Una definición de penumbra es: la región débil entre la luz y la oscuridad; por tanto, la idea, la intención, o el eventual proceso de unificar una serie de partidos o grupos políticos no coincidentes en su doctrina y plataforma política en un frente de oposición, lograría meramente un capricho, una quimera de una sombra difusa y pasajera.
Unificar partidos políticos en un frente de oposición con el único propósito de sacar el actual partido del gobierno, sería una difusa penumbra.
Unificar las fuerzas vivas de la nación para decidir en las elecciones del año 2020 es asunto prioritario y urgente que debe ser constituido con buena voluntad, compromiso, fortaleza, integridad, debidamente estructurado con fundamento y columnas inconmovibles por los vaivenes de la política personalista o grupal.
La unión de partidos para desplazar al PLD del gobierno sería una operación limitada en espacio y tiempo. Sería una acción sin firme consistencia, capacidad, y permanencia para dar los cambios y para cimentar el fundamento económico, jurídico, e institucional, que el pueblo necesita para su continuo desarrollo y bienestar social con equidad y duradera paz.
Se debe ser cauto ante la opinión de unificar los grupos de izquierda y la derecha. Los primeros están agotados de sus ideas socialistas y no tienen vigencia por su fraccionada condición. Los segundos solo son una rémora que desprestigia las probidades y los patrones democráticos, los sentimientos de los derechos humanos, y la dignidad propia de quien no coincide y apoya sus líneas.
Para mejor entender la accidentada andadura de un funesto pacto, hay que recordar la alianza del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) de Joaquín Balaguer con el Partido de la Liberación (PLD) de Juan Bosch. Esa alianza resultó en el actual régimen gubernamental del que se quiere salir en el venidero año 2020.
El pueblo dominicano se mantendrá vigilante y no quisiera tener un régimen gubernamental producto de una conjunción de partidos en un pacto que resultaría con visos antidemocráticos. Los electores no están en disposición de soportar un gobierno tiránico, ni tampoco toleraría un sistema político impuesto por un nuevo pacto que podría culminarse en un eventual estado que sea la continuidad con los estratos gubernamentales concentrados y en que las condiciones que imperen de manera tangible por la falta de transparencia y en que se denota corrupción, impunidad, laissez faire, negligencia o carencia de equidad en las normas de juicios no equitativos.
Unificar los partidos debe ser para elaborar planes conjuntos y decididamente apoyados a fin de asentar políticas ineludibles de buen gobierno. Esto es indispensable para el desarrollo continuado con equidad de oportunidades, y así generar los recursos y tener los servicios necesarios para implementar los medios indispensables facilitando la obtención de alimentación, saludad, educación, expansión cultural, disfrute de sanas actividades, y en fin alcanzar las condiciones anheladas de toda persona humana. La unidad hace la fuerza, y esa fuerza debe ser usada para que la vida en el país sea mejor cada día.
Nuestra fe nos compele a pensar en las enseñanzas que orienta el pensamiento y la vida, a esto se debe este artículo y la siguiente cita: ¿Oh qué bueno y agradable es convivir los hermanos en unidad! (Salmo 133: 1)