Me parece de sumo interés abordar la posición del Vaticano respecto al tema de la no discriminación y violencia contra las personas LGBT. Mi interés se debe a que este Estado ha sido uno de los mayores opositores de cualquier avance a nivel nacional en países con mayoría de población que profesa la religión cristiana católica romana, así como cualquier progreso en el marco de la comunidad internacional.

Para explicar la posición del Vaticano resumiré tres documentos oficiales aprobados por el Sumo Pontífice Juan Pablo II y elaborados por la Congregación para la Doctrina de la Fe bajo el mandato del prefecto Joseph Card. Ratzinger.

El primer documento al que me refiero es la ‘’Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales’’ del 1 de octubre de 1986. Allí el Vaticano realiza un análisis moral católico respecto al debate sobre la homosexualidad y realiza una distinción entre la condición de ser homosexual y la de practicar actos homosexuales.

Según este documento la homosexualidad es una inclinación desordenada e intrínsecamente mala en términos morales, ya que según las escrituras Dios creo al hombre y la mujer como complemento para transmitir vida. El Vaticano plantea que las relaciones sexuales solo pueden ser entre personas de sexos opuestos, dentro del matrimonio y con el único fin de procrear hijos, por lo que el sexo por placer queda excluido y visto como inmoral.  Esto nos lleva a pensar en el libro "Historia de la sexualidad 1: La voluntad del saber" de Michel Foucault cuando se refería al poder que reprime al sexo y a los placeres carentes de frutos.

En el documento el Vaticano dice que la homosexualidad atenta contra la felicidad y que el rol que juega la Iglesia es el de defender la dignidad y la libertad autentica. A la vez que señala que en Levítico 18, 22 y 20, 13, el autor excluye del pueblo de Dios a quienes tienen un comportamiento homosexual.

Es de llamar la atención que el Vaticano hace una salvaguarda al declararse en contra de cualquier acto de violencia, expresión de odio o acción en contra de la dignidad de la persona homosexual, más dice que dichas situaciones no deben dar paso a acciones legislativas que consideren la homosexualidad como algo bueno o como un derecho a proteger, ya que esto podría abrir un margen para que se acepten otras opiniones y prácticas torcidas.

La iglesia ha utilizado el miedo a la legalización de la pedofilia para neutralizar el avance de los derechos de las personas LGBT en diferentes países del mundo, el Vaticano plantea que la única forma de evitar el pecado y la autodestrucción de las personas homosexuales es practicar la castidad a través de un sacrificio y dominio del sí.

En la carta el Vaticano manda a los obispos a que ‘’al evaluar eventuales proyectos legislativos, se deberá poner en primer plano el empeño de defender y promover la vida de la familia’’(Vaticano, 1986). Lo anterior explica porque el Vaticano ha defendido a capa y espada el significado de familia autentica y ha promovido que la homosexualidad es una amenaza a la misma.

Como explica Daniel Borrillo en su libro ´´Homofobia´´ (2015) el surgimiento de esta posición de la iglesia se debe a que el pueblo de Israel estableció un régimen sexual de promoción de la reproducción sexual como una garantía de su supervivencia demográfica y cultural, por lo que todo actividad sexual como la homosexualidad y la masturbación fueron condenadas, dichas condenaciones como vemos siguen siendo aplicadas en la iglesia contemporánea y son una fuente relevante de los actos de discriminación y odio en países donde fue impuesta la tradición religiosa judeo-cristiana.