Este martes, tuve la fortuna de asistir a una conferencia en vivo con el orador motivacional Nick Vujicic. Este encuentro fue muy especial en muchas formas, principalmente ya que este sufre de una enfermedad inusual llamada Síndrome de Tetra-Amelia, el cual se caracteriza por la ausencia de brazos y piernas en una persona.

Solo 12 personas en el mundo, incluyendo a Nick, han sido reportadas que sufren de esta enfermedad. A pesar de carecer de extremidades superiores e inferiores, Nick nos enseña que una vida sin propósito es una vida vacía, que hay ser “el milagro que nosotros queremos conseguir”, y que mas vale “la esencia  del perfume que el frasco”.  Él acredita a Dios el éxito de sus logros y la victoria sobre sus luchas personales.

Por su condición física, él también fue víctima de bullying y maltrato de parte de los demás, lo que lo llevo a los diez años a tratar de cometer suicidio. Así como Nick, muchas veces nosotros, los jóvenes, no nos apreciamos a nosotros mismos, ni nos damos cuenta de  nuestro justo valor. Estamos influenciados por esteriotipos que el mundo nos impone. Vivimos inconformes con lo que tenemos, como nos vemos, y con lo que somos, pues queremos llenar los estándares impuestos por los demás.

Nick en su charla, nos muestra con su testimonio de vida que no necesitamos parecernos a nadie, que cada persona es única y especial tal como es, ya que viene a cumplir un propósito en la vida establecido por Dios.

Muchas veces lo tenemos todo, y al mismo tiempo no tenemos nada.  El, a pesar de no tener brazos ni piernas, lo tiene todo ya que al poner su fe en Dios, él se dio cuenta que la felicidad viene de amarse y aceptarse a uno mismo, no de lo que poseemos.

Enseña que nos enfadamos con Dios por lo que no tenemos, en lugar de agradecerle todo lo que nos ha dado. Así mismo  explica como por cada impedimento físico o mental que uno pueda tener,  poseemos suficientes talentos y habilidades para conquistar nuestros miedos y obstáculos en la vida.

Habiendo visitado más de cincuenta y cuatro países hablando sobre su organización  “La Vida sin Extremidades” (Life without Limbs) y su movimiento “La Actitud es Altitud” (Attitude is Altitude), Nick propaga sus experiencias y los principios por los cuales vive.  Una de sus frases motivacionales “para hacer un cambio en el mundo hay que primero comenzar por uno mismo”, ha transformado millones de vidas comenzado por él mismo, un paso a la vez.

La República Dominicana debe estar muy honrada de haber tenido a este personaje y milagro de vida en sus tierras ya que con su testimonio de vida motiva a los jóvenes dominicanos a conquistar sus inseguridades y miedos, aceptándose como son y buscando un propósito mayor que llene de sentido sus vidas.

Sus palabras inspiradoras nos impactan y ayudan a cambiar nuestra perspectiva  y visión de ver las cosas, la mayoría de veces guiada por un espíritu derrotero y de constantes quejas.  Nos hace entender que individuos y sociedad tenemos muchas carencias y defectos, pero también muchos talentos y bendiciones por las que debemos dar gracias, que bien administradas y puestas al servicio de los demás, pueden contribuir a crear ciudadanos más felices, tolerantes y considerados, y por ende un mejor país.