A las 10.32, hora española, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, informaba a todos los españoles, que el Rey Juan Carlos le había comunicado su voluntad de renunciar al trono. En una comparecencia institucional sin precedentes, Mariano Rajoy anunciaba la apertura del proceso de abdicación y la inmediata sucesión en el trono.

La transmisión de la corona se producirá a favor del hasta ahora Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón. Para ello es necesario que se tramite una Ley y se abra el proceso sucesorio. Para poner en marcha el proceso, el jefe de Gobierno ha anunciado que mañana se celebrará un Consejo de Ministros extraordinario.1401699329_011328_1401700009_noticia_normal

Asimismo, Rajoy ha anunciado que el proceso de sucesión se realizará en un clima de normalidad, y que su deseo es que el Príncipe de Asturias asuma la corona en un breve plazo. Según Rajoy, a lo largo de la mañana de hoy, Juan Carlos I dirigirá un mensaje a todos los españoles comunicando personalmente las razones de su decisión.

La abdicación de Juan Carlos I no es una sorpresa para el mundo político y económico español y tampoco para el conjunto de la sociedad. El rey de España lleva 39 años al frente de la Jefatura del Estado, desde que fue proclamado en 1975. Hasta hace sólo unos años, la figura del monarca ha disfrutado de un extraordinario prestigio nacional e internacional.  Sin embargo, de un tiempo a esta parte, esa imagen se ha deteriorado y actualmente, las encuestas muestran que la popularidad del monarca ha caído.

Quizás lo que más ha manchado la imagen de la Corona, han sido los procesos judiciales, por delitos de tráfico de influencias y corrupción, que se siguen contra el marido de la hija del rey, en el que ella misma también está implicada. Asimismo, a esa pérdida de prestigió también concurrieron algunas de las actuaciones personales del rey, como una cacería de elefantes fuera de España en la que se rompió una cadera. Aunque el rey pidió públicamente disculpas por este suceso, su imagen a esas alturas ya había sufrido un daño casi irreparable.

De ahí que a nadie hoy le haya sorprendido que el Rey de España, al igual que otros monarcas europeos en el último año, haya dado un paso a atrás para dejar que su hijo se convierta en un monarca del siglo XXI, con el nombre de Felipe VI.

 

Antonio Hernando Vera

Diputado por Madrid y columnista de Acento

@AHernandoVera   ahernandovera@gmail.com