensible, sin caer por eso en timidez innecesaria e indigna, nos permita con placer el país el ejercicio de un patriotismo que respetará y ayudará  a él más,  mientras mas cuidadoso sea este patriotismo  nuestro en evitar al país conflictos exteriores, ni querellas interiores de nuestros enemigos. De todos modos débase  esto decir, y hacer: debe continuamente proclamarse que no es el objeto del club azuzar en tierra amiga el odio hacia los que a ella, como hoy a nosotros oprimieron: sino aspirar a la libertad, con toda la solemnidad del hombre libre. Que el acento de nuestras palabras sea, principalmente en lo público, no clamor inútil de venganza feroz, que no cabe en pechos nuestros, sino el justo cansancio de un pueblo sofocado que aspira por su emancipación de un gobierno convicto de nulidad y malevolencia, al gobierno propio de que es capaz y digno. Ese es  el Partido Revolucionario. Ese ha sido y seguirá  siendo el club”10 de Octubre”. (Ver  tomo 4, Obras completas de José Martí, pág. 76).