La Universidad Tecnológica (UTESA) ejecutó todos los pasos de rigor para valorizar el Centro de Eventos de Santiago como un innovador y seguro Centro de Convenciones y Cultura Dominicana (CCCD). La edificación entró en fase de culminación y será inaugurada el próximo 23 de abril por el señor Presidente de la República, Danilo Medina. Es un edificio modernista y emblemático que fortalece la identidad de Santiago. También vigoriza la educación de postgrado y aporta un equipamiento cultural impulsor del turismo, las artes escénicas y artes visuales de la Nación.

Una obra majestuosa que expresa el tenaz y sostenible talento académico y la confirmada visión estratégica del Doctor Príamo Rodríguez Castillo, fundador de UTESA, y de otras iniciativas docentes y de emprendimientos empresariales que propulsan el progreso permanente de Santiago y la Nación. 

El Centro de Convenciones y Cultura Dominicana (CCCD) como proyecto está financiado por UTESA. Le fue concedido a esta casa de estudios por el Presidente Hipólito Mejía (2000-2004), vía el Decreto Presidencial 6103. Al frente del remozamiento integral está el renombrado especialista y PhD en Sismoresistencia José M. Lockhart y los reputados arquitectos Conrado Asencio, César Payamps, Virgilio Veras y Bienvenido Peña.

Urbania la revista técnica de Urbanismo y Marketing Territorial editada por el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES), dedicó una sesión especial al Centro de Convenciones. Publicamos un artículo exhaustivo al respecto. La edición fue elaborada por el ingeniero estructural y PhD en geosísmica José M. Lockhart. Un agudo profesional con varias especializaciones en Sismoresistencia, Sismogeotecnia y Dinámica de Suelos en prestigiosas universidades de New York y Missouri de Estados Unidos de América (EUA).

El especialista Lockhart analizó el tipo de gestión de Sismoresistencia que se ejecutó en la edificación del Centro de Convenciones. Una edificación urbana que da identidad, imagen y coherencia territorial a la Plaza dedicada a los Héroes de la Restauración de la Independencia en conjunto con el Gran Teatro del Cibao y el remozado Monumento. La edificación se construyó a mediados de la década de los años 90 con el abordaje de “todo prefabricado” de hormigón armado.

Lockhart subraya que “la industria de la construcción prefabricada de hormigón armado tuvo auge en aquellos países donde la mano de obra era costosa, y en épocas donde el ritmo de la construcción de edificaciones demandó mayor eficiencia. La construcción prefabricada de hormigón armado depende para su estabilidad, seguridad e integridad estructural de la unión entre sus diferentes partes”. Es decir, del tipo de conexión entre piezas, especialmente las uniones de vigas y columnas.

Bajo los preceptos anteriores la estructura de la edificación del Centro de Convenciones y Cultura Dominicana (CCCD) fue fortificada para que tuviera la capacidad de sobrevivir a terremotos de intensidad. “La debilidad de edificaciones frente a terremotos no es exclusiva del hormigón prefabricado, ni solo atañe a Santiago. Es un problema de todas las estructuras, sin importar la clase de material, que hayan sido diseñadas y construidas con anterioridad a las normas sísmicas modernas en cualquier región del mundo donde exista peligro sísmico”.

UTESA y el estructuralista José M. Lockhart se concentraron en controlar decisivamente la vulnerabilidad sísmica de este edificio mediante la incorporación de medidas de reforzamiento conocidas como “Rehabilitación de la Sismoresistencia”. Se realizaron investigaciones del CCCD, cumpliendo las normas y procedimientos establecidos por la Federal Emergency Management Agency (FEMA) de los Estados Unidos de América (EUA), según los manuales FEMA 273, 274, 356 y 547, ATC 40 y ASCE 41-06.

Las investigaciones comprendieron: i) exploraciones geotécnicas y geofísicas; ii) estudios de la geología local y sismotectónica regional, geodinámica y sismología; y iii) análisis probabilístico de la amenaza sísmica para el lugar donde se ubica edificio. Como resultado se obtuvo la respuesta dinámica del suelo en superficie en términos de acelerogramas de terremotos y con estos productos concluidos se realizó un completo reforzamiento estructural de la obra.

Finalizados los trabajos de rehabilitación física que permitieron reforzar la estructura con bloques y paredes de hormigones armados de 320 kilos por centímetros cuadrados, se procedió a terminar la obra para su puesta en valor en beneficio de la comunidad local, nacional e internacional.

El edificio además de aportar las facilidades para estudios de postgrados, es un equipamiento cultural de primer orden que facilitará de forma creativa diversas expresiones de las artes escénicas y visuales. El Centro de Convenciones y Cultura Dominicana se diseñó basado en un diagnóstico de roles y demanda. Se valoró el cómo esta entidad podía contribuir a la cadena de valor de la industria cultural.

En el primer nivel funcionará la escuela de postgrados, así como un creativo restaurante, biblioteca, cine, canal de televisión, estación radial, salas de exposiciones y una tienda de regalos. Destaca el área museística 3,500 m/2 de exposición identitaria de imágenes, fachadas, mapas y fotografías de 32 provincias. Varias terrazas y miradores exploran de forma no vista antes, el paisaje del Monumento, el sistema verde de la Cordillera Septentrional y del Pico Diego de Ocampo.

Se ha construido genuino museo de la cultura arquitectónica dominicana desde la fundación de la República hasta nuestros días. Se expondrán símbolos provinciales iconográficos. Un patio del folclor diseñado para tertulias estratégicas y un programa de visitas guiadas conectadas con escuelas y universidades. Igualmente se atrae a los cruceros de Luperón y el turismo nacional e internacional. En el tercer nivel, hay cinco salones para convenciones y eventos, con capacidades para albergar mil, 500, 200, 100 y 50 visitantes cada uno.

Felicitamos a toda la familia Rodríguez González y los académicos de UTESA por esta noble contribución a Santiago y el país. En especial al estratega y doctor Príamo Rodríguez Castillo, a su distinguida esposa Doña Ingrid González y a sus proactivos y académicos hijos Frank, Lily, Melany y María Jesús Rodríguez González.