Días atrás, alguien me envió una nota publicada en una de las redes sociales de internet por mi dilecto profesor José Tavárez, quien fuera (y no sé si todavía es) catedrático de Filosofía en la PUCMM.
En la nota, el profesor hace referencia a mí y me he sentido en la cordial obligación de responder sus inquietudes y esclarecer algunas reiteradas confusiones.
Aquí está lo que escribió el distinguido profesor José Tavárez y a continuación mi respuesta:
"Sarah Pérez se fue a vivir a USA hace un buen tiempo. En Reading, Pennsylvania, fijó residencia, y desde allí nos deleita con su deliciosa prosa, la más hermosa e irreverente que haya leído jamás. Por un amigo común, supe que su salud no andaba bien, lo cual me apenó, porque siempre le he tenido mucho cariño, desde que fuera mi alumna en los tempranos 80’s, mientras estudiaba Educación, Mención Filosofía y Letras en la todavía UCMM.
Verla escribir con la energía y la irreverencia acostumbradas me da mucha alegría, es bueno que esté de vuelta la Sarah de siempre. Debo confesar, sin embargo, que no estoy de acuerdo con su visión del país, sus autoridades y del liderazgo dominicano en general. Igualar todo y a todos, sin matices, nos sumerge en un pesimismo del que no hay regreso. En la atmósfera nihilista, en la que Sarah nos sumerge, todo es igual. Pero la vida, en su fluir constante, reserva matices, extensivos a la clase política dominicana.
Supongo que Leonel no está dentro de los 6 mil millones de seres humanos que más ama mi entrañable Sarah, pero no ver en él virtud alguna podría ser un exceso. Me resisto a creer que para ella Hipólito y Danilo son la misma cosa, como no me la puedo imaginar favoreciendo con su pluma la causa del PRD en esta contienda electoral. Pero, como dice el refrán, "Nadie sabe para quién trabaja".
Distinguido Profesor José Tavárez:
¡Qué gusto saludarle! Aprovecho para darle un par de noticias mías, que espero sean tan auspiciosas como las que pueda ofrecer sobre sí mismo.
Le retribuyo, de la forma más sincera, el cariño que dice tenerme desde que fui su alumna en la PUCMM. Nunca podré agradecerle lo suficiente la amabilidad con la que siempre me gratificó, evaluándome desprejuiciadamente por el resultado de los exámenes, sin tomar en consideración mi insufrible mala costumbre de no asistir casi nunca a las cátedras, ni siquiera a las que me fascinaban, como las suyas, que eran tan amenas.
Efectivamente, vivo en Reading, Pensilvania y en los últimos tiempos, por periodos intermitentes, también vivo en Santiago, RD, esto último no tanto porque quiera, sino porque me obligan los vaivenes en la salud de mi mamá.
De todas formas, no descarto que en algún momento del incierto futuro decida instalarme definitivamente por allá, donde ojalá tenga ocasión de apreciar, quizás con su ayuda, los matices que usted menciona, porque yo, con mis limitaciones, lo que veo y siento es un desbarrancamiento continuo que ya comenzó a tocar fondo con la zozobra generalizada, la violencia, la pobreza, la expansión del tráfico de drogas, las toleradas y propiciadas bandas delictivas dentro de La Policía y las Fuerzas Armadas y los desenfrenos del tigueraje político que nos gobierna.
El amigo común que según usted le informó que mi salud no andaba bien, parece que no es un amigo muy cercano, o por lo menos no muy fidedigno, porque le informó mal. En general, suelo tener la salud de un tanque de guerra. Eso es hasta hoy, día 9 de Noviembre del 2011. Mañana la situación puede cambiar. La vida -la mía y de todo el mundo, incluyendo, como pudimos constatar, la de Steve Jobs- está llena de sorpresas, no todas ellas agradables y muchas ni siquiera son sorpresas, sino simples inexorabilidades de las que, francamente, lo que a mí me cuesta entender es qué tienen de consternantes.
Por el momento y para mi tranquilidad –me congratulo de que también sea para la suya- los únicos padecimientos a los que puedo aludir son el ya pasado incordio de usar un retenedor por algún tiempo para enderezar un diente ligeramente torcido y una pequeña lesión en un músculo de la espalda por estar practicando una de las pocas posiciones del Kama Sutra con las que no estaba muy familiarizada. Ya resolví por lo menos la parte de la impericia.
Lo alcancé a ver, en la "Plaza Internacional" una de las últimas veces que anduve por ahí, en Agosto o Septiembre y quise acercarme, pero había que surcar un molote de gente. Por cierto, se veía de lo más buenmozo y engallado. Las canas le confieren esa reflexiva elegancia tan propia de los filósofos que viven ajenos a las refriegas diarias en los enpocilgamientos de la política criolla.
Me pregunto si ha acabado practicando usted el tipo nihilismo que siempre he predicado yo y en vez de atragantarse la vida con sórdidas angurrias primitivas, con las míseras intriguitas de la baja politiquería y los vulgares chismecitos de beatas cretinas se ha centrado en la aspiración de La Belleza, La Armonía, La Verdad, El Placer y El Amor, ninguno de las cuales puede existir sin cierta clase de Justicia Social, ni sin Bondad, Valentía, Generosidad e Inteligencia.
Dada la abundancia del material de consulta, supongo que cualquier apreciación errada con respecto al nihilismo mío deberá asociarse con las obnubilaciones, en algunos casos notablemente ridículas, que a veces ocasionan las adherencias partidarias y las patéticas incondicionalidades políticas, que aturden a mucha gente, aparentemente inteligente, aparentemente ilustrada, aparentemente consciente, aparentemente democrática, aparentemente íntegra, a justificar con la mayor frivolidad la brutalidad, la barbarie, la trapisonda, la ilegalidad, la inconsciencia, la arbitrariedad, la desinstitucionalización, la corrupción desbocada y la decrepitud ética y política de unos líderes incompetentes y mediocres , sostenidos en virtud de sus vacuidades, que solo pueden ser aplaudidos por los intereses de la codicia y por los desatinos de las hordas ciegas.
No, yo no lo igualo todo, pero soy medio torpe para ponerme a distinguir matices y elegir cuál es mi abusador favorito, si el que me saca un ojo o el que me arranca un brazo.
A Leonel Fernández no tengo inconvenientes en sacarle su comida aparte, como el principal catalizador de los derroteros actuales de la República Dominicana. Ha estado suficiente tiempo en el gobierno para propiciar el cambio de algunas estructuras. pero ha optado por perpetuar el atraso trujillo-balaguerista y por afianzar un modelo económico excluyente que solo beneficia a un sector minúsculo (verdadero responsable de la situación actual y verdadero poder tras el trono) y a un grupo de funcionarios incompetentes y depredadores, encabezados por él mismo.
Si no está en la lista de los 6 mil millones que yo más amo, tal vez se consuele estando en la de usted.
Lo primero que hace a Danilo igual es que está dispuesto a cualquier cosa por llegar al poder. Ahí anda con un enema puesto en público y no se atreve a chistar.
Tal vez usted no sabe para quien trabaja, pero yo sí. Se lo diré cuando nos veamos en alguna caravana. Estoy pensando ir a las que planifique Radhamés Fermín, el tránsfuga que fue balaguerista, perredeísta y ahora del PLD. Ahí nos juntaremos los dos para banderear detrás de él. Usted por principios. Yo, por diversión nihilista.