Cuando dirigentes perredeístas han dado la voz de alarma sobre ciertos acontecimientos que dan alguna sombra al panorama electoral, la reacción desde los predios peledeístas es que el PRD tiene miedo o que se anticipa a una supuesta derrota. Sin embargo, la reacción del PLD, se puede enmarcar dentro de un inteligente cronograma orquestado para acallar toda advertencia sobre un posible plan con el propósito de alterar en alguna manera los resultados de las próximas elecciones presidenciales.

El hecho de que el candidato del PLD Danilo Medina, apareciera en muchas encuestas por debajo del candidato perredeísta, Hipólito Mejía, pudo haber motorizado un plan perverso para impedirle el triunfo electoral. Habría la determinación de llevarlo a cabo sin tomar en cuenta sus inimaginables consecuencias. El PLD está en el gobierno y sus más conspicuos funcionarios lucen aferrados al poder y aterrorizados por las consecuencias judiciales que para algunos, pueden tener sus "indelicadezas" en el manejo de los recursos públicos. Tienen mucho dinero y están dispuestos a invertirlo para salvar en cualquier forma la amplia diferencia a su favor que acusa Hipólito Mejía.

Se informó por algunos medios que en una reunión de un reducido grupo vinculado a la alta dirección del gobierno y donde participarían funcionarios, periodistas afines y gente que "tiene mucho que perder" con la victoria de Hipólito Mejía, se habría planteado la necesidad de "parar en cualquier forma" al candidato perredeísta. Y "cualquier forma" es hacer cualquier cosa. La gente del PLD no ha demostrado que se amedrenta en el momento de emprender cualquier acción para alcanzar el poder o retenerlo. Los recatos morales de su ilustre fundador desaparecieron con su muerte.

Los indicios de que algo se tiene entre manos, son evidentes y sus promotores, ni cortos ni perezosos, anticipan los hechos con la descalificación a las denuncias que se hacen y el intento de crear una falsa  percepción sobre un posicionamiento electoral superior al que en realidad tienen. En esto también encaja la descalificación automática de las encuestas que dan a Hipólito por encima de Danilo. Lo que está sucediendo en la Junta Central Electoral, sería parte de esta maniobra.

Miguel Ángel García, era un ente de equilibrio en el delicado Departamento de Cómputos de la Junta Central Electoral. Según el Juez Eddy Olivares, habría sido obligado a renunciar como Director de ese Departamento, por el Presidente de la Junta Central Electoral, donde dijo (García), que existía otro Centro de cómputos paralelo.

Como máxima autoridad en el área de cómputos, quedó el señor Franklin Frías, de quien nunca se tuvo plena confianza y todavía existen razones para seguir desconfiando en la conducción de la neurálgica dependencia de la JCE.

Lo del centro paralelo y otras lindezas que se dicen, es muy preocupante.  Este es el lugar de acopio donde llegarán las actas  escaneadas y donde se recibirán y procesarán los resultados de las votaciones en todo el país. Técnicamente existe la forma de alterar las informaciones que se reciben antes de hacerlas de conocimiento público. Hay razones que justifican sospechas y,  "Después del palo dao…"

Al hecho de que una comisión de alto nivel del PLD se haya presentado a la JCE para dar el voto de confianza a su Presidente Roberto Rosario, se agrega a su tozudez en no atender a los reclamos de buscar una solución al impase creado con la renuncia del Sr. Miguel Ángel García. El Juez Rosario simplificó la situación al referirse a la causa de la renuncia como simples "discrepancias  administrativas" y prometer a una comisión del PRD que el asunto seria conocido en el pleno del organismo, sin embargo, este se ha reunido varias veces y el tema no se ha puesto en agenda, por lo que se deduce que existe la intención de dejar las cosas como están.

El Presidente de la JCE ha dado credenciales de buen organizador y eficiente funcionario electoral, pero también se sabe que fue miembro importante de la dirección del PLD y que es un firme seguidor de Danilo Medina. No hay dudas sobre el sector al cual pueden ir sus preferencias en caso de un impase. Las decisiones que se tomaron a raíz de varias impugnaciones que se hicieron en las elecciones de medio término en el 2010, evidenciaron esta propensión del magistrado Rosario.

El PRD no es un partido que tiene tradición de hacer fraudes o resistirse a reconocer derrotas. Todo lo contrario, es al PRD a quien le han hecho fraudes electorales y escamoteado resultados favorables. Al primer Presidente que aportó esta organización política se le dio un Golpe de Estado en 1963. Como fuerza opositora principal, fue la reiterada víctima de los fraudes electorales que se producían en cada proceso que se hizo durante los 12 años de Balaguer.  Fue al PRD a quien le cercenaron el triunfo en 1978, originándose una gran crisis por no reconocerle la victoria y al final, quitándole 4 Senadores. Posteriormente, en 1986, aunque debió entregar la presidencia al mismo hombre que tantas veces se había puesto en el camino para impedirle el triunfo, no se resistió a entregar el poder cuando perdió las elecciones.

En el año 1994 el PRD fue víctima del último fraude del doctor Balaguer y debió conciliar en una desafortunada negociación que a los 2 años facilitó el ascenso al poder del PLD. Todos recordarán que Hipólito Mejía, candidato a la reelección por el PRD en el año 2004, reconoció su derrota aun antes de que la JCE ofreciera el primer boletín. Con estos precedentes de sensatez, el PRD tiene suficiente calidad para hacer cualquier reclamo sin que ello sugiera la presunción de pataleo injustificado a posteriori en el supuesto de una derrota electoral. Este historial, también da razones para preocuparse  cuando existe una situación similar a la que tanto daño le ha hecho. Y recordemos que el PLD tiene como aliados, los mismos personajes del PRSC que aquella vez estuvieron involucrados en las acciones fraudulentas que se cometieron en su contra.

El PRD tiene una mínima presencia en la conformación del tribunal electoral y no tiene forma de imponer a alguien en el Centro de Cómputos que responda sospechosamente a sus intereses. Por esta razón, no es razonable que el Magistrado Roberto Rosario dificulte la sustitución del conflictivo Sr. Frías en esa dependencia interna. Este partido hace esa propuesta por la justa suspicacia que despierta su presencia en ese centro sin un ente de equilibrio. Lo que se pretende es que se despejen las dudas y que haya transparencia.

Al Magistrado Roberto Rosario tiene un gran reto. Tiene los ojos de la ciudadanía puestos en él. Si ha tenido momentos luminosos en su gestión, debe reafirmar la imagen "transparente y confiable" que muchos le reconocen a la JCE bajo su dirección, disipando las dudas que han nacido en torno al departamento de cómputos. No solo está en juego su nombre, sino la transparencia del proceso electoral y el futuro de nuestra  democracia.