Desde Barahona, en la región sur, una joven poeta que apenas traspasa la frontera de la adolescencia, alza su vuelo poético trascendiendo lo regional para colocarse en el espacio de lo nacional. Con el nacimiento de su primera obra literaria, Brizna Lunar, Victoria Camila Cuello inicia su recorrido por el camino de la poesía, con una auténtica voz poética que le abre -y abrirá a futuro- todo el horizonte en el complejo, pero emocionante, camino de la literatura.
Llevo clara y limpia en mi memoria de artista la imagen de una niña con tres años de edad, que jugaba con sus hermanitos, aquel día en que visité la casa del poeta Víctor Cuello. Él se refirió a ella, entre sus otros hijos, señalándola y diciéndome: "ella es poeta". Debo confesar, después de veinte años transcurridos de batallas culturales, que nunca lo dudé.
Tuve la certidumbre de que esa expresión era el producto de la observación, casi investigación, participativa de un progenitor, que es también un extraordinario poeta. Me coloqué como padre que se coloca en el otro; y el otro, en uno, frente a los descendientes, fieles reflejos de nuestros amores más profundos.
Pasaron los años desde aquel momento y ahora disfruto de los bellos poemas del libro "Brizna Lunar", poemario de la autoría de Victoria C., nombre con el que se abre camino nuestra joven poeta en el mundo de la literatura. Es un bello texto que recoge setenta excelsos y sorprendentes poemas, de breves y delicados versos, como la brisa que mueve su pluma de excelente poeta.
Los he leído varias veces y, cada vez más, me invitan a releerlos como refugio espiritual en este obligado confinamiento que sufre el mundo. Son poemas de amor desde un corazón que ama, para los que aman. El primer poema, titulado "Tus ojos cayendo sobre mí", es una bella pieza literaria conmovedora. Citamos:
Tus ojos cayendo sobre mí
"Tus ojos cayendo sobre mí
aquel día de verano
como soles que caen al horizonte
tus pasos acercándose tímidamente
y tu voz
(hilo suelto en el viento)
enhebrando palabras
saliendo de tu boca
como mástil de barco en un desierto
mis afectos a ti
puestos a prueba mil veces
tatuados quedaron en las sombras
al escuchar el disparo del rechazo". (Pág. 31).
En la obra encontramos un sujeto de la narración que viaja envuelto en un profundo lirismo, sostenido por la calidad expresiva de sus versos, a veces desgarrador, durante el recorrido de cada uno de los textos. Como un ángel bajo la lluvia, una joven escritora toca el arpa de sus sueños rasgando suavemente el aire y las nubes para provocar la lluvia desde el cielo. Y es que, desde estas alturas, Victoria C. sintetiza, en pocos versos, todo el universo de su alma interior de poeta de alto vuelo. Como comprobación de lo dicho, me permito plasmar el poema más breve del libro, de apenas dos líneas, titulado El invierno llega cantando. Citamos:
"El invierno llega cantando
los desamores de las amapolas". (Pág. 40).
La obra está prologada por el escritor y catedrático José De Rosamantes, quien al referirse a la obra que comentamos, nos expresa: "Son poemas concebidos en un romanticismo atípico, en el que se combina la exaltación a la fisonomía de la naturaleza, con el erotismo cándido, ingenuo e impecable".
La edición estuvo a cargo de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, FLAM. Esta primera edición es parte del proyecto Fondo Popular de Publicaciones Victoria Cuello, que tiene como objetivo promover la literatura en la región sur del país. Uno mi voz y todo esfuerzo para apoyar esta noble y justa iniciativa, que coincide con la celebración del cumpleaños número 24, en unas semanas, de la poeta Victoria C.