El solo hecho de escribir este título activa mi mundo emocional por la cantidad de sentidos que podría tener esta frase. Con el aprendizaje de autosuficiencia con que fui educada, el solo hecho de "necesitar" un bastón me conecta con mi historia. Una historia en que la frase más frecuente ha sido "yo puedo", lo cual es una excelente actitud que podría, al mismo tiempo, convertirse en una trampa, sobre todo para nosotras las mujeres, si no nos mantenemos pendientes.

La semana pasada hice una mala pisada que me provocó una fractura en el 5to. Metatarsiano izquierdo, es decir el dedo pequeño del pie izquierdo. El resultado de este diagnóstico ha sido inmovilizarme por 30 días con permiso de bajar las escaleras de mi casa solo una vez a la semana.

Como un ejercicio de interiorización, suelo mantenerme conectada con todo lo que me pasa, intentando recibir información importante de procesos conmigo misma.

Al recibir la noticia, la gente querida se activa, comienzan a cuidarme y a sugerir alternativas para mi bienestar; una de esas personas me dice "vas a necesitar un bastón", ese necesitar me sonó a dependencia y no lo pude evitar; la respuesta fue inmediata, "no, yo puedo así", "no soy una anciana" y justo diciendo esas palabras me pensé.

Ha sido muy interesante identificar mis respuestas frente a la vulnerabilidad, cómo me obligo a hacer las cosas bien, honrando el código familiar impuesto de colocar las cosas por encima de mí misma y hacerlo todo correctamente

Como siempre le digo a mis pacientes, el poder que tenemos al ser adultos es la posibilidad de reeditar nuestra historia. Un rato más tarde a solas conmigo me di cuenta de lo que estas palabras activaron en mí y me detuve a mirarlo.

Como el proceso de cambio insiste, al otro día un médico amigo me ve caminando, se interesa por saber qué me pasó y por segunda vez llega la frase cuando él me dice "vas a necesitar un bastón", en ese momento agradecí a la vida permitirme que lo viera más claro.

Con "el rabo entre las piernas" llamé al amigo que se había ocupado de mi bienestar y le dije que lo había pensado mejor y que le agradecía ayudarme a conseguir un bastón prestado. Luego escribí al chat que hemos llamado Modern Family, a través del que nos comunicamos las hermanas, tías y sobrinas y en seguida una de mis hermanas hizo referencia a un bastón del padre fallecido de su esposo, que estaba disponible y que comencé a usar de inmediato.

De ahí en adelante el proceso ha sido seguir descubriendo. Por ejemplo, solo cuando estamos inmovilizadas podemos caer en cuenta de la cantidad de cosas que hacemos cada día, la cantidad de pasos que damos en la casa, la innecesaria cantidad de movimientos que hacemos. Cuánto usamos el cuerpo y cuán poco lo cuidamos. Cuanta intolerancia a dejar de limpiar algo, recoger o arreglar la cama, la habitación, el baño o la cocina, de dejar un plato o vaso sin fregar o un mueble fuera de lugar.

Ha sido muy interesante identificar mis respuestas frente a la vulnerabilidad, cómo me obligo a hacer las cosas bien, honrando el código familiar impuesto de colocar las cosas por encima de mí misma y hacerlo todo correctamente.

A partir de este descubrimiento lo que he hecho es soltar, dejarme cuidar, pedir lo que necesito, permitir que me atiendan y dejar de moverme como un trompo por toda la casa. Reconocer las bondades del cuerpo en su función de llevarme por la vida y contenerme.

Otra cosa que he hecho es tomarle cariño a mi bastón pues él me ayuda a caminar mejor, a cuidar la fractura y a forzar menos la pierna sana. Él se ha convertido en una amable compañía y lo más importante, en un símbolo de la sencillez, la compasión y el amor que estoy llamada a tenerme a mí misma antes que a todas las otras personas.

El día en que me dieron la radiografía de la fractura y le informé a mi profesora de yoga lo que me había ocurrido, las palabras de esta sabia mujer fueron premonitorias de esto que les estoy contando, pues con la tranquilidad que le caracteriza me escribió: "Hay algo que toma dirección nueva en tu caminar, estate atenta a las señales.  Y sí que las estoy mirando.                                           @SolangeAlvara2