La violencia es un sentimiento o condición inherente al hombre desde los inicios de la humanidad. Cazando para comer, aniquilando a los imperios y reinos que violentaban a juicios de otros hombres el libre transitar y ambiciones del otro humano.

Las grandes civilizaciones y religiones que pueblan este planeta se forjaron en la lucha encarnizada contra el "enemigo", ese "infiel" que no está de acuerdo con nuestro parecer y por eso debe ser aniquilado. La historia y nuestro presente más reciente está plagado de actos violentos, de terrorismo a grandes escalas. Ese terrorismo cobarde jamás se ha ido. Viene empaquetado en diferentes marcas: Al Qaeda, Boko Haram, Hermanos Musulmanes, Hamás, etc… ISIS (Estado Islámico) es la "nueva" marca terrorista que no solo se complace con asesinar a diario a miles de sirios e iraquíes sino que también se adiestra en potenciar la tecnología y sus medios de comunicación para una propaganda humillante e inhumana.

Escribir sobre ISIS conllevaría mucho espacio. Un grupo creado por Estados Unidos para otros fines distintos a los actuales, solo les importa sus yacimientos de petróleo e instaurar allí donde van su califato. Crece y se afianza por jóvenes nacidos o criados en distintos países europeos, que se dejan influenciar a través de su propaganda reivindicativa contra occidente y llegan a Siria para entrenarse bajo ese feudo y luego, si salen de allí con vida, pues poner en práctica y atacar a esos países europeos que a su familia y a ellos les ha brindado una mejor vida.

Años tenemos observando los distintos actos terroristas que han sucedido en Europa hasta llegar al más reciente, en Bruselas. Pero ese terrorismo que tanto espanta en Occidente, una gran parte de Oriente Medio, algunos países de Asia y varios países africanos llevan años sufriendo de una manera despiadada esta sinrazón y las naciones ricas y portentosas del globo parece que no lo recuerdan, y solo se llevan las manos a la cabeza cuando ese terrorismo ataca a Estados Unidos o al viejo continente.

En ese sentido, Siria lleva cinco fatídicos años de guerra que ha dado al traste, con el surgimiento de pequeños grupos tanto en la defensa del gobierno de Al Assad o en su contra. Siria, además, tiene al ISIS en sus entrañas, en la provincia de Raqqa, su bastión donde luchan, se entrenan y avasallan a una población temerosa de ellos.

En un reciente artículo del prestigioso periodista británico John Carlin, citó una crítica de dos libros sobre el ISIS publicada en el New York Review of Books en agosto del año pasado, cuyo autor era un ex oficial de la OTAN experto en Oriente Próximo, se tituló El misterio del ISIS. Concluyó diciendo: “No está claro que nuestra cultura sea capaz de acumular el suficiente conocimiento, rigor, imaginación o humildad para comprender el fenómeno del ISIS. Por ahora deberíamos reconocer que estamos no solo horrorizados, sino perplejos”.

El terrorismo, muertes sin sentido ni razón…..