Un amigo y colega escribe en las redes sociales lo siguiente “500 años de clases calladas en Quisqueya: en el siglo XVI alzándose al monte, en el 20 emigrando al extranjejero.” Yo le contesto “o alzándose al underground existencial.”
Con esta respuesta quise decir, que la gente tiene opciones en las cuales se incluye la migración, pero en otra incluye opciones alternativas que se colocan en un subterráneo alternativo a lo convencional. Nuestros jóvenes pobres en su mayoría hombres nos dibujan un paisaje de muerte en sus decisiones inconscientes. Las mujeres nos dibujan un “reencantamiento” con el mundo aparentemente racional.
Este es un país en donde hasta ahora se le ha fallado a la gente en todas las áreas imaginables. Como ejemplo solo hay que ir a un hospital público o visitar las escuelas, o simplemente ver las oportunidades disponibles para que un pobre mejore su condición de vida. Ante estas condiciones, ya la gente no se alza ni corriendo a las montañas o luchando en grupos políticos, o organizándose. Hoy los paradigmas están muertos y muertos están los hombres y mujeres que dieron sus vidas por los hijos e hijas de Machepa.
A mi amigo le comenté, “a lo mejor te parezca algo loco de mi parte, pero observando el comportamiento suicida de nuestros jóvenes pobres que mueren a diario en accidentes de tránsito especialmente en motores, ilustra parte de este underground existencial”.
La Oficina Nacional de Estadísticas (Online) arroja números de muertes por accidentes de tránsito que se podría llamar una epidemia letal para la población joven en nuestro país.
La ONE arroja que las muertes por accidentes de tránsito aumentaron de 1594 en el 2003 a 2,134 en el 2020. De estos, la gran mayoría de muertos y lesionados son hombres (90 %) entre las edades de 15 a 30 años.
¿La muerte entonces para los hombres jóvenes es una opción? ¿Se embarcan estos jóvenes en carreras de motocicletas o carros impulsados por el desencantamiento del mundo?
Podría ser una respuesta si nos atenemos a la teoría de Max Weber sobre el desencantamiento del mundo ante los límites de la sociedad moderna.
Al sentirse estos jóvenes atrapados en una jaula de hierro sin salida, ni prospecto de vida, el suicido inconsciente es una opción. Los indígenas cuando se encontraron atrapados entre la espada colonizadora y el mar optaron por lanzarse al vacío.
Hoy estos jóvenes pobres de las zonas rurales y urbanas sin ningún prospecto de vida, calibran sus motores e inconscientemente esperan que sus cabezas choquen con el asfalto y pasen a mejor vida. O simplemente dañen sus cerebros o pierdan sus extremidades. Aunque pueden haber otras explicaciones psicológicas en las cuales se plantea que el cerebro de los adolescentes no está preparado para reconocer el riesgo aquí estamos hablando también de jóvenes adultos.
Esta interpretación no es una respuesta completa. ¿Y por qué? Ambos hombres y mujeres jóvenes están atrapadas en una sociedad fallida. Las mujeres jóvenes no se embarcan en números estadísticamente representativos en acciones aparentemente suicidas. Las estadísticas muestran que la inmensa mayoría de las muertes en accidentes son hombres jóvenes.
¿Abran las mujeres de los sectores pobres de nuestro país hallado su propio underground existencial? ¿Encontraron las mujeres formas de reencantamiento con el mundo? Claro que sí. Una forma es la migración. Podemos afirmar que las mujeres se alzan emigrando al extranjero. Más mujeres que hombres dominicanos emigran al extranjero. Y son las mujeres que más remesas envían al país.
Hay otras formas de reencantamiento femenino, las cuales no discutiré ahora. Sin embargo, me gustaría enfocarme en una forma que nos recuerda a Georges Bataille y su concepto de lo sagrado. Si la sociedad moderna, con toda su tecnología y racionalidad me da la espalda, Dios está ahí para sostenerme.
Las estadísticas pueden ayudar a dilucidar este “reencantamiento" con el mundo. Nuestro país era casi totalmente católico, hoy según los resultados de la Encuesta Barómetro de las Américas 2018-2019, el 26 por ciento de los dominicanos son evangélicos. Y si miramos dentro de una de estas iglesias, la mayoría son mujeres.
Sostenerse en lo sagrado y más aún en un mundo sagrado y fundamentalista es una respuesta radical a los fallos del mundo moderno. Y las mujeres se lanzan con faldas largas y la Biblia a combatir los demonios de la modernidad: pobreza, violencia intrafamiliar, y desempleo.
El porqué de esta diferencia entre hombres y mujeres es un tema a dilucidar en el futuro. Hoy concluyo diciendo que en un mundo sin paradigmas para el pobre o marginado, la gente descubre su propio existencial underground en espacios donde las decisiones son individuales y fuera del control del Estado. Amigo, “alzarse” es un tema complicado en el presente.