El turismo es una actividad recreativa y lucrativa. En la medida que la sociedad ha evolucionado hacia mayores niveles bienestar económico, la personas se desplazan cada vez con mas frecuencia hacia otras regiones y otros países en busca de esparcimiento y recreación.
Es por eso que se han creado distintas alternativas de gestión turística, como el turismo histórico, turismo de ciudad, turismo de museos y monumentos, turismo de sol y playa, turismo rural y turismo ecológico.
Esta modalidade turismo ha llegado, incluso, a tener un peso especifico los ingresos que obtienen sociedades donde sus ingresos se basaban principalmente en las actividades de producción sobre todo la industria.
Cada vez más provenientes de las actividades turísticas, predominantemente en actividades que tienen que ver con los monumentos y ciudades antiguas, museos y tipos de gobiernos monárquicos en donde se expresa un derroche de suntuosidad, expresada en los lujos de los palacios de la monarquía absoluta que predominó sobre todo en Europa y Asia, así como templos y vestigios en la lucha de los imperios pasados por ampliar sus dominios hacia otros territorios, en su afán sus gobernantes de ampliar sus fortunas.
En el caso de la Republica Dominicana, desde hace mas de 4 décadas se ha promovido el turismo de sol y playa, aprovechando su condición de media isla y sus bellas playas, por lo que, con el apoyo del Estado, expresado en incentivos fiscales e infraestructura, se ha logrado desarrollar los denominados polos turísticos sobre todo en el norte y el este del país, llámese Playa Dorada, Sosúa, Samaná, las Terrenas, Casa de Campo en la Romana, Bávaro y Punta Cana en la Altagracia, entre otros.
En ocasiones se define turismo rural y ecoturismo indistintamente como si fuera lo mismo, que, aunque ambos se desarrollan en ámbitos rurales (turismo natural) existen diferencias entre ellos.
El turismo rural enfocado desde el punto de vista la producción agrícola que se podría señalar como agroturismo, se refiere a que los visitantes buscan degustar de los bienes que se producen en determinadas comunidades rurales, como frutas, vegetales, carnes, productos agro artesanales, entre otros, en tanto que cuando hablamos ecoturismo lo que motiva principalmente al visitante son las montañas, los senderos, los ríos, los árboles, la diversidad de animales que habitan en la zona y el clima.
Desde hace varios años se ha venido debatiendo sobre la necesidad de diversificación de la actividad turística, que además del turismo de sol y playa, se aproveche los atractivos naturales que tiene el país:
Ríos, montañas, senderos, tradiciones pueblerinas y rurales, lo que se ha denominado turismo alternativo. Se han concretizado algunos proyectos de esta naturaleza en la zona de Jarabacoa, Constanza, San José de la Matas, Cambita en San Cristóbal y algunos lugares como el caso de Samaná y las terrenas se ha combinado el turismo de sol y playa con turismo de montaña.
Es importante que se defina políticas públicas, basadas en planes de desarrollo turísticos, a partir de la realidad de cada zona, donde existen atractivos naturales, que llaman a la atención tanto de visitantes locales (turismo interno) como de visitantes extranjeros.
Dichas políticas publicas deben principalmente tomar en cuenta la mejoría en las condiciones de vida de los habitantes de las zonas donde existen los atractivos naturales, que tienen potencialidades de desarrollarse como destinos en la zona rural, tanto educando a dichos habitantes en el manejo de los recursos naturales que existen en esas comunidades, sobre la manera como deben tratar a los turistas, pero sobre todo desarrollar programas que permitan que las familias que se encuentran ubicadas en áreas de influencias de ríos, montañas y senderos, tengan unidades productivas que puedan producir los bienes que demandan los visitantes, como forma efectiva de que se empoderen a partir de que se mejoran sus condiciones de vida.
De lo que se trata es de impulsar una actividad turística que promueva la convivencia entre comunidad-turista y naturaleza.