El registro oficial de Milagro entre los dominicanos empezó con un typo; consiguió su primer trabajo de sirvienta a los 14 años. Señores mayores y un joven con dos nombres que a la semana fue dirigido por el Brugal a su cama. Después, desamor adolescente sirviendo el arroz con guandules esperando día tras día la llegada de algo fantástico.

Milagro trabajó para dos viejas jamonas que se disputaban el amor de una poodle crema llamada Katiushka; trabajó para un hombre que lloraba viendo las noticias; trabajó cuidando a un loco de apellido Fellini que vivía voceando "¡QUIERO UNA DOÑA!"; trabajó par de meses de operaria en la Zona Franca de Haina y su último trabajo antes de matarse fue con un matrimonio joven que estrenaba apartamento en una torre de la Anacaona.

Los señores estaban contentos con su semi esclava llamada Milagro: contestaba el teléfono "Residencia de lo señores…" y anotaba los mensajes con pocas faltas ortográficas y letras legibles; usaba un pañuelo en la cabeza y el cuerpito lo cubría con un uniforme gris de enfermera fea; el piso de mármol blanco, calié de migajas, brillaba; cocinaba un pastelón de berenjena que era un apogeo; se afeitaba las piernas y los sobacos; casi no hablaba por teléfono; no tenía bochinches ni compinches con las otras sirvientas ni con el aguajero guachimán aguilucho del edificio; no se quejaba de compartir el cuartico con las 12 baterías del inversor; no jedía a gente y estaban casi casi seguros que no robaba. El único boche con coños se lo dieron por dejar quemar unas chuletas entretenida con las telenovelas.

Sí, Milagro pertenecía a esa multitud de devotas de Televisa que de 11 a 12 son María Fernanda, limpiando vidrios de carros en una esquina de Caracas, enamorada del millonario Luis Eduardo, ignorando su condición de heredera de un imperio de petróleo; de 12 a 1 María Cristina, llorando todos los días porque Luis Arturo, creyéndola muerta, se convirtió en dalailamista y se fue de monje al Tibet; de 7 a 8 María Laura, presa en una cárcel de Cuernavaca por un crimen que cometió Laura Trevi; de 9 a 10 María Dolores, maltratada en la casa de los Montenegro y cuyo verdadero padre era el mismísimo señor Montenegro, pater putatibus de Luis Francisco…

La joven señora parió. Milagro hasta sintió antojos de uvas y dolores de parto. Desde el primer momento que trajeron a Gustavito vestido de encajes celestes Milagro lo consideró suyo; con los meses se consagró a él revoloteando como una mariposa negra cada vez que alguien más lo cargaba. El niño la adoraba, si otra persona lo cargaba, incluso su mamá, él extendía los bracitos hacia Milagro y se rajaba a dar gritos. La señora se sentía más segura dejándolo con Milagro que con cualquiera de las abuelas, especialmente con Doña Meche, que calienta el aire porque habla durísimo y en medio de cualquier tema floja "YO SOY DOCTORA".

Por ejemplo. Milagro, con su dinerito, compró una botellita de hacer burbujas para Gustavito, y al atardecer, antes de que los señores llegaran, salían al balcón, mirando los árboles del Mirador Sur; sentaba al niño en sus canillas soplando burbujas que en el aire reventaban en rojo, mamey, amarillo, verde, azul, añil, morado; y ambos gritaban alegremente siendo felices sin desigualdad ni sospecha.

Por ejemplo. Un lunes la señora notó a Milagro enferma, caminando de forma curiosa.
—¿Qué te pasa Milagro?
—Ay Doña toy mala, el sábado me tomé un insumo pa abortá y ahora toy sangrando.
La señora inmediatamente la llevó a una clínica, y no se despegó de su lado durante tres días con sus noches acompañándola en su delirio de curetaje por aspiración.

Duarte es uno de los tres padres de mi patria, Quisqueya. En un país donde no hay matriminio gay y si se sabe que dos gays adoptaron un niño es muy posible que los impalen en una plaza y, sin embargo, ningún macho se encuentra raro que la Patria tenga 3 padres. Pero bueno, no es culpa de los héroes, ellos lucharon valientemente y hubo uno que hasta murió fusilao, fue Sánchez; Mella tiró el trabucazo. Duarte, además de organizar, escribir pensamientos y pelear, donó hasta un gavetero de caoba centenaria para gastos de la revolución. Para mí los 3 Padres de la Patria son 2: Duarte, quien nació un 26 de enero y gracias a eso los dominicanos en RD disfrutan de un merecido fin de semana largo. Milagro pensaba aprovechar ese día extra visitando a una tía en Nagua. No la veía desde Semana Santa y siempre estaba la playa, y comer pescado frito con moro de guandules con coco, y el primo Fofafo con eso sojazo todavía ahí fantameando en el medio.

—Milagro, nos vamos para la casa de la Montaña y queremos que vayas con nosotros, por Gustavito.
—Pero, yo…

La señora la miró, Milagro bajó los ojos, olvidó su mar, borró lo sojazo del primo Fofafo y dijo que sí, que claro, que como no, que muy bien.

El viaje era el sábado. Decidieron irse el viernes por la tarde. Si salían a las 2 podrían estar zambullidos en el jacuzzi a las seis y media, un trago de Chivas en medio de burbujas tibias mientras cae la neblina fría. Ya a las 8, después de dejar el jacuzzi lleno, estarían en la parrillada del español en el pueblo considerada por el señor, que había visitado Madrid y Buenos Aires, como la mejor carne que había probao.

—Volvemos antes de la doce, cualquier cosa llama al celular…

Así que Milagro hizo un puré de yautía con tortilla para ella, se desquitó echándole mucho jamón de dieta de la señora, y un pancake para Gustavito. Fregó los platos pensando en los ratones y por fin pudo sentarse a las 9 frente la televisión. Gustavito jugaba con Bob Esponja, el viaje lo había excitao, no tenía sueño, para él era de día. Pero he aquí que la inmortal vieja paralítica en silla de ruedas en la mansión de los Montenegro por fin abre la boca para revelar quién es el verdadero padre de María Dolores: ‘¿Y quién va a lavar? Oh, Daewoo, ahora con su modelo…’

—COÑAZO —gritó Milagro, ipso facto se tapó la boca, avergonzada, y miró hacia donde hacía apenas unos minutos Gustavito jugaba con Bob Esponja.