VAJEAR

Vajear tiene estrecha relación con el vaho. Se trata del vaho en tanto aliento. La hache aspirada es una de las características del habla de muchos de los países hispanohablantes de nuestra América. Si se conserva la uve /v/ en este vajear es como consecuencia del prurito intelectual de los estudiosos de estos asuntos. Muy bien pudo ser la /b/, be, pues como se admite hace largo tiempo, las dos, /v/, /b/ se pronuncian iguales.

Los diccionarios que se ocupan de las variantes de español que pertenecen a algunos países traen las significaciones que a este vajear se asignan. Algunas de las significaciones tienen que ver más con las fábulas del país que con la realidad de los hechos. No obstante eso, el significado que es el que importa, por el uso que de él se hace, ha impuesto que vajear es el verbo que transmite la idea de que la culebra inmoviliza a sus presas con el aliento.

Durante la Era de Trujillo era vajeada la persona “que caía en desgracia”, por ser considerada desafecta al régimen.

De modo parecido, los dominicanos antes creían que los ratones (bigañuelos) soplaban los pies de las personas para que no sintieran cuando les estaban royendo las partes blandas de los pies.

El propósito principal en esta sección es recordar una acepción del verbo del título que ha sido olvidada en las obras dedicadas a rescatar las voces dominicanas. Antes de llegar a esa parte de la exposición, se enumerarán las acepciones que figuran ya en los lexicones usuales.

Vajear es despedir mal olor, porque el mal olor es el vajo. Como sucede con la culebra, una persona vajea a otra cuando la atonta con la conversación. Una persona era vajeada cuando había estado expuesta a un hechizo. Durante la Era de Trujillo era vajeada la persona “que caía en desgracia”, por ser considerada desafecta al régimen.

El vajeado que no consta en los diccionarios de dominicanismos, es el que resulta con una enfermedad que le transmite otra persona que es la portadora de esta. Que se la contagia, que se la pasa a través del aliento. Estar vajeado es pues, estar enfermo, contagiado de una dolencia infecciosa transmisible mediante transmisión aérea.

HORAS DE OPERACIÓN

Estas horas no tienen nada que ver con el horario durante el cual el cirujano se dedica a hacer sus cirugías. Se trae a estos comentarios acerca de la lengua porque algunos desaprensivos desean con esa frase traer a la mente de los lectores una idea que no pertenece al español.

Se recomienda una vez más cuando se traduce no permanecer tan cerca de la fuente, de modo que no pueda sentirse el extraño aliento de la lengua extranjera

Las horas laborables, las horas de trabajo, el horario de trabajo u horario de labores no tiene relación con estas operaciones del inglés. Eso de traducir o decir que el horario de operación es de tal hora a tal hora es una indelicadeza, por no decir más.

En español se dice y escribe “horario laboral, horario de trabajo, horario de atención al público”, eso además de lo ya mencionado más arriba.

Se recomienda una vez más cuando se traduce no permanecer tan cerca de la fuente, de modo que no pueda sentirse el extraño aliento de la lengua extranjera. Se trata no solo de transferir el mensaje de una lengua a otra, sino de hacerlo de acuerdo con el espíritu de la lengua meta.

DESHIELO

“Un DESHIELO que, en el mundo del entretenimiento, ya venía produciéndose con las controversiales visitas a Estados Unidos de artistas residentes en la isla. . .”

Las lenguas han dado muestras muchas veces de no obedecer a la lógica. En muchas ocasiones una sola y misma palabra puede tener sentidos contrarios o, puede acontecer que algunos vocablos de la misma familia se encaminen por senderos diferentes en cuanto a sus significados. Otro fenómeno que se suscita en las lenguas es que las voces se desplacen de un concepto concreto hacia otro abstracto.

En República Dominicana la locución verbal “hacerle el hielo” a alguien es, ‘ignorar o no tener en cuenta a alguien’.

El hielo es frío y, lo que es frío se opone a lo cálido. Una recepción cálida muestra afecto; al contrario, una fría demuestra indiferencia, falta de sensibilidad. El hielo es la masa de agua congelada, solidificada como consecuencia del frío de la baja temperatura.

Hace largo tiempo que la palabra del epígrafe se utiliza para la ‘desaparición de la desconfianza o de la frialdad entre personas’. Así lo asienta el Diccionario de uso del español actual de Clave (2012). Esto que se lee aquí no lo reconocen todos los diccionarios.

El Diccionario del español actual (1999) muda un paso que acerca la acepción al uso que se hace del vocablo en la cita. ‘Relajación de la rigidez o dureza de un sistema político o la tensión u hostilidad de una relación’. Se advierte enseguida que esta acepción deja abierto el concepto para que pueda aplicarse a relaciones entre países.

En República Dominicana la locución verbal “hacerle el hielo” a alguien es, ‘ignorar o no tener en cuenta a alguien’. Esta es la redacción que trae el Diccionario del español dominicano (2013). La actitud de hacerle el hielo a alguien llegaba al extremo de no dirigirle la palabra ni responder a la persona a quien se “aplicaba el hielo”.

Solo los dos mencionados diccionarios reconocen el significado de deshielo que se asemeja a distensión en tanto aflojamiento de la tensión o tirantez que resulta de la desconfianza.

ACHINAR

“Desde aquí, sentada en el malecón, ACHINANDO los ojos e intentando ver más allá, no parece existir una frontera real”.

Hay que aguzar los sentidos. Sobre todo los sentidos no sensoriales. La escritora que redactó esta frase es cubana. Como es natural, al tratar de entender lo que ella quiso expresar con este “achinando” se recurrió a los diccionarios del léxico cubano. Esos intentos resultaron infructuosos. La historia completa viene más abajo.

En algunos diccionarios de español general achinar es ‘matar o morir una persona sin haber podido defenderse’. El diccionario de las Academias entiende que achinar es ‘dar rasgos o características semejantes a las de los chinos’. La segunda acepción en ese diccionario en función de verbo pronominal es: ‘Dicho de los ojos: ponerse oblicuos’.

Achinar los ojos es ‘achicar o reducir la apertura de los ojos’. Eso recoge el Diccionario de chileno actual (2012).

En República Dominicana a todas las personas que tienen algún rasgo parecido a oriental lo llaman “chino/a”. En Cuba D. Esteban Pichardo en su Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas menciona: ‘chino, na. –vocativo familiar afectuosísimo’. Al autor de estas reflexiones le consta que en Cuba en la actualidad aún se usa “chinita” con sentido afectivo.

Achinar los ojos es ‘achicar o reducir la apertura de los ojos’. Eso recoge el Diccionario de chileno actual (2012). En ese diccionario se encuentra además que achinarse los ojos es, ‘extenderse los ojos hacia atrás con ayuda de los dedos’.

En lengua corriente el achinar de la escritora debe tomarse por “entrecerrar los ojos”. Lo simpático del asunto no es descubrir los significados revelados más arriba, sino el viaje que la cubana obligó al lector a hacer hasta llegar a Chile para dar con el sentido de lo que expresaba en su artículo.

Ha de tenerse en cuenta que chinear no es convertir en chino, sino llevar una persona en brazos un bebé. Esto así en varios países de América Central y en Perú. Este último verbo tiene otros sentidos que se dejan fuera de la historia.