Debo comenzar advirtiendo que hacia el otorgamiento de los doctorados Honoris Causa sentía en mi espíritu un sentimiento de antipatía, una malquerencia, pues en no pocas ocasiones su concesión no obedecía al reconocimiento de méritos y merecimientos en los favorecidos, sino más bien a una especie de servilismo, adulación o adiós para obtener de ellos algún provecho o beneficio.
Ahora, luego de la detallada y consistente ponderación del rector Ferreiras y más que nada del conocimiento personal que tengo de la excelencia formativa y laboral del investido, el doctorado dispensado me parece más que un acto de justicia ya que a su vez acredita la institución donante, al Ministerio que dirige, y en particular al gobierno, que apoyado en su trayectoria, le confió su política agropecuaria.
Durante el desarrollo del acto pensé incluso que el conferimiento de este grado académico en base a reales y evidentes logros alcanzados durante el desempeño de una carrera profesional, es mucho más digno y laudatorio que el otorgado al término de estudios especializados, pues este último no garantiza un ejercicio exitoso durante las actividades laborales profesionales.
Benítez llegó al ISA para aprender y terminó enseñando en sus aulas después de realizar estudios especializados en Brasil, Costa Rica, Harvard y Ohio en los Estados Unidos. Es un referente muy solicitado en la Agropecuaria Nacional y además una presencia obligada en los momentos de negociación de acuerdos, misiones internacionales siendo asesor de varios presidentes de la República. No resulta nada extraño por consiguiente haber sido galardonado con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Gran Cruz de Plata.
Aunque algunos de los presentes consideraron extenso y reiterativo su discurso de agradecimiento, el mismo me resultó interesante porque en todas sus orales intervenciones aporta datos, informaciones, estadísticas que únicamente el conoce y maneja, sea por las tantas décadas que tiene en contacto con los protagonistas del campo dominicano y sus Asociaciones, o mediante la atenta lectura de obras de divulgación científica de restringida difusión.
Cuando reclama la construcción de más presas en el país para el regadío de nuestros cultivos, se apoya en una pesquisa que solo a él le escucho: las pérdidas por infiltración, escorrentía y evapotranspiración que experimenta la totalidad de lluvias caídas. También explica porqué países de más superficie que nosotros pero con menos ríos no tienen el problema hídrico que hoy padecemos. Es decir, que sus ponencias tienen siempre un didactismo que todos debemos aprovechar y algo de sorpresivas que las hacen entretenidas.
Por ser Ministro de Agricultura, Benítez es un portavoz obstinado de que producimos el 85% de lo que comemos, al reflejar esto una suficiencia alimentaria de importancia. Esta realidad permea todas sus exposiciones orales y la de ISA no fue una excepción. Pero al autor de este artículo le parece de igual importancia y significación un pormenor resaltado por aquella crítica que un denominado Centro de Investigación Económica y Social de la PUCAMAIMA le hizo a las visitas sorpresa.
Es el siguiente: uno de los más codiciados Objetivos de Desarrollo del Milenio –ODM- y en consecuencia una de las mayores apuestas del Presidente Medina es la reducción de la pobreza, extrema o no. No puedo precisar su nivel actual en el país, pero tengo dos indicadores de su descenso: un 85% en los jóvenes que en el supermercado Pola, Sarasota llevan la compra hasta los vehículos de los clientes son propietarios de un carro, y segundo, que en todas partes debemos hacer fila para pagar.
Tanto en Burundi, Perú, Mozambique o Santo Domingo cuando una persona, familia o país progresa económicamente lo primero que hace es mejorar la calidad de lo que come. Aquí en lugar de un puré de pipiota se prefieren pastas de sémola italiana; nada de queso patrón de oro o Geo, sino Gouda o Maasdam; se escogen productos Citterio y no Induveca, y entre el limoncillo y el cajuil se decantan por el Kiwi, uvas de Chile o manzanas de California.
Los miles de dominicanos que abandonan la pobreza e ingresan a los segmentos inferiores de la clase media, demandan ahora estos productos de importación en su alimentación, y su crecimiento obedece al cambio del patrón de consumo de esa población que demanda una ingesta de más categoría. Este incremento, no es el resultado de una insuficiencia de nuestro aparato productivo ya que está asociado más bien a la mejoría del ingreso per cápita.
Como al Licenciado Medina le satisface insistir en que uno de sus mayores logros ha sido rescatar de la pobreza a dominicanos convertidos en afincados clase- medieros, seria de mi particular agrado que cuando el hoy Doctor Benítez señale que el país produce un 85% de los alimentos que consume, agregue a continuación que la población come mejor y con más calidad que antes.
La sagacidad del investido para siempre decir lo que el público desea escuchar; su histrionismo potenciado por su expresivo lenguaje gestual así como su amplia carpeta de informaciones que le permite, como a un mago, ofrecer datos ignorados por la gran mayoría, garantizaron una amena ponencia en consonancia con la solemnidad de la ceremonia. Escucharlo me produjo una sensación de triunfalismo.
A los miembros del consejo de Directores del ISA al igual que algunos de los presentes dentro del auditorio los conocía de vista desde los años cincuenta de la pasada centuria, y cuando finalizado el acto pude verles de cerca y detalladamente me convencí una vez más que con respecto a nuestro aspecto corporal nada es más cierto que lo exclamado hace siglos por el poeta castellano Jorge Manrique al decir: Todo tiempo pasado fue mejor.
En aquel entonces, la generalidad de estas autoridades universitarias así como amigos y conocidos dispersos entre los asistentes, eran jóvenes pertenecientes a la llamada flor y nata de Santiago que atractivas muchachas de la sociedad se los rifaban, pretendían. A la hora actual y a más de 50 años que no les veía, veo que el tiempo los ha irrespetado y que no solamente la senectud se ha apoderado de ellos sino también las limitaciones y discapacidades que traen aparejadas.
Dios y el viento se sienten pero no se ven mientras que el tiempo es una dimensión, un devenir continuo y sucesivo también invisible, pero su transcurrir deja en nosotros consecuencias observables por lo general inestéticas en lo concerniente a nuestra apariencia corporal. El avistamiento cercano de los miembros del Consejo al término del ceremonial me produjo una sensación de pesadumbre, abatimiento, disipada al momento del buffet.-
Hechas las sumas y las restas de mi asistencia a este significativo acontecimiento académico, debo resaltar que emocionalmente experimenté encontradas y profundas sensaciones que no sospechaba al partir desde Santo Domingo, y al finalizar este trabajo me entero que Benítez acaba de ser elegido presidente de la Junta Interamericana de Agricultura. Su proyección, luego de ser elegido Miembro del Consejo Directivo de la FAO, tiene ya ribetes internacionales. La pregunta es: y hasta dónde llegará?
No es justo finalizar sin consignar los comentarios y cotilleos con que alternaban Brasilina, Vitalia, Sofía, Doña Mayra y otras integrantes el ovular equipo que asiste al Ministro, así como también el lirico intermezzo de su camarero que convirtieron el viaje de regreso en una grata y breve travesía que con agrado recordaré.