Las teorías conspirativas son universales. Es por ello que las mismas se manifiestan también en nuestro país. Según el doctor Antonio Zaglul, psiquiatra, el dominicano tiene una personalidad paranoide depresiva. No es de extrañar, entonces, que estas teorías abunden entre nuestros conciudadanos. Existe una, sin embargo, que es más popular que las demás: la de la unificación de nuestro país con Haití.

Si no estoy equivocado, la hipótesis de la fusión de la República Dominicana y Haití fue enunciada por primera vez por Joaquín Balaguer durante la campaña electoral de 1994. Según el ex-presidente, detrás de tan macabros planes se encontraban potencias como los Estados Unidos, Canadá y Francia. Habida cuenta del carisma de Balaguer, sus seguidores la aceptaron como palabra de Dios, aun cuando este no presentó ninguna prueba. Además, dicha hipótesis caía en ese momento como anillo al dedo, pues con la misma se pretendía descalificar a Peña Gómez, candidato presidencial del PRD. En efecto, Balaguer argumentaba que un triunfo de Peña Gómez sería una condición previa a dicha fusión.

Han pasado veintidós años y la teoría de la unificación de la isla no ha perdido su vigencia. Los actores han cambiado, pero la trama es la misma. Ahora hay otros conspiradores. Bill e Hillary Clinton, el embajador Brewster, la OEA, Almagro e Insulza, Amnistía Internacional y otras ONG, entre los externos; y entre los internos, Juan Bolívar Díaz, Huchi Lora, ACENTO y todos los que en él escriben, incluyendo a quien firma estas líneas. Con el agravante de que, además de conspiradores, son (somos) traidores.

Han pasado veintidós años y no se ha presentado ninguna prueba. A pesar de que quienes acusan deben cargar con su fardo. Han pasado veintidós años y la teoría (sería más correcto llamarla hipótesis) de la unificación de la isla no ha dejado de ser eso, una teoría conspirativa ¿En qué me baso? Veamos.

Primero, en la ausencia de pruebas. Luego de más de dos décadas, no ha salido a la luz pública el menor indicio. Ni una nota diplomática. Ni un discurso. Ni un artículo. Ni siquiera Wikileaks, que ha tenido acceso a los documentos más secretos, ha descubierto nada. A lo mejor la teoría es real. Siempre que existan pruebas, naturalmente. Los aficionados de las teorías conspirativas alegan con frecuencia que tales pruebas son difíciles de conseguir, dado el carácter ultra secreto de la conspiración. Que me disculpen: la ausencia de prueba no es una prueba.

Por otro lado, esta teoría comparte con otras numerosas características. Sus partidarios confunden sus percepciones, sus interpretaciones con los hechos ¿Que Clinton pretendía la creación de campos de refugiados en nuestro país? Prueba de la conspiración ¿Que la OEA investiga denuncias? Prueba de la conspiración ¿Que las ONG ayudan a los haitianos? Prueba de la conspiración. Estas no son, sin embargo, pruebas, sino simples interpretaciones. Los partidarios de las teorías conspirativas son expertos en eso, en medias verdades y acomodación de los hechos a sus creencias.

Pero, ¿Qué beneficio sacan los que creen en esta teoría de la misma? Deshacerse de su responsabilidad. Culpar a otros de sus irresponsabilidades.

Si yo creyera en la existencia de la teoría de la unificación de la isla me haría otras preguntas: ¿Son conspiradores los presidentes (incluyendo a Balaguer) que han permitido el caos migratorio que ahora nos afecta?¿Son conspiradores los hacendados, los ingenieros, los empresarios que se benefician de la mano de obra haitiana?¿Son conspiradores los ministros de trabajo que se hacen de la vista gorda ante la contratación ilegal de dicha mano de obra?¿Son conspiradores los que trafican con haitianos, los que los introducen en el país contra dinero?¿Son conspiradores los directores de migración que no cumplen con sus responsabilidades?

Me preguntaría también: ¿Por qué no hemos roto relaciones diplomáticas con los americanos, con los canadienses, con los franceses?¿Por qué les soltamos a los condenados por narcotráfico?¿Por qué bastó una llamada de Sarkozy para dejar ir a dos mulas francesas?¿Por qué Balaguer le regaló a Francia un palacio colonial para que instalara en él a su embajada? En definitiva, ¿Por qué la frontera ha sido desde siempre un colador?

Si yo creyera en la existencia de la teoría de la unificación de la isla me preguntaría: ¿Por qué los dominicanos siguen votando por los responsables de este desorden?¿Por qué no se precipitaron todos a votar por la FNP, (falso) paladín de la soberanía nacional?¿Por qué no sacaron estos (afortunadamente) ni un diputado?¿Será porque los dominicanos son todos unos conspiradores?

No creo en la teoría de la unificación de la isla, por suerte. Sí creo que hay un problema migratorio que hay que resolver. De forma racional. Realista. Humana. Y creo que la situación actual no es fruto de ninguna conspiración,  es culpa de cada uno de nosotros. Y cada uno de nosotros debe tomar el destino de la nación en sus manos y asumir sus responsabilidades. Eso creo.

Aunque me llamen traidor.

*Reflexiones frutos de debates con amigos “patriotas”.