Cada vez que República Dominicana ha sido condenada por violación a los derechos humanos de los haitianos, se inventan los mismos cuentos: que quieren unificar los dos países y bla, bla, bla… Nunca se han tomado medidas para proteger a los haitianos de las garras de los explotadores, que su única finalidad es acumular ganancias, sin importar los derechos de los inmigrantes.

Ahora se suman los venezolanos. Igual que a los haitianos, sin importar que sean legales o ilegales, los están contratando con salarios calamitosos. La explotación es tanto como obreros o profesionales.  Muchas empresas grandes y pequeños negocios los amenazan de que si los denuncian su destino será la deportación “para ir a pasar hambre a Venezuela”.

Conozco jóvenes “emprendedores” que la materia prima de sus negocios son los venezolanos: discriminan a sus compatriotas y a los extranjeros los engañan. El “pecado original” es, violando la ley, no contratar a los dominicanos, evadiendo la seguridad social y el pago de un salario decente. 

Los chinos

Si no se protege a los dominicanos, que se van en yola porque los empresarios los dejan desempleados para contratar a los extranjeros, mucho menos las autoridades van a defender a los desdichados haitianos o venezolanos.

Siempre he denunciado la explotación a los haitianos en los comedores chinos, que están por todas partes. Nunca emplean dominicanos, sino haitianos. Antes de cumplir los tres meses los despiden, para no acumular el pago de sus prestaciones.

Si realmente República Dominicana  es una nación cristiana, miren lo que dice la Biblia de como se deben tratar los extranjeros: “No opriman a los extranjeros que habiten entre ustedes. Trátenlos como si fueran sus compatriotas, y ámenlos como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor su Dios. Levítico 14:33-34 RVC