La aprobación de la Ley 65-18 que eleva la sección El Ingenio Abajo a la categoría de distrito municipal, ha insertado un nuevo ingrediente en la dinámica social, económica, política y territorial que tiene lugar en los más de cuatrocientos kilómetros cuadrados (431.53 Km²) correspondientes al municipio de Santiago. Este nuevo ingrediente presenta un reto adicional para esta importante demarcación del país, para lo cual se necesita fortalecer la institucionalidad y conducir un nuevo modelo de administración colegiada en beneficio de toda la población.
Antes de la aprobación del distrito municipal Santiago Oeste, el territorio municipal de Santiago se encontraba integrado por Santiago (165.28 Km²) sede del Ayuntamiento y los distritos municipales de Pedro Garcia (52.56 Km²), San Francisco de Jacagua (82.30 Km²), Hato del Yaque (37.29 Km²) y La Canela (94.10 Km²), los cuales establece la Ley 176-07, son órganos desconcentrados del ayuntamiento del municipio (Art. 7) para la administración de áreas del territorio perfectamente diferenciadas (Art. 77).
Estas diferencias fueron la base de la propuesta que forma parte del Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de Santiago (2018-2030) realizado por su Ayuntamiento con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), a través del International City Managment Asocciation (ICMA) y con la participación de una serie de entidades públicas y privadas entre las que se destaca el Consejo de Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) y la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU).
La propuesta estableció el ordenamiento del territorio municipal a partir de la participación complementaria de todas las entidades municipales que lo integran; impulsando iniciativas que no compiten entre ellas, sino que agregan valor a una propuesta conjunta de todo el territorio. A través de la vocación del suelo y las actividades que se realizan en cada demarcación la propuesta resaltó la fortaleza agrícola de La Canela, el potencial forestal de Pedro García, las estructuras de servicio y administración en Santiago de los Caballeros, las posibilidades de expansión hacia Hato del Yaque y la consolidación de una zona para la segunda vivienda en San Francisco de Jacagua, estableciendo un régimen constructivo especial debido a su proximidad a la falla.
Para impulsar estos resultados se requiere una institucionalidad con la capacidad de liderar la gestión compartida del territorio junto a sus órganos desconcentrados, aprovechando el potencial de cada demarcación para impulsar el desarrollo municipal articulado, con el fin de generar oportunidades y mejorar la calidad de vida de la población.
Con el nuevo distrito municipal se complejiza aún más la gestión de este territorio fragmentado, pues ahora el liderazgo requerido debe propiciar la gestión compartida de una serie de servicios que se encuentran repartidos entre el territorio donde se localiza la sede del Ayuntamiento de Santiago y el espacio destinado al nuevo distrito municipal de Santiago Oeste; un territorio que concentra el 87.12% de la población del municipio y que a su vez recibe el 87.52% de las transferencias otorgadas por el gobierno central.
Una nueva prueba se presenta para Santiago, para su gente y su territorio; la cual debe aprovecharse para demostrar la efectividad de un modelo de gestión intermunicipal que no sea excluyente, que beneficie a los órganos desconcentrados del Ayuntamiento, que establezca los espacios de participación necesarios y que presente una institucionalidad fortalecida con la capacidad de liderar acciones conjuntas para el progreso y el bienestar de su gente.