Con un grupo de participantes en el módulo de Crédito Público, de un diplomado en Hacienda Pública, hablamos del impacto de las nuevas emisiones de bonos en el cuadro de la deuda pública por tipo de tasa de interés y el indicador porcentaje deuda a vencer en el corto plazo.

En la tarde fueron colocados los bonos, les había mostrado la información disponible en el Portal de la Dirección General de Crédito Público (DGCP) para el cierre del primer trimestre del año.  Queda claro que “la opción preferencial” es por las tasas fijas.  El 87.5% de la deuda se encuentra en créditos donde se ha comprometido un servicio a tasas constantes por el período de la obligación. 

   

En buena medida esto se deriva por la importancia que han adquirido los bonos, instrumentos de renta fija, sobre otras modalidades de obtener financiamiento. Con los US$2,500 millones que ahora entran en la composición de la deuda a tasa fija, la proporción aumenta en casi un 1 por ciento. Sin embargo, en los documentos sobre estrategia de financiamiento y en los informes trimestrales al congreso, la DGCP comenta que ha sido proactiva en la conversión de préstamos que estaban a tasas variables a tasas fijas, en coordinaciones exitosas con los acreedores.  De hecho, reporta del ahorro en el servicio que ha logrado al seguir las tendencias de las tasas variables el rumbo que habían pronosticado como menos favorable para el país.

Sobre las preferencias de los participantes en el módulo, la mayoría opinó que prefieren en el manejo de sus finanzas personales las tasas fijas, por el período del préstamo, o por un plazo razonable donde, por lo menos, más del 60% de la deuda ya esté amortizada.  Si sube, es fácil hacer “otro lío” por lo que falta.  Nunca faltan historias del familiar o el vecino que perdió la casa o tuvo que entregar un “Toy-montao” por un “Pontiac-aminar”.  De manera que aprueban esa estrategia para el país que les ilustro con la gráfica muestra la evolución de los saldos en deuda variable, creando una serie con las informaciones del portal y visualizaciones en Power BI, disponible en https://www.josealfredoguerrerob.com/deudapublicard

Con respecto a los bonos dominicanos, emitidos en pesos en “playas extranjeras”, pregunté a los participantes las razones creen motivó al Gobierno Dominicano añadir esa opción al menú presenta a los inversionistas.  ¿Un albur para ver si tienen salida en combo de monedas? ¿En algún lado hay información de que era posible colocarlos? 

Ahí los llevé a la visualización que preparé con el cuadro de tenedores de bonos domésticos por tipo de cliente que publica la DGCP, con datos suministra el custodio de los valores. Con frecuencia mensual, está disponible una tabla con los balances que tienen las empresas o personas físicas residentes en el país y aquellas cuyo centro de operaciones/vivienda está en otros países.   

En la gráfica se muestra el resultado de elegir del grupo de tenedores aquellos con Residencia Extranjera, indicando un incremento sostenido de la demanda por bonos domésticos hasta alcanzar casi RD$66 mil millones en diciembre 2017.  Existía, en consecuencia, evidencias de demanda por bonos en pesos por parte de extranjeros.   El balance baja durante los primeros diez meses del 2018 y sube para el resto de los meses. En abril 2019, ha llegado a RD$53,000 millones, curiosamente un dato que es un poco mayor al de la emisión colocada recientemente en pesos dominicanos en el extranjero (RD$50,523 millones).

  

Elegí dos participantes para un ejercicio de ver cuál era mejor sujeto de crédito con la información de que ambos deben un millón de pesos, a la misma tasa de interés, y teniendo las mismas características crediticias (igual calificación de riesgo, similar nivel de ingreso y estabilidad laboral).  ¿Qué dato clave puede ser el decisivo? El plazo de las obligaciones, respondieron.  En efecto, no es lo mismo deber un millón con diez pagos anuales de principal por 100 mil pesos que buscar un millón en dos pagos de medio millón.  Con un porcentaje de deuda de corto plazo de 10% es más fácil conseguir nuevos créditos que uno cinco veces mayor.

Les mostré ese indicador para el país en otra visualización del App de Indicadores, de la siguiente gráfica. Del porcentaje máximo de 16.5% en junio 2009, el indicador se ha situado en 10.8% para abril 2019, un valor que no califica para ser el iceberg que se cree hundirá el barco en su próximo crucero. La demanda de acreedores privados, externos e internos, por el riesgo soberano dominicano lo que está indicando es lo contrario:  la orden de comprar que dan a sus corredores de bolsa la hacen por aquello de que “En lo que claramente veo, no brujuleo.”

Sobre el objetivo de estos entrenamientos y otros datos de interés, el próximo artículo.