Al final del 2009, la deuda pública del Sector Público No Financiero, sin incluir la deuda intragubernamental (bonos de recapitalización del BC), era de US$10,966 millones y había sido contratada a vencimientos originales que en un 78.6% superaban los seis años. Los principales acreedores eran organismos multilaterales, entidades bilaterales y banca comercial. Los bonos eran poco importantes como resultado de una calificación crediticia que empezaba a mejorar y el efecto de la crisis financiera mundial del 2008. El plazo residual en el rango de vencimientos mayor a seis años, sin embargo, era de 35% y la mitad de la deuda se debía cancelar en menos de tres años. Con el restablecimiento del acceso a los mercados de capitales, los bonos a largo plazo han permitido financiar el presupuesto a plazos mayores. De hecho, la deuda a septiembre del 2019, que se ha triplicado con respecto a diciembre 2009, fue contratada en un 95% a plazos superiores a los seis años, quedando a esa misma fecha y plazo un 69% del saldo por amortizar. Este es otro de los indicadores que son pocos comentados por los que basan un discurso apocalíptico contra la deuda haciendo diagnóstico con el indicador de solvencia Deuda/PIB; algo así como predecir la salud y cuidado de la próstata confiados exclusivamente en el valor del PSA. En enlace encuentra portales Sway de deuda pública con más informaciones.