De nuevo se aproxima el día de las elecciones y otra vez estoy dispuesto a votar y para ejercer mi derecho ciudadano busco entre las opciones política  y  créanme nada ha cambiado desde que realice mi primera oferta de venta en las elecciones congresuales y municipales del año 2010.

En aquella ocasión decidí vender mi voto porque ni  en promesas los candidatos(as) de ese momento hablaban del bien común, ni del desarrollo local y menos del nacional, tampoco de la distribución equitativa de la riqueza que produce el país, el cumplimiento de las leyes, el control de la delincuencia, del tráfico de drogas y de los ladrones que ahora le llaman corruptos.

Total… la experiencia me sigue  diciendo  que  el voto ya no es un derecho,  que ha pasado a ser un producto comercial. Definitivamente nuestras elecciones se han convertido en un carnaval de caretas con colores de mentiras donde bailan los ladrones de esperanza y de futuros, sin control ni autoridad.

En estos procesos electorales votamos pero no elegimos, somos un mercado político de compra y  venta de esperanza y dignidad, donde la mayoría pierde aun votando por cualquiera de los que figuran en la boleta electoral.

entonces para que seguir perdiendo el tiempo  proponiendo a la ciudadanía que se emita un voto consciente, razonado, crítico, un voto responsable, un voto con propósito, que se vote por programas de desarrollo y se exija transparencia con respeto a la institucionalidad y la voluntad realmente popular.

Ahora estoy más harto, al borde de la revuelta y convencido de que ya está bueno de tanto soñar y esperar. Confieso que estoy cansado de tanta falsedad, hipocresía, cobardía y complicidad  pero en mi casa no me quedo, no seré un voto nulo ni mudo, no votaré observado, voy a votar.  Ahora lo haré diferente,  no perderé más, desde hoy estoy en venta, paso al mercado electoral, así como lo leen, vendo mi voto y no lo hago por motivo de viaje, ni de oportunidad, lo hago para entrar en la movida que mantienen los partidos que compran tránsfuga, mercenarios cédulas y consciencia para ganar.

Eso sí,  mi voto cuesta un poquito más porque estas elecciones son presidenciales, se va a elegir al matatán y como veo que los candidatos en competencia se debaten comprando caro, gente de mala reputación, los dos se dicen corruptos y nadie demuestra que no lo es y si ante los ojos de todo mundo no presentan lo peor de la sociedad como lo mejor entonces creo que debo incrementar mi cotización.

¿Que cuál es mi precio?  Vendo mi voto  por el 4% para la educación, lo suelto por la reforma policial, por menos ciudadanos muertos en los intercambio de disparos por menos agentes policiales y militares envueltos en atracos, narcotráfico y muerte de mujeres.

De igual manera negocio mi voto con cualquiera de los candidatos que  informe y obligue a sus funcionarios a informar sobre sus propiedades y riquezas al entrar y salir de sus posiciones públicas

Para que no se quejen de esta bagatela, soy capaz de  buscarle más votos en ventas si me muestran  las fuentes que financian sus  campañas, si publican una auditoría que demuestre en que gastaron los fondos públicos que recibieron del Estado para hacer sus campañas y dicen, en detalles y públicamente que harán con el  narcotráfico, las bancas de apuestas, la corrupción pública, las botellas y las nominas súper numerarias.

No pierdan esta valiosa oportunidad, no dejen ir este  negociazo, hagan su "agosto", es más, además de venderles mi voto, les hago campaña  gratuita, me subo como barrendero cualquiera a cualquier patana, corro a pies en las caravanas si  aceptan someter a la prueba del doping a los integrantes de sus comandos de campaña. El plazo de venta de quien suscribe expira el 19 de mayo y como apreciarán no pido dinero requiero vergüenza y decisión, no de los candidatos sino de los votantes.

¿Encontraré algún comparador.(a)?