En todo momento Blanca Kais Barinas(1935, San Cristóbal), se autoconoce en el poema a través de acentos dramáticos, y principalmente desde su ya reconocido lirismo particularizado en toda la estructura del poemario Las manos del tiempo(1998).  Aparecen las formas de un pensamiento poético afirmado en la tradición literaria hispanoamericana mediante los campos estilísticos proporcionados por el poema lírico femenino.

Como ya hemos destacado anteriormente la estructura de cancionero lírico y elegíaco nos permite detectar los niveles de expresión que no se desprenden de la consonancia poética postmodernista donde encontramos los ecos innegables de la tradición poética hispanoamericana tal como se puede observar en el poemario Giro azul (2008).  La escritura registrada como parámetro y unidad de lo lírico se justifica en la lectura que pronuncia también el des-fundamento y la relevancia de los elementos, utilizados de manera cuidadosa por Blanca Kais Barinas.

Un aspecto que merece especial atención en este poemario es la oposición apertura-cierre del texto poético. Entre el primer término y el segundo se advierten ejes composicionales que producen el diálogo en el centro mismo de la expresión poética.  La precomprensión del símbolo y la substancia poética extienden en el verso el conjunto formalizado y tematizado por el mismo impulso expresivo y por la aspiración sentiente en el lenguaje poético.

La búsqueda de Blanca Kais Barinas emerge del poema mismo y de los tonos, conjunciones y disyunciones de la estructura poética.  Lo inevitable de la ruta ontológica permite la lectura instituida por el flujo sensorio-perceptual de la melodía y el ritmo interior  desde los campos semánticos reconocidos en la alteridad propuesta en el poema:

Voy a seguir mi inevitable senda,

la de la soledad, y peregrina 

en un vagar sin rumbo y sin destino

Olvidar que te quiero de esta forma.

Tú estás aquí, en mí, en todas partes,

no importa donde estés ni donde vayas…

                                                                             (Perennidad, p.32)

Porque hay perennidad en la presencia. La poetisa pretende aceptar el amor en su constante e infinita pasión del ser, proponiendo el combate de los signos diurnos y crepusculares. La mismidad del ser y la autoidentidad pronuncian la visión óntica particularizada en el enfrentamiento ontológico de la misma visión fundante.  El poema Frente a mi (p.37) coenuncia la unidad existencial de la autora en una especie de autopresentificación y de autofundamento que determina el campo móvil de la expresión poética:

De nuevo frente a mí, poder acaso

ser yo misma otra vez,

con una indescifrable lejanía

En la voz y en los ojos,

voy siempre con la risa como escudo,

enfrentada a mi ser como en combate

en lucha involuntaria con mis sueños.

De nuevo frente a mi… desconocida

en reconocimiento de mí misma,

con la impalpable soledad de entonces…

y la palpable soledad de ahora…

En efecto, este poema resume la poética de Blanca Kais Barinas individualizada en ámbitos existenciales de soledad y sueño. Lo palpable y lo impalpable se reescriben no solo en la superficie, sino también en la profundidad del poema.  Risa y escudo, así como voz y lejanía, enfrentamiento y reconocimiento, dan cuenta de una contradicción inherente a toda poética esencial.  Pues la misma se define en la tensión conocimiento-desconocimiento-reconocimiento del ser.

El poema Deseo (p.39) marca también la definición poética y el enfrentamiento de Frente a mí:

Yo quisiera expandirme,

confundirme en la nada,

ser más que el horizonte,

ser más que el universo,

ser más que eternamente…

ser como el infinito,

la nada, las quimeras…

                                            (p.39)

La palabra ser pronuncia lo insondable que se afirma en el deseo y se advierte en toda la concepción poética de Blanca Kais Barinas.

La intuición de la poesía se hace posible a partir de unidades poéticas constitutivas denominadas poetemas que individualizan el perfil estilístico de la autora.  Las mismas producen el ritmo de superficie del poema:

(Explosión de vida, palpitar, amplitud de sueños, infinito, quimeras, risa remota, risa incierta, vida, muerte, paisaje con avidez y ensueño, espacio, avidez y nostalgia,  luz y destello, instante, lluvia, cuerpo, mundos, tiempo, sangre, ardiente primavera, rosa muerta, presencia inmóvil, palabra escondida, tristeza honda y desolada, las cosas, reconocimiento, presagio, partida, noche tormentosa, horizonte y espacio, regreso y camino, existencia y resguardo, fuerza de vida, avalanchas)

Estas unidades poéticas forman un corpus de base para el estudio y la comprensión de la poética de Blanca Kais Barinas. Dichas unidades constituyen el corpus expresivo cuya base poética y semántica desarrolla un universo textual presente en la historia de la poesía dominicana. Es desde este marco expresivo desde donde surgen los empalmes internos de estos poemas y de esta práctica de la poesía.

Podemos destacar, finalmente, que, un ámbito de signos y experiencias psicovitales y ónticas definen el reconocimiento poético de Blanca Kais Barinas, de cuyo mundo textual emerge una expresión auténticamente individual y esencialmente poética.

*Blanca Kais Barinas: Las Manos del tiempo, impresora El Águila, Santo Domingo, 1998, 53 págs.