En una actividad de la asignatura Fundamentos de Economía asigno tres videos cortos para mostrar las ventajas de la división del trabajo y la especialización. El primero es una selección de siete minutos de un documental de propaganda soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Está disponible en YouTube y con el programa de creación de videos Camtasia, seleccioné los segmentos de interés donde se ven a personas involucradas en miles de trabajos y funciones diferentes. ¿Hay división de trabajo? Por supuesto: mineros, soldados, campesinos recolectando trigo, hombres que llaman baile a ponerse en cuclillas a tirar patadas sincronizadas. Cinco puntos.
El segundo video es del grupo de rock Creedence Clearwater Revival con su famosa canción Fortunate Son y escenas de combate en la Guerra de Vietnam. Desde luego que hay división del trabajo, se percibe claramente: en los helicópteros tenemos el piloto, el door gunner que manipula la ametralladora de alto calibre para atacar enemigos y cubrir a los soldados que llevan al frente de batalla o a los que rescatan vivos, heridos o en bolsas de cadáveres. Todos cinco puntos, pero nadie con puntos extras por reconocer al grupo y esta canción antibélica que es común encontrar en películas sobre esa guerra, por ejemplo, en Forrest Gump.
Milton Friedman presenta el tercer video y el escenario es en mercados y talleres de Hong Kong. Son siete minutos del capítulo “El Poder del Mercado”, de su serie “Libres para Elegir” tan exitosa en los años ochenta, en que explica las razones para esa división del trabajo que lleva a las personas a vender pescados, fabricar pistolitas de agua, juguetes baratos y partes electrónicas o a importar de cualquier parte del mundo las materias primas o productos terminados que requiere para proyectos personales de negocio. Otros cinco puntos fáciles preguntando lo que es obvio, que la gente hace cosas diferentes, que el trabajo se divide, no podemos hacer de todo, por eso el trabajo en equipo para conseguir resultados.
Pero con la pregunta de desarrollo para explicar dónde están las diferencias de la división del trabajo en los tres videos, la prueba les invita a discernir. La mayoría no logra captar la diferencia de una división del trabajo que es impuesta desde arriba, una orden, con una que es una decisión libre de los individuos. Al igual que en otros cuatrimestres, un pequeño grupo acertó en las diferencias entre una que surge de la libertad y otras del abuso del poder político.
Está claro que existe división del trabajo en el socialismo, pero esa es una donde las decisiones las toma otro, un funcionario miembro del partido que decide tu lugar en un plan para dirigir la sociedad. “Camarada, le toca arrear los bueyes, no hay puestos disponibles para violinistas.”
También en la URSS existió un sistema que violaba el incentivo a la especialización y división del trabajo que les expliqué con Robinson Crusoe y Viernes en una isla. Siguiendo a Jeffrey Herbener, les mostré como estos dos hombres libres toman nota del total de bienes que cada uno produce cuando dedican su jornada laboral a dos tareas (tumbar cocos, recoger fresas).
Aunque Robinson es mejor en ambas actividades, hay una donde su ventaja no es tan grande. Viernes también reconoce que no es igual de peor en los dos trabajos, que hay uno donde no se queda tan atrás. Si uno hace la tarea donde es relativamente mucho mejor y el otro donde nota un rezago menor, la cantidad de bienes que producen será mayor. Robinson pasa así a ser el dueño de todas las fresas y Viernes de todos los cocos de agua. Ahora a negociar para lograr la misma dieta de las dos frutas, pero en mayor cantidad que antes.
En la URSS esa dinámica era imposible porque no existía la propiedad privada sobre frutos del trabajo humano individual. No la había en tiempos de guerra, ni en tiempos de paz. Cocos y fresas fueron siempre propiedad del Estado y tocaba a los funcionarios del gobierno disponer de ellos para repartir a toda la población. Las habilidades individuales se anotaban en cuadros estadísticos y los planificadores confiaban en que eran guías similares a las del capitalismo para orientar a las personas a producir con abundancia y calidad. Fueron ilusos que buscaron mil excusas a su rotundo fracaso en ofertar bienes y servicios con la calidad y variedad de países con propiedad privada y mercados libres.
Volviendo a la historia del famoso náufrago, éste ahora es dueño de las fresas y comer mejor que antes es algo que se logra con la milenaria práctica de regatear con Viernes un intercambio favorable de fresas por cocos. A siete cocos por una fresa, uno mejora y el otro no, y la situación se invierte cuando es 5 cocos por una fresa. Hay un rango en que ambos mejoran y en una de esas razones se dará el intercambio mutuamente favorable. Todo gracias a la propiedad privada e intercambios libres, así de simple y válido hace siglos en una isla de dos personas perdida en el Pacífico o, como muestra el buen Milton, también ahora en una pequeña y densamente poblada como Hong Kong, donde millones de personas toman control de sus decisiones y los resultados que de éstas se deriven.
Los videos de la URSS y Vietnam muestran la división del trabajo que es posible con el abuso del poder político para tratar a los seres humanos como esclavos. El paredón de fusilamiento era la alternativa a desobedecer la orden de cumplir con las instrucciones de que hacer por el resto de tu vida se le ocurrió a un camarada. La cárcel o salir de Estados Unidos eran sanción y autoflagelación por renunciar a ser un conscripto y pelear una guerra que evadieron los “hijos afortunados” menciona CCR en su canción antibélica.