El pueblo de Estados Unidos y personas en todo el mundo han seguido con preocupación los recientes debates que tuvieron como escenario principal el Capitolio de Washington.
Los líderes del Congreso de Estados Unidos y el presidente Barack Obama evitaron tener que cerrar el gobierno menos de dos horas antes de que se volatilizara el tiempo disponible hasta la medianoche del viernes, al llegar a un acuerdo apremiante sobre el presupuesto temporal que recortará 38 mil millones de dólares del gasto federal.
Tras largos días de tensas negociaciones y obstinadas disputas partidistas, los republicanos de la Cámara llegaron a un acuerdo preliminar con la Casa Blanca y los demócratas del Senado sobre el financiamiento del gobierno para los próximos seis meses. El arreglo, que abarcará hasta el 30 de septiembre, cuando comienza el nuevo año presupuestal, ha servido para resolver un grave estancamiento que amenazaba con interrumpir las operaciones federales de todo el país y en todo el mundo.
El bando demócrata dijo que, en virtud del acuerdo, en la cifra del presupuesto no se incluyen disposiciones solicitadas por los republicanos para limitar las regulaciones ambientales y para restringir el financiamiento de Planned Parenthood (Planificación Familiar) y otros grupos que facilitan los abortos. Sin embargo, Harry Boehner, el vocero de la Cámara, dijo en un comunicado que el acuerdo incluye una restricción a la financiación del aborto en Washington.
Al acuerdo se llegó después que los republicanos y demócratas se pasaron el día culpándose mutuamente por lo que pudo haber sido el colapso en los servicios públicos provocados por el Congreso, por primera vez en 15 años.
El senador Harry Reid, líder de la mayoría demócrata, al parecer se sintió compelido a decir que no lo dejaron hasta la última hora para buscar un efecto dramático. "Lo hicimos”, dijo, “porque ha sido difícil llegar a este punto." Algo que nadie pone en duda, y que es lo mejor que pudo pasar por el alto costo político que hubiera significado.
Y aunque ambas partes han contraído compromisos importantes, los republicanos lograron forzar concesiones significativas del gasto defendidas por los demócratas a cambio de poner en una gaveta algunas de las luchas políticas sociales consideradas “irritantes” por el bando conservador, que habían trabado el acuerdo.
Los legisladores dijeron que comprendieron que el resultado de las negociaciones tendría implicaciones no sólo para ellos, sino también para la fuerza laboral federal, la población, la economía y la propia imagen de la nación.
Tuvo mucha razón el señor Reid cuando afirmó: "Sabemos que el mundo entero hoy nos está mirando".
Y como aval de esta afirmación, he traído por su valor conceptual una muestra breve, pero representativa, de las inquietudes y opiniones vertidas en algunos medios y redes sociales por los ciudadanos estadounidenses durante los últimos días.
Curiosamente, y no para que nos sirva de consuelo, una buena parte de estos criterios, sin extrapolar demasiado, pero con la adecuación necesaria a las circunstancias particulares, parecen estar referidos a la situación que vivimos los ciudadanos en muchos otros países.
Aquí tienen algunos de los comentarios de los cientos que he podido leer:
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No debemos ceder ante las tácticas ideológicas, ni el brazo fuerte de cualquier bando. Si los republicanos quieren más recortes, pueden provenir de fuentes asignadas tan fácilmente como pueden provenir de Planned Parenthood o Medicare. Digamos, los contratos de defensa y los subsidios al petróleo. Si los demócratas están verdaderamente interesados en su compromiso, deben estar preparados para renunciar también a la financiación de muchos de sus programas favoritos. Podríamos incluso ir tan lejos como decir que por cada dólar de corte de un programa de un lado, se debe dar un dólar para un programa apoyado por el otro lado.”
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La idea de que solo uno de los bandos va a dictar la cantidad de los recortes y de dónde debe de venir es absurda. Ahí es donde falla el Tea Party: la falta de voluntad para aceptar la pérdida de los proyectos favorecidos por su bando o de participar en un compromiso. Yo podría votar por un republicano moderado en próximas elecciones. Pero nunca por un candidato del Tea Party. Han demostrado de lo que están hechos justo cuando pensábamos que Washington no podía oler peor.
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El Congreso no debe recibir su salario si el gobierno cierra. Es terrible que el Congreso crea que representa al pueblo. ¿Hasta cuándo nosotros, como nación, nos vamos a conformar con las disputas partidistas que continúan? Ningún partido ha presentado un plan sobre cómo seguir adelante. El Presidente debe dar muestras de liderazgo.
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Está claro que el estancamiento del presupuesto no se debe al presupuesto en absoluto, sino simplemente es una forma que el Partido Republicano tiene para tratar de imponer su agenda al derecho sobre el aborto y la regulación ambiental en el resto del país. Eso a pesar de que 2/3 del país no está de acuerdo con esas duras posiciones ideológicas de derecha.
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Ninguna de las partes es seria, puesto que ninguna de las partes está dispuesta a abordar nuestro presupuesto militar, que asciende a más de un billón de dólares al año. Es repugnante. Los republicanos son repugnantes y los demócratas están despistados. Tenemos más de 250,000 soldados en el exterior y 900 bases militares en todo el mundo, pero no podemos encontrar 100 mil millones de dólares en reducciones de gastos, y los demócratas y los republicanos en el Congreso y la Casa Blanca no pueden entender por qué nos odian a todos.
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Nos guste o no, el derecho de la mujer al aborto es ley en esta tierra y el deseo de los republicanos de legislar la moralidad a través de la manipulación del proceso presupuestario es el mejor indicio de que no son aptos para liderar.
Parecen estar decididos a hacer sufrir a los más débiles, mientras que aceptan cheques y favores de los banqueros que, en primer lugar, crearon este desastre.
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Como mujer adulta me molesta la idea de que mi cuerpo y mi derecho a hacer lo que quiera con mi cuerpo sean objeto de desacuerdo en el presupuesto. El que los republicanos no duden en decirme que no me corresponde a mí elegir entre la continuación del embarazo o terminarlo, es ridículo. Lo mismo ocurre con el medio ambiente. Me gustaría poder respirar aire limpio, beber agua potable, y sabemos que este país y este planeta van a seguir siendo, simplemente, tan hermosos en el futuro como lo son ahora.
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Somos el único país "civilizado" del mundo que sigue haciendo del aborto un asunto político. La libertad de elección y el derecho a la vida no tienen cabida en la política. Si Planned Parenthood recibe fondos del gobierno, una organización que se oponga a sus puntos de vista y esté debidamente reconocida debe obtener fondos. Vayamos a las cosas que tienen que hacerse y afectan a todos en este país, y no a los grupos de especial interés de ambas partes que están trabando las cosas. El acuerdo entre las partes es la única manera de ponernos de nuevo en marcha.
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Le caen detrás a los maestros de escuela y a los servicios que nos afectan a todos, pero no van detrás de la mayor tajada del pastel, que es el gasto militar. Un día me gustaría despertar y ver a este grupo de gente haciendo realmente el trabajo por el que están pagando. Lo interesante es que aún se les pagaría, incluso si el Gobierno cierra. ¿Qué les parece esa ironía? Estamos en manos de tontos a ambos lados de la presente legislatura.
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Que me disculpe Will Rogers, pero al parecer no tenemos el mejor gobierno que el dinero puede comprar. Los republicanos parecen empeñados en destruir lo que tiene el gobierno que tenemos, mientras que los demócratas se niegan a darle participación y averiguar lo que el gobierno puede darse el lujo de tener y que funcione. Es un día triste en la historia de la república y un día vergonzoso para todos los políticos en Washington.
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Si Estados Unidos fuera una corporación pública y su director ejecutivo permitiera que el negocio cerrara porque no pudo llegar a un acuerdo sobre cómo debe funcionar, los ejecutivos, sin duda, serían despedidos por los accionistas de esas empresas.¿Qué deben hacer los verdaderos estadounidense, los accionistas de este hermoso país? Simplemente, tomar los nombres de todos ‒y quiero decir “todos”‒ los representantes y despedirlos.
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Es evidente que este baile no ha sido sobre la deuda. Si hubiera sido así, se hubieran considerado los aumentos de impuestos, en particular a los banqueros de Wall Street que supuestamente son buenos amigos de Obama.
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Un día me gustaría despertar y ver a este grupo haciendo realmente el trabajo por el que se les está pagando.
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Esto no es liderazgo, esto es desesperación. La gente desesperada hace cosas desesperadas, como acabar con todo porque no pueden tener todo lo que quieren.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, pensaba como un niño, razonaba como un niño. Cuando me convertí en un hombre, empaqué todas mis cosas de niño, me uní al Partido Republicano y traté de hacer que cada uno hiciera lo que yo quiero, y sin compromiso. Y aquí nos encontramos hoy.
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Yo pensaba que Obama fue elegido como demócrata, no como un mediador imparcial. ¿Por qué no se pone de pie ahora y dice las cosas como son? El Tea Party republicano ha causado esta pesadilla, y esto es sólo una bocanada de lo que vendrá en las futuras “discusiones” sobre el presupuesto, si alguien no traza la línea de ahora.
Vamos, señor Presidente, por favor, defienda por lo que hemos trabajado tan duro y por lo que lo elegimos. Si el pueblo de Estados Unidos ahora tiene que sufrir esta indignidad, al menos puede decirles la verdad del por qué.
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Si los republicanos se salen con la suya con los derechos de aborto y de aire limpio, lo van a tomar como una señal de que pueden conseguir más y más. Debemos parar AHORA y no dejar que impongan su ideología. Lamentablemente, los trabajadores federales van a sufrir, pero el Tea Party debe ser detenido.
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Ya es tiempo para que la gente a rebele como lo han hecho en todo el mundo recientemente. Despedir el gobierno federal entero, abolir el asesino sistema de partidos y ponerse a trabajar. Mientras demócratas y republicanos lo controlen todo, nada va a cambiar. Ellos actúan como adolescentes, le mienten al público, complacen a los ricos a costa nuestra, gastan nuestro dinero en la guerra de locos y armamentos. Y luego se culpan unos a otros. Eso es enfermizo. Es como si un montón de imbéciles estuviera dirigiendo el país.
Nos hemos convertido en un chiste, y el público permite que esto siga ocurriendo. Si nos levantamos como en Egipto este comportamiento cesará de inmediato.