Por décadas los dominicanos y dominicanas, hemos escuchado que la agricultura constituye junto al turismo, la espina dorsal de nuestra economía, sin embargo, en lo referente a los sectores agrícolas, conforme a los enfoques estratégicos y la evaluaciones de campo hechos por el Consejo Regional de Desarrollo Inc. (CRD), las actuales estructuras de nuestra economía agrícola, evidencia una muy preocupante debilidad y fragilidad, que amerita de una urgente reorientación, para que cumplan su rol motorizador del desarrollo del país.
Conforme a éstos, si bien hoy en día, producimos más bienes exportables no tradicionales, no menos cierto es, que los problemas y la incertidumbre en el campo se han multiplicado, con la agravante de que producto de políticas neoliberales, muy bien dirigidas, desmontamos y desmantelamos nuestra principal agroindustria que eran los ingenios azucareros.
De igual forma, resaltan, que nuestra producción cafetalera inicio un proceso lento y sostenido de descenso, fruto de muchos factores, entre ellos: enfermedades como la roya y la broca, debido a la falta de una política de protección a este cultivo tan importante en el campo y para el país.
Citan a su vez, el caso preocupante de una producción tabacalera reducida en forma exponencial, aunque tenemos en el país una gran industria productora de cigarros muy prestigioso en el mundo, lo cual, aunque parece contradictorio ante la realidad que presenta el sector tabacalero, pero es así.
¿Qué pasó con los productos de exportación primarios de nuestra economía que hasta 1970 fueron los pilares que sustentaron la misma?:
En tal sentido, las conclusiones de los estudios del CRD, recogen que perjudicialmente para nuestra nación y su población presente y futura, simplemente han desaparecido y hoy en vez de ser grandes exportadores, somos grandes importadores de esas materias primas, que luego son transformadas en azúcar o café molido o cigarros para la exportación.
Para el organismo de desarrollo, el plan de los neoliberales puesto en práctica por varias décadas en República Dominicana, para imponer masivas importaciones en perjuicio de la producción nacional, funcionó muy bien y a perfección, perjudicando a la producción agrícola y con ellos el desarrollo nacional.
Algunas incronguencias insostenibles:
Las directrices que recomienda el CRD, llaman a reflexionar profundamente sobre las problemáticas que hemos generado en nuestra producción agropecuaria, ya que pese a ser un país que lo tiene todo para producir, hemos preferido ser ensambladores de productos, con materia prima que producíamos antes y ahora somos grandes importadores de las mismas, poniéndoles aquí un valor agregado y para luego exportar, como resulta el caso, de los cigarros, el azúcar y sus derivados, los cuales actualmente somos grandes importadores y luego exportamos convertidos en otros productos, tales como: Rones y así sucesivamente.
Al respecto, añaden, que tenemos crisis con nuestros vegetales de invernaderos y campo abierto y no disponemos de una industria que ponga valor agregado a nuestros pimientos, pepinos, etc.; haciendo conservas, dulce disecado, harina, encurtidos, entre otros; por tanto, debemos asumir un mejor rumbo, en virtud de que si dispusiéramos de estas agroempresas, hoy no tendríamos que virtualmente estar botando estos productos y los productores de esos rubros viviendo situaciones angustiosas.
Citan en el mismo sentido, que somos grandes productores de aguacate, sin embargo, cada año se desperdician millones de unidades por falta de mercado y mas ahora con la veda de la mosca del mediterráneo, y no disponemos de una sola agroempresa, que procese esta preciada materia prima, para extraer aceites esenciales sumamente cotizados en el mundo o convertirlos en guacamole para la exportación.
También ponderan, que si bien es cierto, que nos podemos ufanar y sentir orgullosos de que somos un gran productor y exportador del mejor cacao orgánico del mundo, pero no hemos sido capaces, de volver al pasado cuando en los años cincuenta, éramos procesadores de cacao, convirtiéndolo en finos confites. (Llama a recordar en esta significativa labor, la famosa chocolatera de Puerto Plata, que operó hasta entrada de la década de los años 60.)
Metas a lograr:
El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), desde hace varias décadas, ha realizado propuestas muy concretas en torno a la transformación de nuestra economía agropecuaria, a fin de que no continuemos a espalda a lo que está pasando a nuestro alrededor en países como Costa Rica y otros con condiciones climáticas y de cercanía a los mercados menos favorables que el nuestro, los cuales actualmente, exhiben una bien consolidada economía agrícola, que les sirve realmente como palanca a su progreso y a su desarrollo socioeconómico.
Por tanto, sugiere a los diversos sectores nacionales tomar la implementación de sus estrategias, para dar paso a una revolución industrial y tecnológica en nuestra agropecuaria, así como, a políticas e iniciativas que conduzcan a generar cambios profundos en el habitad y las condiciones de vida de los productores y obreros agrícolas, a fin de ponernos a la par con los avances alcanzados por los países de América Latina, que teniendo por soporte la solidificación de la producción y las estructuras agropecuarias, se han colocado entre las economías de mayor crecimiento y avance del mundo.
Propuesta que el CRD entiende saludable su acogimiento, al igual como las que ha venido haciendo en todas las áreas sensibles de nuestra economía, como resultante de una visión nueva, tendente a hacer de nuestra nación una verdadera potencia productiva en el Caribe y el Mundo, y además, para lograr proveernos de los instrumentos que nos permitan descontinuar la mala práctica en que nos hemos sumergido, al habernos convertido en exportadores simples de materias primas que producimos, para luego ser importadores de los productos terminados con ellas.
Implantar el éxito del turismo en la agricultura:
Dentro de las recomendaciones que contiene sus estudios sobre nuestra economía agropecuaria, el CRD recuerda que los años 60 cuando se comenzó a hablar de turismo, eran muchos los escépticos sobre su posible desarrollo, sin embargo, se logró propulsar el mismo, teniendo por resultado que hoy somos después de México, el principal destino turístico del Caribe, con proyecciones muy halagüeñas, a pesar de lo que significa el desafío de Cuba en su nueva versión.
Insta a comprender, que estos logros son alcanzables en nuestro sector agropecuario, si asumimos el comportamiento que hemos tenido en el sector turístico, en el que la correcta visión que tuvo Angel Miolán sobre el desarrollo del mismo, fue aceptada y asumida plenamente por un grupo de empresarios emprendedores y un Gobierno con la voluntad necesaria, para iniciar la transformación turística del país, además, para crear las infraestructuras inexistentes e iniciar una promoción sin precedente de su sol permanente, sus hermosas playas, sus bondades ecoturísticas y de montañas, y así como de sus lugares históricos, entre otros.
Para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), con el turismo hicimos una revolución de la cual hoy cosechamos sus frutos, haciendo de esta actividad una verdadera industria, siendo esto, lo que debemos hacer con la Agropecuaria Nacional, como parte fundamental de la ruta correcta que debemos asumir hacia la conquista de un desarrollo nacional sustentable y permanente.