La posibilidad de la presencia en el país del virus del Zika y su inminente epidemia, debeser una vez más, un punto de convergencia de los mejores esfuerzos y adecuadas estrategias entre la población, organizaciones civiles y comunitarias y las autoridades de salud para prevenir y tratar una enfermedad que al igual que la fiebre amarilla, el Dengue y la chikunguya se le atribuye su transmisión al mosquito Aedes Aegypti.
Este mortífero volador plenamente identificado y muy bien estudiado, supera en letalidad a las huestes yihadistas del E.I. siendo responsable de más de 25,000 muertes en el mundo durante el pasado año.
Conocer sus características como vector de la enfermedad (reservorio y transmisor) nos permite empoderarnos en forma personal de nuestro proceso de prevención para sí mismos y nuestra familia y mantener nuestro hogar libre de estos flagelos que trasmite el mosquito o mejor dicho la mosquita.
La hembra del mosquito en su afán de preservar la especie, es la única hematófaga es decir, se alimenta de sangre (el macho es vegetariano) y la utiliza para madurar sus huevos. Su área predilecta de ataque son los tobillos y lo hace con la luz del día, durante períodos de baja intensidad de la luz solar; en general, lo hace al amanecer (6:00 a 8:00 am.) o antes del anochecer (5:00 a 7:00 pm.).
El mosquito, contrario a la creencia de que solo pica una vez, puede hacerlo varias veces antes de poner sus huevos y al inyectar saliva para anestesiar el área en que pica, va inoculando el virus en cada una de las personas
También prefiere depositar sus huevos sobre agua o en las paredes internas de recipientes. Ahí pueden permanecer los huevos hasta un año en estado de latencia esperando ser cubiertos con aguas limpias y estancadas para eclosionarlo, siempre cercanas a los hogares y nunca en charcos, pantanos ni cultivos. Un día después de volar está listo para reproducirse y puede durar entre 15 a 30 días de vida eligiendo siempre el medio urbano y no rural. Esto junto a su color negro con rayas plateadas en sus patas, le han dado el apodo de el 'tigre de la cuidad' en donde puede alcanzar un radio de acción de 40 a 60 metros del lugar de los criaderos, aunque el viento o vehículos de motor lo pueden llevar a grandes distancias.
Su natural evolución le ha hecho aprovechar los criaderos de larvas generados por la actividad humana como consecuencia de patrones culturales y tradicionales, como son las gomas viejas en patios, residuos plásticos, plantas ornamentales como las bromelias así como recipientes para el almacenamiento de agua, lo que se constituyen en una permanente disponibilidad de criaderos potenciales para esta especie.
El mosquito, contrario a la creencia de que solo pica una vez, puede hacerlo varias veces antes de poner sus huevos y al inyectar saliva para anestesiar el área en que pica, va inoculando el virus en cada una de las personas.
Una vez Identificado el enemigo, debe ser combatido en todas sus etapas de huevo, larva, pupa y adulto. Nos basta con fumigar, sino que debemos establecer una continua vigilancia de nuestro entorno y proceder a eliminar criaderos de mosquitos lo cual puede ser un pasatiempo interesante que además de divertido, nos puede salvar la vida y la de nuestros seres queridos.
Para comunicarse con el autor recel.drfontana@gmail.com
Puede leer artículos anteriores en http://acento.com.do/author/rfontana/