“…La forma sigue a la función…”

Louis Sullivan

Esta frase que hemos utilizado como introducción para nuestro artículo de esta semana, es parte de una idea más completa, desarrollada o por lo menos atribuida  a Louis Sullivan, maestro de la arquitectura y de otros grandes como Frank Lloyd Wright.

Esta sola frase es, en sí misma, toda una declaración. Su matización posterior ha sido, desde luego, mejor aceptada alplantearse así: “…la forma y la función son parte de un todo…”

Nosotros, desde nuestro pequeño rincón profesional, intentamos poner esta matización en práctica e incluso nos hemos aventurado a explorar sus resultados desde la óptica de la integración de las renovables en la trama arquitectónica. En ese sentido venimos rondando el tema desde aquellos trabajos de investigación tan elementales y primarios, como los que iniciamos a mediados de los 2000; los mismos abordaban la cuestión de la integración fotovoltaica a la piel del edificio. El gran valor de aquella aportación, cálculos energéticos aparte,  fue la aproximación del tema a un contexto tropical en vías de desarrollo. El título de aquel trabajo fue: “Arquitectura Solar en Países Tropicales Emergentes; Tecnología Fotovoltaica. El Escenario Dominicano”.Aquel fue un trabajo no concluido, que sirve de introducción al tema, y que el autor intenta seguir desarrollando.

Existe más bibliografía, y muy solvente por demás, que puede servirle a lector como prólogo al estado de la cuestión que planteamos hoy. En ese sentido recomendamos las publicaciones de I. Hermannsdörfer y C. Rüb o de C. Schittich, por ser muy buenas y bastante fáciles de encontrar en librerías y bibliotecas.

¿Integrar?

La cultura de la integración de las renovables en el edificio, ha pasado de ser un tema utópico para el arquitecto no especializado, a convertirse en una necesidad básica de su programa arquitectónico, a desarrollar en su tablero de trabajo cotidiano…O por lo menos debería serlo.

Las compañías que desarrollan tecnologías para la construcción, hace años que intentan, con mayor o menor éxito, la integración de soluciones renovables o cuando menos sostenibles en los campos de la  generación y/o trasformación de la energía, así como de la captación de dicha energía en cualquiera de sus formas.

Desde geles de cambio de fase, que permiten el desfase en el intercambio de la temperatura,  entre un espacio interior y el exterior (frio- calor/calor frio), hasta soluciones más rudimentarias como las cubiertas vegetales, que buscan, no solo reproducir – en la cubierta del edificio- la huella física creada por este en el plano de sustentación, sino – y más importante aún – procuran aislar esta parte del edificio tanto del frío como del calor.

El tema del vidrio

El vidrio, tal y como lo conocemos hoy en su utilización constructiva, configura el paisaje urbano de nuestras ciudades, valga la redundancia.

Recordamos con cierta gracia, que en las clases de taller de diseño, escuchamos decir a algún profesor de proyectos que no se correspondía con el clima tropical /caribeño, la utilización de tanto vidrio. No pretendemos entrar en esta discusión, que llevaría notas de deslumbramiento solar y hasta de huracanes; preferimos derivar hacia las siguientes preguntas… ¿Y si esta gran cantidad de superficie vidriada fuera a la vez captadora de energía solar? …¿Y si la forma y la función fueran una sola cosa también en las cinco fachadas?

Nos vemos – o mejor dicho nos leemos – la semana que viene