A finales del año 2018 la mayoría de los republicanos y demócratas en el Congreso de los Estados Unidos se pusieron de acuerdo en algo, y fue en votar a favor de legalizar la producción industrial del Hemp en ese país (cáñamo de cannabis sativa). Posteriormente el Presidente Donald Trump promulgaría la ley contentiva de esta legalización.
El cáñamo del cannabis sativa no es lo que se conoce como marihuana, ya que el tetrahidrocannabinol (THC), que es el agente psicoactivo que produce efectos psicotrópicos en la marihuana, está reducido a un 0.3% a la hora de cosechar el cáñamo. Y lo que es mejor para cualquier ferviente opositor a la legalización de las drogas según explica el director de VoteHemp.org Eric Steenstra, “si el polen del cáñamo se llegara a mezclar con el de la planta femenina que cultivan para la marihuana, causaría que la semilla pierda su potencia… Por lo que, quienes cultivan marihuana en EEUU no quieren cáñamo justo al lado de su siembra”.
Hasta este momento la siempre y cosecha del Hemp estaba prohibido dentro de los EEUU, razón por la cual las empresas que utilizaban este producto dependían de importaciones de China, Francia o Canadá, donde la prohibición era inexistente.
Pero para qué se utiliza este planta? Sus utilidades han sido variadas a través de la historia. Entre ellas se establece que la propia constitución de EEUU fue escrita con papel derivado de esta planta, lo cual no sorprendería ya que el propio George Washington cultivaba hemp. Posteriormente, en la Segunda Guerra Mundial, EEUU usó el cáñamo para hacer sogas.
En la actualidad su uso sigue siendo variado, desde productos alimenticios, ropa, jabones y debido a su fortaleza (Algunos establecen que el Hemp es más resistente que productos como el acero) ha sido usado hasta para hacer automóviles.
Y aunque es mayor el trabajo y la intensidad de la cosecha, cultivarlo es buen negocio. En la actualidad, dice Streenstra, que comparado con un acre de maíz o trigo la productividad del cáñamo rinde mayores frutos económicos en EEUU. Este cultivo presenta como beneficios que debido a su fortaleza no requiere pesticidas, así como que no necesita tanta agua como el arroz para ser cosechado.
Al igual que sucedía en Estados Unidos, en nuestro país el artículo 21 de la ley 2050-88 aún prohíbe todo tipo de plantas relacionadas al cannabis porque la considera como “estupefacientes y sustancias controladas”. Un inversionista recientemente me citó que tenía la idea y el capital para desarrollar en nuestro país un proyecto de exportación de Hemp a EEUU, pero que entre las barreras se encontraba esta del obstáculo legal.
Es preciso destacar que la nueva Farm Bill de los EEUU no libera totalmente el cultivo del cáñamo. Se establece un mecanismo para su cultivo industrial que requiere de autorización y regulación para verificar que el mismo sea conforme a la ley y su THC menor de 0.3%.
Considerando las ventajas de nuestro país para producir, como el acceso a mercados de libre comercio, la posición geográfica y la mano de obra barata; urge que el Congreso reconsidere la prohibición existente del Cáñamo para fines industriales, ya que va en detrimento de nuestro comercio y capacidad exportadora.