Esta columna ha subrayado, en varias ocasiones, la complejidad electoral de Santiago. Esta situación no sólo le ha provocado más de un dolor de cabeza a los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, sino también a los demás líderes de las distintas fuerzas políticas de la provincia. En el ámbito del gobierno municipal los aspirantes se definieron desde hace tiempo. Los candidatos a los cargos congresuales provinciales, es decir, los diputados, en especial los senadores, en cambio, tuvieron que esperar hasta el último momento.

Dentro de una hora, a partir del momento en que escribo este artículo, la JCE cierra el plazo para inscribir de manera oficial los candidatos a cargos electorales. Como era de esperarse, el PLD registró a Julio César Valentín por la senaduría de la provincia cibaeña. El PRM, en cambio, sorprendió sacando una carta debajo de la manga: presentó al empresario Rubén Reynoso como su candidato a senador.

La maniobra repentina sacó de juego al Dr. Plutarco Arias y al nieto del presidente Antonio Guzmán, Iván Hernández, quienes aspiraban a la posición.

La debilidad de los aspirantes a la candidatura senatorial por Santiago en el PRM se hacía evidente a lo interno del partido. Ninguno suscitaba el entusiasmo ni la fuerza para competir con probabilidades de ganar. Todavía a horas de vencer el plazo para la inscripción, corría como pólvora el rumor de la candidatura del ex presidente Hipólito Mejía.

Pero no. ¿Sería que el guapo de Gurabo no quiso asumir el riesgo de que un muchacho de barrio, el sagaz Valentín Jiminian, lo aturdiera dándole una paliza de apaga y vámonos en una contienda local?

De todas formas ya no hay vuelta atrás. El Partido Revolucionario Moderno apuntó a Rubén Reynoso. Reynoso es ejecutivo del Grupo Bocel, los productores de las pastas Princesa y otros productos alimenticios de consumo masivo. Fue presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS).

Todo el que está vinculado a la actividad política en Santiago sabe de sobra que Rubén Reynoso es un extraño en estas lides. El empresario santiaguero cuenta con otra desventaja: la matrícula de candidatos a diputados de su partido en la provincia les es de muy poca ayuda. A no ser por Ulises Rodríguez y el veterano Máximo Castro Silverio, que son las excepciones a la regla.

Quizás por ello Víctor Méndez, ex senador y ex alcalde de Santiago, estará integrado a tiempo completo a la campaña de Reynoso por disposición del presidente Mejía Domínguez. El Dr. Plutarco Arias, sin embargo, no muestra similar entusiasmo.

“Conmigo no hablaron directamente (de la decisión de la inscripción de Reynoso), pero me enteré de una fuente extraoficial. Y ya Rubén lo había puesto en su cuenta de Twitter”, reaccionó el Dr. Arias ante preguntas de la prensa. ¿Habrá conflicto?

Los mentideros políticos de la ciudad Corazón comentan con picardía que Luis Abinader prefirió a Rubén Reynoso, sobre cualquiera de los otros precandidatos a la senaduría, porque espera una generosa inversión por parte del empresario a la campaña. En cambio, en esos mismos corrillos comentan, con no menos maldad, que la aspiración de Rubén es diametralmente inversa a la de Abinader. ¡Ay, ayúdalos, Dios mío, a controlar su lengua!

Entre tanto, en el cuadrilátero está Julio César Valentín con los guantes morados puestos. Valentín, seguro de sí mismo, seguro de su ventaja, se mueve en el ring con grácil agilidad haciendo sombras, como un púgil sin retador serio a la vista. Pero sabe bien que en el boxeo como en la política, un descuido puede ser fatal. Y aunque le pusieron una mona de oponente, tan lenta como una jicotea, la sabiduría popular enseña a no subestimar al adversario. Porque de cualquier yagua vieja puede salir tremendo alacrán.