Nos encontramos aún en medio de la pandemia del virus COVID-19, a pesar de los esfuerzos desplegados para poner la vacuna contra el virus (de cualquier laboratorio o nacionalidad), al alcance de todos en la República Dominicana, estamos viviendo en este momento una tercera ola terrible, que esta arriesgando la vida y salud de muchas personas y llevando al limite a nuestro personal de salud.
Gestionar la pandemia representa un desafío de liderazgo. Como indican J. Bryson y B. Crosby en su obra Leadership for the Common Good, nos enfrentamos al desafío de imbuir de racionalidad política, económica, científica, legal y ética en esta difícil situación para gestionar la pandemia del COVID19, en un mundo de poder compartido, exponenciado por las redes sociales.
El éxito o fracaso de lo que hagamos como país está costando las vidas de las personas, no podemos permanecer indiferentes. Estamos en emergencia, por lo tanto, algunos aspectos de las metodologías propuestas por Bryson y Crosby en su obra Leadership for de Common Good deben ejecutarse en modo acelerado.
Imponer medidas de encierro, vacunación entre otras mediadas obligatoria representa desafíos no sólo legales, sino de legitimidad, autoridad y liderazgo.
Las autoridades de todos los países se encuentran ante enormes retos para gestionar la pandemia con base en la ciencia, mantener en equilibrio las libertades individuales, la salud pública, las idiosincrasias nacionales, y hasta las economías de nuestros países, y República Dominicana no es la excepción.
Nuestra propuesta radica en usar la metodología del “liderazgo para el bien común” de Bryson y Crosby, para promover los cambios de políticas publicas necesarios y las reformas comunitarias en un contexto democrático.
El abordaje bajo las técnicas del liderazgo para el bien común implica involucrar a la sociedad completa, en el caso concreto de la vacunación contra el COVID-19.
La metodología propone trabajar con los 3 grupos de personas que deben ser involucradas para desempeñar rol activo en esta materia. No es un método para un dirigente.
El primer grupo son los lideres electos y designados, en el caso que nos ocupa serían principalmente los miembros del Gabinete de Salud que dirige la vicepresidente de la República, Raquel Peña, las autoridades administrativas locales, las autoridades de vigilancia (Policía Nacional). El segundo grupo son los ciudadanos activistas y líderes de opinión que deseen entender mejor como iniciar e implantar cambios exitosos. Este grupo incluye a los periodistas, comunicadores, pero también a los influenciadores de las redes sociales. El tercer grupo, comprendido por un numero mayor de personas son los académicos y estudiantes en áreas de administración pública, planificación, liderazgo y políticas públicas, y para el caso que nos ocupa los del sector salud.
Es necesario que en uno de los 3 grupos surja la iniciativa de lanzar un nuevo modo de hacer las cosas para poder implementar la metodología de liderazgo para el bien común a fin de enfrentar los desafíos de la pandemia.
Supongamos por ejemplo, que la iniciativa surgiría del gabinete de salud (aunque pudiera surgir de cualquiera de los 3 grupos precitados), asumiremos que el objetivo de política pública es vacunar a la mayor cantidad de población en el menor tiempo posible para evitar casos graves de enfermedad que obliguen a las medidas de encierro general. La nueva política pública abarcaría dos aspectos, el cumplimiento estrictamente de las normas de distanciamiento social y la adopción de normas nuevas sobre la vacunación contra el virus.
Es necesario que el liderazgo del primer grupo influencie al segundo y tercer grupo a fin de generar las corrientes de opinión basadas en la ciencia, en las experiencias internacionalmente aprobadas, y en las normas vigentes en el país.
En cuanto al tema de las normas: sugerimos por ejemplo enfrentar con mayor rigor la impunidad respecto de quienes violan las normas de distanciamiento social adoptadas por las autoridades. Generalizar y visibilizar el proceso sancionador de forma constante a las inconductas conforme a las normas jurídicas puede ser una nueva política pública que puede ser adoptada de forma rápida y que puede mostrar eficacia en corto plazo. El empoderamiento del 2do y 3er grupo nacional y local es imprescindible para garantizar el influenciar a la sociedad. Deben preverse estrategias para resolver los posibles conflictos residuales que pudieran surgir de la aplicación de esta nueva política pública.
En cuanto al tema de la vacunación: sugerimos abordar la vacunación generalizada de la población con las normas adecuadas, transparentes y respetuosas del estado de derecho, pues el hecho de contar con interpretaciones jurídicas diversas, y un marco normativo disperso sobre el tema da espacio a generar incertidumbre, impide lograr los objetivos de vacunación y crea potenciales conflictos.
Involucrar al tercer grupo, especialmente al liderazgo comunitario local para el cumplimiento de estas normas, así como el cumplimiento de las normas sobre distanciamiento social.
“Los objetivos de liderazgo en un mundo de poder compartido son complejos y muchos. Ninguna persona sola o grupo puede afrontarlos todos; por eso el liderazgo debe ser compartido” (J. Bryson y B. Crosby pág.55).