Villas Agrícolas es uno de los barrios de la ciudad de Santo Domingo que ha registrado mayor crecimiento poblacional, llegando su número de habitantes a 26,866 personas, según el informe Distrito Nacional en Cifras 2013/14, publicado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional.
Este crecimiento no se ha acompañado de la creación de infraestructuras adaptadas a las necesidades básicas de educación, salud y recreación de sus moradores.
El pasado 12 de abril empezó en Villas Agrícolas la fila para las inscripciones de preprimario en el Palacio Escolar España, el centro educativo público más importante de este poblado sector y el único que integró hace años el sistema de la tanda única.
Desde el día anterior circulaba un rumor sobre el número limitado de tickets para fines de inscripción que se iba a distribuir y se discutía en torno a saber si era suficiente figurar en una lista o si había que estar presente para la entrega de los famosos tickets. Madres, padres y tutores hicieron la fila para hacerse inscribir desde las 4.00 PM, ya que algunos no podían quedarse a hacer fila de noche por tener niños pequeños y quehaceres domésticos que atender.
A las 9 de la noche había 50 personas en la lista y 28 en la fila. De 10 a 12, llegaron unas 15 personas. Padres, madres con sus niños, siguieron llegando durante la noche. Algunos trajeron sábanas y toallas, y fueron autorizados a entrar en el patio frontal de la escuela, donde se realiza el acto a la bandera, para no pasar la noche en la acera. Algunas madres amanecieron con niños en el patio donde los nuevos inquilinos pasaron la noche tratando de escapar de un perro pulgoso que rondaba en el recinto.
Al no tener acceso a las instalaciones de la escuela la pequeña tropa, en su mayoría compuesta por madres, se vio compelida a hacer sus necesidades fisiológicas en el mismo patio. La noche discurrió en chercha. Algunas madres o tutoras más bullosas no dejaban dormir a las demás. Se dijo que los cuentos no eran los mismos entre los moradores del sector Agua Sucia (el más deprimido del barrio) y los del sector del Hotel (un poco menos deprimido). Más crudos y voceados, por un lado, y más “fisnos” por el otro. La cerveza no faltó en la velada, ni el compartir de algunas picaderas. No me dijeron si había zafacones en este campamento improvisado donde acudirían al día siguiente niños y niñas de todas las edades.
La directora llegó a las ocho de la mañana y repartió 60 tickets antes de encerrarse en su despacho. Quedaron fuera más de veinte personas, así como los cincuenta de la lista llenada la tarde anterior que llegaron por la mañana, muy quitados de bulla, a buscar sus tickets; lo que generó conflictos por la mala información que había sido suministrada.
Si tomamos en cuenta que una mayoría de los padres, madres y tutores de Villas Agrícolas no estaba al tanto de las inscripciones en el Palacio Escolar España, podemos fácilmente deducir que un gran número de niños y niñas en edad de preescolar se va a quedar fuera de la escuela pública para el año escolar 2018/2019 en un escenario que, desgraciadamente, se viene repitiendo desde hace dos años.
Los niños y niñas que al final de la jornada, en el mes de agosto, no tendrán cupo son, en sentido general, los más vulnerables de la comunidad, cuyos padres no pueden pagar el costo de una escuela privada de barrio: niños y niñas que acaban de llegar del campo o de otro barrio; niños y niñas sin documentos; niños y niñas haitianos, cuyos padres a veces ni hablan bien el español y no están al tanto de los requisitos; hijos e hijas de padres y madres despreocupados, que no se enteraron de la entrega de tickets el pasado jueves y que de ninguna manera pueden pagar un colegio privado del sector.
La tanda extendida es, sin lugar a dudas, un gran logro, pero provoca injusticias sobre la marcha de su implementación, por falta de una planificación adecuada. Los alumnos y alumnas de preprimario deben encontrar soluciones educativas en su mismo barrio. En años anteriores, la “solución” encontrada por el MINERD ha sido mandar los alumnos y alumnas de primaria sin cupo en Villas Agrícolas a escuelas públicas de otros sectores, tales como Capotillo. Este tipo de “soluciones” requiere de una movilización y un gasto de transporte que no está al alcance de una población en situación de gran vulnerabilidad, lo que genera una deserción del 90%. Nuestros pequeños aspirantes a la educación no pueden recorrer largas distancias a sus tempranas edades para ejercer su derecho a la educación.