No se cumplió lo prometido en el discurso de juramentación del presidente Danilo 2012-2016: “Mejoraremos los salarios y los servicios de seguridad social a nuestros agentes, tal como les prometí durante la campaña. Les dotaremos de mejor equipamiento y transformaremos la academia, con formación continua y especializada, que permita a nuestros cuerpos de policía, dar una mejor respuesta a los ciudadanos.”

Espero se cumpla lo dicho en el reciente discurso del presidente Danilo 2016-2020: “Señoras y señores, por supuesto, vamos a complementar este marco legal con mejor entrenamiento, equipamiento y dignificación salarial para nuestros agentes.” Policiales.

Sin dejar de ser disidente y crítico  al abordar sobre un tema que acostumbro alardear de conocer, quiero en mi condición de comunicador independiente, como parte de la opinión pública y Mayor General Retirado, como parte del sector policial, sumarme al deseo expresado por el presidente Constitucional de la República, Licenciado Danilo Medina, en el momento de su juramentación, este 16 de agosto pasado, periodo 2016-2020, en su llamado a participar en la concertación y el dialogo sincero en relación  al tema de la seguridad pública.

Independientemente de que la intención del gobierno, del congreso y las organizaciones de la sociedad civil fuera la de reformar en bien o mejor para los policías,  al elaborar la Ley Orgánica 590-16, la verdad es que hoy la institución policial está debilitada, así como sus policías de manera individual, se siente desmoralizados y sin orgullo alguno de seguir desempeñando la sacrificada profesión de ser policía a razón de la nueva legislación.

En la actualidad y durante más de dos décadas la seguridad pública se encuentra en la primera prioridad de la sociedad dominicana, lo cual refleja la debilidad institucional del Estado dominicano por un derecho insatisfecho e incumplido  en razón de ser un eje transversal en el desenvolvimiento del diario vivir de toda la sociedad, pues, el fenómeno de la corrupción, la inseguridad y la violencia en todas sus manifestaciones ha desbordado la capacidad de las autoridades para prevenir y tratar con eficiencia y eficacia dicha problemática (multi factorial y multi dimensional).

El propósito de mis escritos constantes en relación al tema de la seguridad es llamar la atención de las autoridades  que están vinculados a la prevención de la violencia en todas sus manifestaciones y que de manera sistemática se relacionan con el Estado debiendo incidir en las políticas públicas para la seguridad de los habitantes, repito,  tema que se ha convertido en una de las máximas prioridades de la sociedad dominicana.

No se hace necesario explicar y detallar los daños que tocan a cada segmento de la sociedad y que son sufridos a consecuencia de la falta de políticas responsables emanadas de las autoridades competentes en cuanto al sistema de seguridad pública y que entronizan las infracciones y hechos punibles.

Los estudios recientes en todo lo que envuelve la seguridad pública desde la perspectiva del gobierno, el congreso y de la llamada “sociedad civil”, (que debería representar el conjunto de organizaciones sociales, pero que no es así); se han equivocado al considerar como principal solución para garantizar la seguridad de la población: la referida Ley Orgánica 590-16.

El gobierno central que controla absolutamente todos los poderes del Estado sin límites de recursos, no ha podido y parecería que no ha querido remediar el más acuciante problema social, entonces, en qué cabeza cabe la idea qué por sí misma la policía y sin dinero pudiese resolverlo. Por lo que recomendamos, que los militares sean excluidos de opinión en temas policiales y sea revisado con un enfoque criminológico todo lo que se ha hecho hasta ahora en relación a este asunto de la seguridad pública, tomando en cuenta  como ejemplo el sistema 9-1-1, preguntarse ¿por que funciona? Y aplicarlo al conflicto en cuestión.

Dios les bendiga siempre Pueblo Dominicana.