Aunque parezca increíble, una lechuza acaba de poner un huevo del que nacerá una serpiente.
Eso solo se puede ver en esta caricatura de país que cuando vio caer asesinado a Lilís a finales del siglo diecinueve, creyó que hasta ahí habían llegado los dictadores y dilapidadores del erario. Pero esa vez, lamentablemente, se equivocaron nuestros abuelos.
La vorágine del día a día de políticos “formados” en la manigua y no en la academia ni a la sombra de una administración pública decente, terminó empujando el proceso hacia la incertidumbre y la soldadesca de Estados Unidos entró por el Placer de los Estudios para desafiar a Desiderio Arias con sus “tropas” en huida y la historia se completó con la pacificación del garrote, paredón y despojo.
De las entrañas de las academias del agresor, nació el Hitler antillano que rápidamente pasó de cuatrero y violador, a jefe de la Guardia Nacional, armada y dirigida por oficiales de Estados Unidos. Entonces, sin ninguna gloria militar como Lilís en la lucha restauradora de la Independencia, emergió Rafael Leónidas Trujillo.
Guardando las distancias en tiempo y gigantismo, hay que reconocer que Miguel Vargas Maldonado ha logrado lo que otros dirigentes políticos no habían podido completar contando con millones de kilos de inteligencia por encima de las mocedades del “líder” del PRD: Vargas Maldonado ha destruido al PRD 75 años después de su fundación en La Habana, paradójicamente diciendo que lo ha sometido a la disciplina.
¿Cómo se puede disciplinar a un partido que su turba de asesinos le entra a tiros al candidato que quiere ir a la sede nacional a ejercer el voto y despoja a camarógrafos de videos que muestran cómo ordenaron impedir que el competidor de Vargas Maldonado votara, al igual que a sus seguidores, contra el “propietario” de la empresa que ahora es el PRD?
La democracia de Vargas Maldonado es llenar una lista donde él se asigna el 90 por ciento y su contendiente no alcanza el siete por ciento.
Todos los canales de televisión presentaron a los contrarios de Vargas Maldonado en los centros de votación del país exigiendo el derecho al voto que les fue impedido. Ni un solo partidario de Vargas Maldonado fue visto frente a un colegio tratando de votar, pero mucho menos votando. ¡Qué convención más rara!
Para más claridad de la maniobra, la célebre Junta Central Electoral, rehuyendo su responsabilidad constitucional y legal, se negó a supervisar la convención del PRD.
Vargas Maldonado, cocinado en la salsa de su más supina ignorancia de la política porque la confunde con los negocios de poca monta, acaba de cavar su sepultura política definitiva para todos los fines. Pero como todo pérfido, no se hunde solo y está arrastrando a su patrón, naturalmente, sin saberlo y hasta creyendo que lo sirve bien.
Durante años Vargas Maldonado fue un peón de las maniobras de Leonel Fernández a pesar de que en el 2008 el entonces gobernante lo ridiculizó al decirle que no sabe conceptualizar, lo cual es verdad aunque a todos nos resultó pedante de su parte.
Hasta hace una semana Vargas le era útil a Leonel si mantenía al PRD como una amenaza para el PLD. Ya es un deshecho, al igual que el PRD que tuvo en sus filas a respetables figuras como Lalao Santana, de El Rosalito, Ocoa; Liquito Guerrero, en Baní; el doctor Jesús Mella, en Azua; Isidro Santana en Santo Domingo… pero no vale la pena asociar más nombres a un tipo que ni siquiera sabría de quién estoy hablando.
Leonel se engaña si cree que tiene lo que no tenía: gran parte del Partido Reformista (no todo porque ahí está Osiris de León, Guillermo Caram, Víctor Bisonó y otros que hacen la diferencia) reducidos a bisagras y ahora le suma la destrucción del PRD para que el PLD (es decir, él) gobierne hasta el 2044.
No hay táctica perfecta y no todo el mundo puede armar una estrategia acertada, porque la vida, lejos de ser mecánica, es dialéctica.
Lo repito: La línea de imponer una quinta-columna en el PRD (con Vargas Maldonado) para anular a ese partido como oposición primero y luego como opción electoral para el 2016 es solo una victoria táctica para Leonel, pero implica una derrota estratégica porque el gran beneficiario será Danilo Medina.
Y lo es porque ese resultado deja libre al Danilo político (no solo al gobernante) de cualquier tratativa de acuerdo con Leonel y las manos sueltas para apoyar a un candidato presidencial peledeísta que sin duda ganaría la convención morada del próximo año como él logró copar el Comité Central y el Comité Político en el invierno pasado. Solo una oposición fuerte con un candidato invencible puede hacer pensar a Danilo que tiene que unir fuerzas con Leonel para tratar de que el PLD siga en el poder en 2016. Al día de hoy, esa fuerza no existe y es muy difícil de construir de aquí a un año.
Con el PRD dividido definitivamente, Danilo Medina tendría que ser un político de muy pocas luces para apoyar o permitir que Leonel (que está en sus manos) sea el nuevo líder del PLD y el próximo gobernante del país el 16 de agosto de 2016.
Le conviene más –y creo que es lo que hará- apoyar a otro dirigente del PLD para que sea el candidato presidencial mientras él se ocupa de postular a sus parciales al Senado y la Cámara de Diputados para tratar de obtener un gobierno del PLD más cercano a él que a Leonel y un Congreso Nacional que le responda.
Con esa jugada consigue anular a Leonel como político de cara al futuro, modificar las altas cortes y la Corte Suprema, mientras espera las elecciones de 2020 en una holgada posición de poder y un perfil anti-reeleccionista demostrado.
A esas alturas del juego nadie se recordará de Vargas Maldonado y todos los que hoy están en su nómina habrán perdido su tiempo y no tendrán ni siquiera lo comido, porque tendrán que ir muchas veces al inodoro. Nada más.