¡Cuántas similitudes! Quienes leyeron el “Libro de las Maravillas” de Marco Polo, no me dirán lo contrario: mirando el viaje de Danilo el Nuestro y reviviendo el viaje de Marco Polo a China.
“El libro de las Maravillas” de Marco Polo se publicó a su regreso de China (Catay), narrando las peripecias de ese largo y precursor viaje que había iniciado en 1271 partiendo desde Venecia para regresar a Génova, muy rico en 1295.
Venecia era la “Puerta del Oriente” porque en ese puerto muy activo por esos años llegaban las más extraordinarias mercancías orientales como la seda, las especies, los tapices o las vajillas de porcelana. El joven Marco Polo, se imaginaba un mundo mágico de fastuosidades ya que en la tradición judeo- cristiana, Oriente estaba en la dirección simbólica “del paraíso”, el lugar del “nacimiento de todo”. Cuando cumplió 17 años, su padre y tío lo invitaron a viajar a China y se inicio así, un viaje extraordinario en tierras desconocidas: al imperio de la dinastía Yuan (1271-1368) donde el Gran Khan, generoso y curioso a la vez, terminaría adoptando a Marco Polo y le facilitaría su educación, en particular sobre las tradiciones de China, varios idiomas, viajar a las regiones del interior, vivir a Khanbaliq (actual Pekín) donde asumió cargos en la administración. Su relato está lleno de expresiones de admiración sobre la grandeza, la majestuosidad, las riquezas de todos esos países que atraviesa, al punto que la hipérbole es constante y eso hace que se parezca más a un cuento que a un relato.
¡A quién, no llama la atención, esa misma fascinación, del entorno de Danilo Medina, en nuestras tierras ya que desde más de seis meses ya sabemos todo, de los preparativos del viaje, de los favorecidos con ese paseo “histórico” “nunca imaginado hace poco” de donde regresaran con miles de acuerdos, varios convenios y miles de promesas de un gran desarrollo!
Pues a partir de ahora, nos referiremos a Danilo el Nuestro, el viajero imaginario que inicio un viaje hacia China, en su relato “Viaje por tierras parecidas a las nuestras”.
Pues, estos días, gracias al viaje de Danilo el Nuestro, por China, confieso que me rememore el famoso relato de Marco Polo. Los preparativos del viaje –desde que el Canciller reanudo las relaciones con ese gran país pasando por la ruptura con Formosa- duraron casi 6 meses y se parecieron más a los de una boda que a ese viaje diplomático, normal, de presentación, inauguración de la embajada e invitación a una Feria comercial, en Shanghai. Ese viaje era una especie de 3 x 1, dada la extrema distancia entre China y esta islita del Caribe, colocada al lado de Cuba, que los chinos conocen de larga data.
La efusión con la cual se preparaba ese viaje se notaba en las repetidas noticias que llegaban, desde mayo de la lejana China, hubo delegaciones que precedían otras que se iban, y otras que regresaban siempre con noticias, que iban crescendo en el misterio, en la grandeza, creando expectativas como en una telenovela y la efervescencia era extrema, porque, el presidente Danilo el Nuestro, iba a China! ¡que manera de no hablar de cosas importantes y desviar sutilmente la atención de los parroquianos agobiados por la economía y la inseguridad!
Eso sí, con una delegación que parecía más a una mudanza que a una visita, se distraía la atención
El país mítico, misterioso al fin iba a recibir una comitiva de más de 70 personas, entre empresarios, escribanos y ministros. En ese largo periplo que le hacía cruzar mares y continentes, océano incluido, se vio varios cambios de horarios, de comida y de clima, Danilo el Nuestro, sonría obligado porque iba acompañado de los más inteligentes IPhone, Ipad, que transmitía al instante, el más mínimo detalles, a través los múltiples canales de radio y televisión que no temían, interrumpir sus programas para una intervención especial desde el aeropuerto, desde el avión, siguiendo paso a paso, la expedición hacia tierras extranjeras.
Los primeros anuncios del viaje también eran ambiguos, decían ….. “que el jefe del Estado dominicano partirá a Beijing, ….“donde será recibido por el presidente Xi Jinping” ……..dejando pensar que este, vendría al aeropuerto personalmente, ¡cuánta inocencia, ¡cuánta incredulidad! en esos viajeros tan estimulados por el viaje que llegaban a pasar algunas mentiritas. Pero no era suficiente, sutilmente se decía que:
…. ..”Permanecerá allí los días 2 y 3 de noviembre y estaba previsto que mantenga reuniones de trabajo con su homólogo chino (es decir Xi Jinping) ; con el primer ministro, Li Keqiang, y con el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular de China, Li Zhanshu, entre otras autoridades.
Y se seguía con mentiritas en ese anunciado viaje, aludiendo a que el gobierno entero se iba a reunir con Danilo el Nuestro, que llegaba del Caribe??? Se desconocían las costumbres de los anfitriones chinos, es obvio, la realidad seria otra ya que el Presidente Xi Jinping recibía en esos días, a más de 100 delegaciones venidas del mundo entero.
Pues, el viaje de Danilo el Nuestro se iniciaba en condiciones extraordinarias, todos usaban hipérboles por no poder describir con palabras sencillas, la magnificencia de la recepción, unos hablaban de “histórico” viaje, otros hablaban de” irrepetible” viaje, destacaban todos la trascendencia del viaje y el tratamiento de “Estado” que no tenía “parangón”, en la Historia de China. A propósito de la pomposidad y solemnidad de la recepción, los más pariguayos dijeron que “la ciudad se paralizo cuando el avión aterrizo” y como niños, al fin en vacaciones, en el camino a Beijín, “solo veían las banderas dominicanas colocadas al lado de la bandera china, a lo largo del trayecto del aeropuerto” , alabando un protocolo universal, como si no podían describir por ejemplo, lo que veían camino al hotel, como todos lo hacen cuando llegan a Las Americas hasta entrarse en la ciudad capital.
Y ni imaginar, las emociones cuando Danilo el Nuestro fue recibido, a solas, con dos acompañantes nada más, por el presidente Xi Jinping en el Palacio del Pueblo, en una entrevista que duro a penas, hora y media. Pues los tweets mandados eran de suma desproporción, eran numerosos porque después de la cita, una orquesta china habia interpretado la banda sonora del tradicional merengue dominicano “Caña brava”. ¡Cuán fácil es imaginar la algarabía entre la comitiva y sus movimientos al escuchar la güira y el tambor con sabor a cañaverales………….!lastima que el PLD los liquido apenas llegado al Poder!.
Todos los relatos del viaje usaban exageración, todo era grande, fabuloso, majestuoso en el recibimiento, porque los Chinos tenían muchas expectativas al viaje de Danilo el Nuestro, no era lo contrario!!!
Según los relatos recibidos, supimos que gran estupor y admiración se apoderaron de la comitiva porque el personal de seguridad que la escoltaba, hacia Shanghái, contaba con más de 580 policías, y que cada movimiento de Danilo el Nuestro era protegido y resaltaban que era debido a la importancia del mandatario y del buen trato que se le reservaba, a el, especialmente. Nadie se atrevió ni Martínez Pozo tan amante de la libertad, cuestionar ese servicio pesado de encuadramiento y vigilancia, no era el momento! Pero también nadie pensó que podía ser por los recuerdos del profesor Juan Bosch que en los años de 1966 a 1973, tenía un período de reflexión político-ideológica, había visitado a China en 1969. Más tarde, los viajes a Yugoeslavia, Rumanía, Corea del Norte, China, Viet-Nam y Camboya, lo habían alzado al nivel de líder del Tercer Mundo.
Ya los visitantes dominicanos y sus anfitriones no eran tan ideologizados, sus motivos de viaje eran más pragmáticos: China hace años, había iniciado una “gentil penetración económica” en América Central y del Sur para competir con Tio Sam.
No sabemos las razones, los escribanos no comentaron nada de la capital, de su organización espacial, nada de la calidad del hotel, de los servicios, de las costumbres de la gente, su movilidad, sus atascos, sus rascacielos, su estética, nada sobre la ciudad, no hay descripciones, ningún detalle sobre la vida o los monumentos, excepto como decía Martínez Pozo, “mucho desarrollo ….mucho, mucho…” y Danilo el Nuestro en Beijín.
Nuestros visitantes se subieron en el tren bala para llegar a Shanghai en 4 horas, y como una letanía, solo repetía “cuanto desarrollo… cuanto desarrollo”. Por fin, llegaron a Shanghái y supimos que el trato era tan personal que la comitiva dominicana dio a entender, que era la única en esa Feria, el único personaje de importancia en el lugar, era el stand donde se promovió lo que sabemos hacer. El episodio de los productos agrícolas nos “a-campesino” porque se explicó a los amigos chinos, con minucia y precisión como eran nuestra yuca, mangos, aguacates, tabaco, cacao….como se hervían, como se pelaban pues la comitiva de Santo Domingo hizo lo mismo que Marco Polo solo 9 siglos antes cuando, presento los productos agrícolas al Gran Khan, que los conocía todos……porque, en definitiva, todos ignoraban el tamaño de China, los climas de ese país que lo hacen tan rico…. y todo termino en hojas de tabaco y de ron.
Para terminar el relato de viaje y para que los amigos chinos nos ubiquen bien en el Trópico, el escribano más agresivo de la comitiva, recordó en sus emotivos comentarios que “éramos la Isla del Caribe que algo tenía en común con China”: muchos empezaron a buscar en que nos podíamos parecer, porque en color no, en idioma, no y tampoco era el tamaño, no era el nivel poblacional, no era la lengua, ni la cultura……………e inmediatamente destaco que ¡ “era nuestra economía”!! . Nos parecemos, a China, porque la Republica Dominicana tiene el mas dinámico crecimiento de la región, de Centro América que nadie nos supera en la zona!,… más de un 6 %, ni Chile, ni Colombia, solo se puede comparar …………con el de China.
Ya había entendido, la razón del viaje de Danilo el Nuestro, mostrar a China que somos iguales, favorecidos por un 6 de crecimiento anual, como ellos y le fuimos hablar de tu a tu! Para regresar, la cola entre las piernas, con la promesa de poder ¡endeudarnos más, con una promesa o oferta de préstamo a 2 %! Que viaje tan poco productivo, dado el costo!.
Pues amigos, solo me queda, invitarlos a leer el libro de las Maravillas de Marco Polo, ahí verán lo que era, ya, China en el siglo XIII y como, entre muchas otras cosas, observa que las mujeres chinas tienen la piel blanca……. porque no le gusta el sol, nunca se exponen al sol para no mancharse la piel..… pero la grande y culta comitiva no había leído “El libro de las Maravillas” de Marco Polo y seguro que, el viajero más agresivo de esa comitiva, escribirá un día mi “Viaje por tierras parecidas a las nuestras”.